24 de octubre de 2012

Mi experiencia en el mundo 2.0




Es curioso ver cómo, en sólo unos pocos años, Internet y las redes sociales han ido asumiendo una importancia cada vez mayor en nuestras vidas.
El mundo 2.0, nos guste más o menos, se ha convertido en algo habitual en nuestro día a día.

Seguro que muchos de vosotros, nada más levantaros y mientras os hacéis el desayuno, entráis en Twitter, Tuenti o Facebook, tuiteáis o retuiteáis algo; actualizáis vuestro estado, le dais a varios 'Me gusta', leéis alguna entrada nueva de los blogs que seguís, disfrutáis viendo fotos bonitas en Instagram, reblogueáis monaditas de gatitos en Tumblr, etc. ¿Sí? ¿Os habéis visto reflejados?
Es normal.

Por supuesto que hay todavía quien, tal vez por edad, por miedo o prejuicios, por falta de tiempo, por rebeldía o simplemente porque no le llama la atención, permanece ajeno a todo esto. Hay quien jura y perjura que jamás se abrirá una cuenta en Twitter, un perfil en Facebook, que nunca escribirá un blog, que jamás subirá fotos a Internet, etc. Algunos lo mantienen y otros acaban cumpliendo eso de "Donde dije 'digo'...".

Pero a decir verdad, los que consiguen permanecer inmunes a los cantos de sirena que nos lanzan las redes sociales e Internet son minoría, y cada vez lo son más.
Si lo pensamos bien, la mayor parte de los adolescentes y adultos de países desarrollados, tiene, al menos, una cuenta en una red social.
Seguramente, la mayoría de personas a las que conocéis, entre familiares, amigos, compañeros de estudios o de trabajo, etc., tienen Twitter, Tuenti y/o Facebook, escriben uno o varios blogs, tienen un Tumblr, suben fotos a Flickr o Instagram, etc.
Algunos, los más atrevidos o con menos sentido del ridículo, incluso suben vídeos a Youtube.

En fin, que en esta entrada voy a contar un poco mi experiencia con todo esto de las redes sociales.
Mi relación con el mundo 2.0 es relativamente reciente. Al menos, en comparación con otras personas que prácticamente crecieron con Facebook, Tuenti, Twitter, Blogger, Flickr y demás palabrejas ya totalmente habituales en nuestro lenguaje.

...MOMENTO REMEMBER...


Qué recuerdos.... :__)

Yo crecí viendo Barrio Sésamo, La Bola de Cristal, Heidi, Verano Azul (joder, qué panzada de llorar con la muerte de Chanquete... ¿era necesario traumatizar a varias generaciones?) y los Teleñecos; más tarde llegarían Sensación de Vivir, Farmacia de Guardia y Vip Guay. Devoraba los libros de las series azul, naranja y roja de El Barco de Vapor y las aventuras de Los 5 de Enid Blyton. Jugaba al Monopoly, al Telesketch, al Magia Borrás, el Mineranova y el Tragabolas; aprendí a hacer "música" con el teclado Casio. Pasé tardes enteras jugando con Barbie y Ken, Pin y Pon y los clics de Playmobil...
Luego aparecerían los videojuegos: los marcianitos, el Pac-Man, Sonic y Súper Mario Bros.

Y ya, mucho, pero que mucho más tarde, ya en COU y la universidad, descubriría Internet, los chats de Terra y el msn. Eso fue lo más 2.0 que conocí durante mi adolescencia y postadolescencia.
El primer navegador que utilicé era Netscape Communicator. Y flipé. Y los primeros buscadores que usé eran Lycos, Allthewebs y Altavista, los bisabuelos de nuestro Google.



Aquello era súper rudimentario. El Jurásico, sí. Pero para mí era... la hostia. Os recuerdo que fui una niña de los 80-90. Facebook, Twitter, Blogger y todo lo demás, me pillaron ya rozando la treintena.
Pero llegaron. Y aunque en un principio me resistí a iniciarme en todo eso de las redes sociales, al final, no sé cómo ni por qué, supongo que un poco por borreguismo y otro tanto por curiosidad, acabé metida de lleno en muchas de ellas.

Mi primera experiencia 2.0 (si exceptuamos el MySpace, -ya que me abrí uno pero nunca le vi la gracia y acabó condenado al ostracismo-), fue en el 2009, cuando, presionada por amigos y compañeros de trabajo, me hice un perfil en Facebook.


Mi experiencia con Facebook la conté ya en esta entrada, así que os remito a ella si os interesa, y no me extenderé más en este punto. Sólo comentar que últimamente estoy volviendo a Facebook pero sólo para estar en contacto con determinadas personas con las que de otra forma sería imposible. Eso sí: paso millas de granjas, mascotas, restaurantes, islas, acuarios y demás soplapolleces virtuales e innecesarias.
*Ah, por cierto: en Tuenti nunca tuve cuenta, (afortunadamente), puesto que ya me pilló "machucha".

Después de Facebook, y ya aburrida y saturada del mismo, llegaría el blog.


Eso fue en febrero de 2010. Hace cuatro días, como quien dice. A diferencia de otros bloggers que ya tuvieron experiencias previas, este blog es y ha sido el único que he tenido en toda mi vida.
Ni siquiera sé muy bien por qué lo abrí. Creo que como muchas de las cosas que hago: por probar y saciar mi curiosidad. Sí, así de prosaico.
Yo entraba en Internet y veía blogs por toda partes. Todo quisque tenía blog en aquella época. Todo el mundo vomitaba sus penas, contaba su día a día, daba o pedía consejo en una bitácora. Tener blog molaba. Luego llegaría el declive de la bloggoesfera, pero eso ya es otra historia.
Así que, supongo que un día pensé: Y yo, ¿por qué no me abro uno?

La verdad es que no creía tener mucho de lo que hablar: no soy experta en nada, mi vida no es una montaña rusa de experiencias increíbles y fascinantes, no partía de un desamor, una ruptura o un cambio drástico en mi vida, situaciones que suelen ser en muchas ocasiones punto de partida de tantos y tantos blogs.

Pero aun así, quería tener un blog. Así que, cabezota como soy, seguí adelante con el proceso de registro en Blogger, -era fácil y gratuito-, y en un santiamén me vi con una bitácora recién inagurada y nada que contar.
Un blog feo y aséptico con una cutre plantilla rosa de las que antes tenía Blogger.

Poco a poco le fui cogiendo el punto a la bloggoesfera: descubrí otros blogs, aprendí a relacionarme con otros bloggers, empecé a escribir de lo que se me ocurría, un poco de todo, sin pensar en si me leía alguien o no; aprendí a personalizar el blog dentro de mis capacidades (limitadas) y las posibilidades (limitadas también) que Blogger ofrece. Y con el tiempo empezaron a llegar las visitas, los comentarios, los seguidores.... Y bueno, hasta hoy.

Y sinceramente, para ser mi primera y única experiencia en este mundillo, no me puedo quejar. Nunca, jamás, ni jarta' vino, hubiera imaginado que llegaría a tener tantos seguidores.
De hecho, nunca pensé que lo que yo fuera a escribir le pudiera interesar a alguien. Y estaba convencida de que cansarme y abandonar sería cosa de semanas.
Pero mira, parece que estaba equivocada.

Así que, de nuevo, gracias a todos los que pasáis por aquí y me leéis.
Muchas gracias por haber hecho de este blog, que nació de la nada, algo. Y algo importante, al menos para mí.

Seguimos.

...Mi siguiente experiencia relevante en el mundo 2.0 fue er Tuite'.



Muchos de vosotros no lo sabéis, -bueno, en realidad, casi nadie lo sabe-, pero tengo tres cuentas en la red del pajarico azul. Sí, aún no sé cómo no me he vuelto más loca de lo que ya estoy... pero así es. 3 perfiles en Twitter, cada uno de un "estilo" diferente y con un determinado público.

La que conocéis los que seguís mi blog es la que va vinculada al mismo: @GataTejados.
Bien, pues es la más joven y la que menos seguidores tiene. Y para ser sinceros, la que tengo más abandonadilla.
Me la abrí por estar en contacto con otros bloggers, y porque ahora está muy de moda eso tener un twitter asociado a tu blog.
Quizá el problema de esta cuenta es que me la creé cuando ya empezaba a estar un poco aburrida de Twitter. Y es que con esta red social me pasó un poco como con Facebook: que me fascinó en un principio, estuve mucho tiempo enganchadísima y luego, de la noche a la mañana, me cansé y la dejé.

Creé mi primera cuenta en Twitter a finales de 2010. Un poco como con todo: por probar esa red social de la que tanta gente hablaba. Como mi punto fuerte nunca ha sido la brevedad, pensé que jamás conseguiría dominar una red social cuya premisa es precisamente ésa: la brevedad.
Pero también me equivoqué.

A esa primera cuenta le tengo un cariño especial. Fue como el primer amor. Con ella descubrí qué es Twitter y aprendí cómo funciona. Al principio, como todo el mundo, iba más perdida que Belén Esteban en la Complutense y no me enteraba de nada; pero con el tiempo fui aprendiendo de qué iba el asunto: descifré su lenguaje, descubrí qué eran aquellas siglas de los RT, los FAV, los TT, el TL y el #ff, y  aprendí a utilizar los #hashtags. Le pillé el punto, vamos. Aunque me costó...

En aquella primera etapa me reí muchísimo y conocí a gente ingeniosa y divertidísima. También a gente gilipollas absurda que se cree que todo vale para conseguir un puñado de seguidores.
Descubrí el fenómeno "tuitstar". Y no me tembló la mano a la hora de hacer Unfollow + Block a quien me tocaba los cojones las narices más de lo necesario.

Se podría decir que en esa cuenta interpretaba un papel. No era yo. Era como un alter ego. Una versión mía más cañera, más sarcástica y sin pelos en la lengua.
Y quizá fue por eso que esa cuenta consiguió un cierto éxito. Mucho más del que yo hubiera pensado a priori.
Actualmente, tengo en ella algo más de 1.000 seguidores, cosa que jamás habría imaginado.
Hubo tuits míos que fueron muy retuiteados y faveados; otros, descaradamente plagiados. Me citaron y me mencionaron en algún que otro programa de TV, e incluso aparecí en las tendencias de mi ciudad.

No penséis que estoy vacilando.
En un principio tuvo su gracia, más que nada por lo inesperado de la situación. Pero la verdad es que todo aquello me acabó superando un poco; no estaba preparada y empecé a temer que se me fuera de las manos. Por otro lado, también estaba bastante decepcionada con el comportamiento de algunos usuarios de Twitter.
Así que, entre unas cosas y otras, decidí irme durante una larga temporada. Y así lo hice. Desaparecí.
No sé si hice bien, porque luego he intentado volver en numerosas ocasiones, y nunca ha sido igual.
Pero creo que aquello tuvo su momento y, cuando éste pasó, ya no hubo vuelta atrás.

Después me abrí las otras dos cuentas. Primero una personal y "seria", con mi nombre y mi foto reales, que me sirve para relacionarme con compañeros de profesión y gente de mi mundo 1.0.
Y luego está la del blog.
3 experiencias tuiteras diferentes. Para que no se diga que no lo he vivido desde todos los ángulos.
Actualmente, las tres siguen activas, aunque me cuesta ser constante.
Intento llevarlas todas más o menos al día, pero sin demasiado éxito. Al final es cansino llevar tres perfiles de forma simultánea. Es como ser Superman, Clark Kent y otro más.

En fin... ésa es mi experiencia con Twitter. Para mí, es la red social definitiva. Creo que, si me tuviera que quedar con una sola, (bueno, aparte del blog, que ya es como un hijo para mí), sería con Twitter.
Y es que, aunque a veces me aburra, aunque me haya decepcionado en numerosas ocasiones, aunque ya no tuitee con tanta asiduidad, siempre acabo volviendo a ella. Tiene algo que me sigue enganchando, como una droga.

Y bueno, luego ya, también por probar, me hice un Tumblr, -totalmente cursi y anodino- y, como buena usuaria de iPhone, me creé una cuenta en Instagram,... ambas sin pena ni gloria.
No siempre iba a triunfar, ¿no? ;)
Pero eso, ya es otra historia.

Ahora, como no sé estarme quietecita y necesito constantemente cosas nuevas... me estoy planteando abrir otro blog. Algo totalmente diferente. Quizá en Wordpress. Con otra temática. Con otro enfoque.
"Por probar".
Sí, sé lo que estáis pensando: "cómo no tienes bastante con éste, que te pasas semanas sin actualizar, ahora vas y te abres otro...".

Y es verdad. No sé al final lo que haré. Seguramente siga con éste y ya.
La experiencia me dice que "quien mucho abarca...". (Hoy estoy refranera-cansina).

Y vosotros... ¿me contáis vuestra experiencia con las redes sociales e Internet?

HELLO!

Todo lo que leerás aquí es contenido propio. Si en algún momento hago referencia a algún escrito ajeno, citaré siempre la autoría.
Las imágenes que aparecen en el blog son tomadas de Internet. No obstante, si consideras que alguna no debería estar aquí, sólo tienes que hacérmelo saber y la retiraré al instante.
No acepto solicitudes de intercambio de enlaces. En mi opinión, enlazar un blog es algo totalmente voluntario y desinteresado. Bienvenid@ y gracias por pasar por aquí. :)