25 de febrero de 2010

Noches con Epi y Blas


Me ocurre, al menos, una vez al mes.
Insomnio.

El viejo truco de contar ovejas no me suele funcionar. Es más, tal cantidad de ovejas ficticias acumuladas me genera aún más ansiedad. Tampoco me sirven los demás remedios tradicionales: leer un libro, pasear por la casa, escuchar la radio...
Miro al techo con los ojos más abiertos que un búho colocado de coca. Media vuelta en la cama. Otra media vuelta... Nada. No hay manera de pegar ojo.
A mí lo único que me funciona es hablar. Pero hablar con alguien que me escuche. Y, claro, esa necesidad mía de hablar cuando tengo insomnio es directamente proporcional a la necesidad de dormir de la pobre persona que está a mi lado. En este caso, y desde hace meses, esa pobre persona es mi novio.

No lo hago a mala idea, de verdad. De hecho, antes de torturarlo con mi parloteo, agoto todas las posibilidades: cuento unas cuantas ovejas (hasta 50, más o menos), doy varias vueltas en la cama (unas 50, también), pongo un rato la tele (compruebo lo friki que es la programación de madrugada), me levanto a beber un vaso de agua, leo algo...
Pero a medida que van pasando los minutos y las horas y no consigo dormirme, mientras él ronca tan plácidamente, no puedo evitar recordar aquellos sketches de Barrio Sésamo en los que Epi, al igual que yo, no podía dormir y se dedicaba a darle la brasa a Blas. Y acabo adoptando el mismo irritante comportamiento del anaranjado teleñeco para desesperación de mi novio, (que pasa así a hacer, involuntariamente, el papel del sufrido Blas).

Viene a ser algo así como esto:

Yo: Cariño...
Él: Rrrrrrrrrrrrrrrrrr zzzzzzzzzzzzzzzzz...
Yo: (Le doy un golpecito en el hombro) ¿Estás dormido?
Él: ¿¿¿Mmmmmmmhhhh????
Yo: ¿Duermes?
Él: Mmmmmmm... Ahora no. ¿Qué ocurre?
Yo: No te lo vas a creer... otra noche que no puedo dormir.
Él: Te he dicho mil veces que no bebas Coca-Cola en la cena... Y tú, ni caso.
Yo: Tienes razón... pero ahora ya es demasiado tarde.
Él: Bueno, pues relájate e intenta dormir.
Yo: Es que tengo un dilema.
Él: A ver, ¿cuál?
Yo: Estoy pensando en apuntarme al gimnasio. Pero no sé si ir a aeróbic, spinning, pilates o GAP. ¿Tú qué crees?
Él: ¿Y yo qué se? Va, por favor, déjame dormir....
Yo: Vale. Perdona...
Él: Zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz
10 minutos después.
Yo: Amor.... perdona que te despierte otra vez...
Él: ¿Y ahora, qué....?
Yo: Nada, que mañana hay que hacer la compra, tenemos la nevera vacía. Hay que comprar sin falta: agua, fruta y yogures. Ah, y el queso ese que te gusta tanto...
Él: Vaaaaaale. Mañana compraremos agua, fruta, yogures y el queso que me gusta. Ahora, duermeeeee....Rrrrrrrrzzzzzzzzzzzzzzzz...
15 minutos después.

Yo: Ejem.... Cariño...
Él: ¿¿¿Qué pasa ahora??? (En el tono de voz noto que estoy agotando su paciencia)
Yo: ¿Tú crees que hay vida inteligente en otros planetas?
Él: ¡¡¡Por favor, duérmete ya o déjame dormir!!!
Yo: Vaaaaaaale, vale, no te enfades. En realidad, sólo quería decirte que... (pongo ojitos tiernos como el Gato con botas de 'Shrek')...te quiero mucho. Perdóname si a veces me pongo pesada. Voy a intentar dormirme.

Nunca falla. Se da la vuelta, nos miramos, nos abrazamos, nos besamos y... al fin, me quedo dormida. (Bueno, esto no lo hacían Epi y Blas. Al menos, no en la versión oficial).

El problema llega cuando unas horas después, suena el despertador y no hay manera humana de levantarme de la cama.
Qué dura es la vida del insomne. Y la del que duerme a su lado.

23 de febrero de 2010

¿Vampiros anticancerígenos?












A lo largo del día se generan miles, millones de noticias. Algunas (muchas) importantes. Otras, menos relevantes, pero que también tienen su miga. Y otras, absolutamente prescindibles, por no decir "noticias chorra". Noticias absurdas pero que, al menos, te sacan una sonrisa, cuando no una carcajada. Que en los tiempos que corren, tampoco está mal. Pues acabo de leer una de éstas.


Transcribo un fragmento de la noticia y que cada cuál saque sus propias conclusiones:
Robert Pattinson y Kristen Stewart previenen el cáncer de piel


El look pálido que lucen los protagonistas de Crepúsculo puede hacer mucho bien a los adolescentes. Expertos dermatólogos afirman que su aspecto pálido y su tirón entre los jóvenes puede animar a estos a imitarles y no tomar el sol, lo que podría producir un descenso en los casos de cáncer de piel.
Los dermatólogos, hartos de colaborar en campañas de advertencia y precaución, han encontrado su última solución en dos de las estrellas adolescentes más influyentes, Robert Pattinson y Kristen Stewart.
¡Mira qué bien! Gracias a la saga 'Crepúsculo', ya no hace falta gastar más dinero en campañas de sensibilización para que los jóvenes no se socarren la piel en playas o centros de bronceado. Porque ahora, lo que mola es el look pálido de los tortolitos de 'Crepúsculo'. Y los/las chavales/as ya no van a querer broncearse para ser como sus ídolos: Robert Pattinson y Kristen Stewart.


Me imagino la siguiente conversación entre 2 amigas adolescentes un soleado día del verano de 2010:


-Adolescente 1: Mañana hemos quedado todas las amigas para ir a la playa, ¿te apuntas? ¡Que ya estamos casi en julio y hay que ponerse morenitas!


-Adolescente (fanática de 'Crepúsculo') 2: Paso tía, ¡ahora eso de estar negra no se lleva nada! Lo guay es estar pálida como Bella de 'Crepúsculo'. Ay, tía, que no estás en la onda...


Lo estoy viendo: las playas se quedarán desiertas y los centros de bronceado tendrán que cerrar por quiebra. Ya nadie querrá tomar el sol. Porque ahora, estar moreno no es guay. Ahora se lleva el look vampírico. Todos desearán parecerse a Bella y Edward, esos dos Romeo y Julieta cutre-postmodernos, versión High School, que nos ponen hasta en la sopa.


Claro que, mejor que la cosa se quede ahí, en lo de no pasarse con el bronceado. No sea que al final, a los chavales se les vaya la pinza como le pasó a Bela Lugosi, que de tanto interpretar al conde Drácula, se lo acabó creyendo y al final, hasta dormía en un ataúd...


Pero lo mejor de la noticia es esto: "expertos dermatólogos han encontrado su última solución en las dos estrellas adolescentes más influyentes". Ahí ya es que me parto la caja, literalmente. Sin comerlo ni beberlo, gracias a 'Crepúsculo', la comunidad científica ha encontrado el remedio para que los jóvenes no abusen del sol. Si es que... ¿cómo pudimos vivir hasta ahora, sin 'Crepúsculo'?


Lo más triste de todo es que están tomando a los adolescentes como imbéciles, como auténticos borregos. Como una masa sin criterio. 'Crepúsculo' tiene tirón, eso es innegable. Y sus dos protagonistas son ídolos de adolescentes. Vamos, pues, a aprovechar ese tirón.


Entonces no se trata de que los jóvenes se conciencien de lo nocivo que es abusar de los rayos UVA. Se trata de que sigan un modelo como si fueran idiotas. Como el lema del despotismo ilustrado: "Todo por el pueblo, pero sin el pueblo".


Se trata de que los jóvenes imiten (así lo dice la noticia) a sus ídolos sin más. Pero sobre todo, que NO piensen. Ya lo hacen las multinacionales y las productoras de cine por ellos.
Que Robert Pattinson y Kristen Stewart están pálidos, pues los jóvenes también.


Visto así, también tendrían que ir mordiendo yugulares por ahí, ¿no?


Que Robert Pattinson y Kristen Stewart fuman marihuana (por poner un ejemplo)... ¿los jóvenes también? Y si Robert Pattinson se tira por un puente... ¿los jóvenes también?


"Claro, tío. Es que es Robert Pattinson, mi ídolo".


No es malo que la juventud tenga modelos a seguir. És más: es necesario. Pero creo que hay que revisar esos modelos. Y que estos no dependan tanto de las modas pasajeras. Porque, ¿qué ocurrirá cuando pase la fiebre de Crepúsculo? ¿Cuando la palidez del vampiro Edward Cullen deje de estar de moda? Que los jóvenes volverán a quemarse en las playas. Porque el modelo a seguir será otro.




Y así, sucesivamente.

19 de febrero de 2010

Adorada Scarlett (con y sin sobrepeso)


Hoy voy a hablar de ELLA. (Y no, no me refiero a la hija de David Bisbal y Elena Tablada). Ella es la más deseada por los varones, la más envidiada por las féminas y está entre las mujeres más sexies del planeta (al menos, siempre encabeza este tipo de listas).

Me refiero a Scarlett Johansson. Actriz, musa de Woody Allen, modelo ocasional (ahora es imagen de Mango, pero también lo ha sido de Louis Vuitton, L'Oréal, de una fragancia de Calvin Klein, de Möet & Chandon, etc...), sex-symbol (muchos la consideran la nueva Marilyn Monroe) y ahora también cantante (ya ha sacado su segundo disco, aunque creo que no ha recibido muy buenas críticas en general).
Y he elegido a la sexy Johansson como protagonista de la segunda entrada de mi blog, primero, porque debo confesar que siento debilidad por ella. ¿Qué le voy a hacer? Me cae bien, creo que tiene talento como actriz, (aunque todavía le queda un largo camino por recorrer, es todavía muy joven) y porque me parece una mujer realmente hermosa.

Y segundo, porque la señorita Johansson protagoniza el número de febrero de la revista 'Fotogramas', con portada incluida y un reportaje titulado "Scarlett Johansson. ¿Por qué la amamos... y la odiamos?"

El autor del reportaje esgrime como una de las 5 razones para amar a la Johansson que "Luce con orgullo su seductor (y escueto) sobrepeso". (Sic). Vaya, hombre. Ahora resulta que Scarlett tiene sobrepeso! No quiero imaginar lo que puede pasar si esto lo leen miles de adolescentes inseguras con su imagen corporal. (No me extraña que luego las jovencitas se obsesionen y caigan en la anorexia y/o bulimia).

Personalmente, no creo que Scarlett tenga sobrepeso, vamos, ni de lejos. Ni siquera "escueto", como se afirma en el reportaje. Creo que está estupenda. Pero bueno, no se puede negar que es una mujer con curvas; una curvas que además, reivindica y que son la base de su innegable atractivo para infinidad de hombres.
Pero de ser una mujer curvilínea a tener sobrepeso... En fin.

Aun así, el autor del reportaje le reconoce la valentía de saber lucir con orgullo sus curvas. Y ésa es otra de las razones por las que Scarlett me cae tan bien. Ella es la única, junto con Kate Winslet (otra actriz que adoro), que ha podido sobrevivir y reivindicar su físico en ese Hollywood tiránico en el que, si mides 1,70 y pesas más de 50 kilos, eres, literalmente, una foca. Y por supuesto, nadie te va a querer para protagonizar sus películas.

Hablo de ese Hollywood donde parece que sólo triunfan las "Keiras Knigthleys" y otras tantas, a las que les hace falta más un buen cocido que un guión de cine. Ese Hollywood de locos que obliga a sus actrices a estar cada vez más y más delgadas. Y si no, mirad a Angelina Jolie, cada día más espectral. ¿Qué queda hoy de las curvas que lucía en 'Tomb Raider'? (Pero bueno, parece que a Brad Pitt no le importa, así que...).
O Jessica Alba, Lindsay Lohan, Christina Ricci... Todas ellas tuvieron que adelgazar hasta quedarse en los mismos huesos para ser aceptadas en ese mundo.
Un Hollywood, parece mentira, en el que en su día triunfaron auténticas bellezas curvilíneas, como Sofia Loren, Marilyn o Kim Novak.

La misma Scarlett está ahora más delgada que hace unos años. Y también Kate Winslet, que durante tantos años tuvo que padecer el sambenito de "gordita", ha perdido peso en todo este tiempo (no me extraña, con esa presión!). La ves en 'Titanic' o 'Sentido y sensibilidad' y después la ves en 'The Reader' y no parece la misma persona.

Pero bueno, al menos no han caído en la extrema delgadez de otras compañeras de profesión y siguen siendo mujeres saludables, sexies, con curvas seductoras... Mujeres con un físico real, vaya. No se han obsesionado, no se han dejado presionar y siguen siendo un buen ejemplo para tantas mujeres. Y no sólo han sobrevivido en Hollywood, sino que han triunfado.

Por eso, las admiro a las dos, como actrices y como mujeres.
Pero hoy quería centrarme en Scarlett. Otro día hablaremos de la hermosa y talentosa Kate.

Scarlett Johansson. Aunque lo suyo no sea la música, aunque no sea la nueva Marilyn (ni falta que le hace, qué manía con buscar reencarnaciones a los grandes mitos, ¿para qué?), aunque haya quien piense que es estúpida, antipática o que está sobrevalorada como actriz...
A mí me parece una mujer muy madura, que sabe explotar su atractivo, que tiene la cabeza muy bien amueblada, que se lo ha currado, que ha sabido estar en el sitio adecuado en el momento preciso... Y que es la prueba evidente de que no hace falta pesar 40 kilos para triunfar. Hace falta tener coco y personalidad.

Scarlett, I love u.

18 de febrero de 2010

Una gata en la ciudad


Bueno, ya está decidido. Después de darle muchas vueltas, después de mucho pensarlo... esta gata ha decidido dejar de deambular sin rumbo por los tejados, bajo el cielo estrellado, y sentarse a escribir tranquilamente, para plasmar en este diario las cosas que le ocurren, lo que piensa, lo que siente, lo que observa.

Sí, he decidido empezar un blog. Mi blog. 



Los comienzos son siempre difíciles. Así que no sé muy bien cómo empezar. Tampoco sé si seré lo suficientemente constante para llevar este diario al día.


Creo que este blog nace de una necesidad: la de reflejar parte de mi personalidad, de mi forma de pensar. Contar esas cosas que me pasan o que suceden en el mundo, siempre desde mi perspectiva, claro.
Quizá a alguien le pueda interesar lo que escribo. Me gustaría que la gente se pasara por aquí.
Pero ante todo, me gusta escribir. Siempre me gustó.
Y ya está. Por eso creo que he decidido embarcarme en esta aventura.

Pero, antes que nada, creo que debo presentarme. Soy una chica de 28 años que vive en Valencia. Trabajo como periodista en una radio.
Adoro a mis padres, me encantan esos seres fascinantes: los gatos, aunque en general, soy una gran amante de los animales. 
Me apasiona la música (desde Chopin a Black Eyed Peas, pasando por Serrat o The Beatles), el mar, el cine, las flores, el arte, la comida italiana... Y mi chico. Bueno, y muchas más cosas... pero no voy a desvelarlo todo en esta entrada que no es más que una breve presentación. Todo a su tiempo.



Me considero tímida, cabezota, perfeccionista, optimista (según días), nerviosa, algo insegura a veces, sensible, romántica, idealista, con mucho carácter y bastante impaciente. Pero ante todo, me considero buena gente.


En fin, a grandes rasgos, ésa soy yo. La gata que se asomará a partir de ahora a esta ventana.

Bienvenid@s. Os espero.



HELLO!

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