Hasta hace nada, mi instinto maternal era nulo no, lo siguiente. Yo misma no me veía para nada con un crío en brazos. Ni siquiera en un futuro lejano.
El llanto de los bebés me ponía histérica y nunca me había quedado con la baba caída mirando el recién nacido de alguna conocida.
Y lo peor que me podían decir es: 'Cógelo en brazos'. En ese momento no sabía qué hacer, qué decirle al nene en cuestión (¿qué le dices: 'agugú'?), cómo cogerlo (siempre pesan infinitamente más de lo que parece, los condenados). Me sentía tan agobiada que el niño lo notaba y acababa rompiendo a llorar, armando el escándalo padre y yo devolviéndoselo a la madre inmediatamanente. (Qué alivio, por cierto).
Pero, vaya, desde que mi mejor amiga se quedó embarazada, casi al mismo tiempo que entre varias compañeras de mi trabajo se disparó una epidemia de embarazos (un baby-boom en toda regla), empiezo a tener unos síntomas preocupantes y totalmente desconocidos para mí:
Veo embarazadas o madres con carrito por todos lados, me fijo en los anuncios de pañales, papillas y potitos, y los bebés me están despertando una ternura inusitada.
Hasta el otro día, cuando una de las compañeras del baby-boom nos trajo a su retoño para que lo viéramos... me quedé con la baba caída mirándolo! ¡Era tan mono!
La verdad, nunca me había fijado, pero... he de reconocerlo: son muy tiernos. Creo que ya no descarto la maternidad, aunque eso sí.... en un futuro más o menos lejano.
Ver para creer.
Algo se ha despertado en tí, eh? Pues ya sabes... ;P
ResponderEliminarSaludos y buen fin de semana.