Desde que tenía uso de razón, desde que era capaz de recordar, Valeria había estado enamorada de Jaume, el mejor amigo de Pedro, su hermano.
Él era seis años mayor que ella, alto, moreno, deportista, increíblemente atractivo y, por lo que contaba Pedro, con un gran éxito entre las féminas. Y no era de extrañar.
Inalcanzable.
Ella sabía que era invisible para Jaume. Menuda, flaca, tímida, insegura, casi sin tetas. Del montón. Insignificante. Una sombra. La hermana pequeña de su mejor amigo. Nada más. ¿Cómo se iba a fijar en ella?
Valeria se pasó toda su adolescencia suspirando por Jaume. Soñaba que algún día él se fijaría en ella, le pediría salir, se besarían, harían el amor, se casarían, tendrían preciosos retoños, y estarían juntos para toda la vida.
Pero, en el fondo, ella, chica lista, era consciente de que eso jamás ocurriría. A Jaume, por comentarios que le había escuchado a su hermano, sólo le gustaban las chicas guapas, altas, rubias, con curvas. Y mayores, claro.
Definitivamente, ella no era su tipo. Aunque quizá, algún día... Quién sabe.
Así, cansada de ser invisible a los ojos de Jaume, Valeria trazó un plan. Su plan de "seducción fatal".
Un viernes por la tarde, sabiendo que él iba a estar varias horas en casa de ella, jugando a la videoconsola con Pedro, volvió del instituto dos horas antes alegando que le dolía la garganta y que no se encontraba bien.
Al llegar a casa, fue a su habitación y tiró la mochila por el suelo. Se quitó los vaqueros, la camiseta, las zapatillas y se dio una ducha.
Se puso un sujetador con relleno y encima un top negro ceñido. Complementó el look con su minifalda más corta, la que sólo se ponía alguna noche en verano, y unas sandalias rojas de cuña.
Luego, fue al cuarto de baño de sus padres. De una estantería, cogió el neceser de las pinturas de su madre y se maquilló como mejor supo. Era una de las primeras veces que lo hacía.
Se inspiró en una de esas revistas de belleza que acumulaba su madre y que encontró olvidada en un rincón del salón.
Pasando páginas, encontró una foto de Scarlett Johansson y pensó: "Quiero ser como ella".
Se pintó los ojos con sombra, se puso rimmel, colorete, polvos compactos. Se pintó los labios de rojo y se soltó su larga melena rubia, que siempre llevaba recogida en una cola de caballo.
Cuando acabó, se miró en el espejo, y no le gustó del todo el resultado. Se veía rara. Mayor. Algo vulgar.
Sus rojos labios parecían demasiado voluptuosos, y sus pestañas, con excesiva máscara, le daban un extraño aire de muñeca triste.
Se sintió algo ridícula. Fuera de lugar.
Pero ya era tarde. Ahora no podía echarse atrás. La suerte estaba echada. ¿Además, no quería resultar sexy? Pues ya está.
Se dijo a sí misma,-en realidad, a la imagen que le devolvía el espejo-, como queriéndose autoconvencer:
-Estás increíble, Valeria. Le vas a impresionar. Se va a quedar sin palabras al verte.
Entró en el salón y se sentó en el sofá. Cogió un libro, y se puso a leer, o a hacer que leía, mientras esperaba la llegada de su hermano Pedro, acompañado de Jaume. Su adorado Jaume.
Estaba nerviosa. Ansiosa. El corazón le iba a mil por hora. Se le iba a salir del pecho. No sabía cómo reaccionaría Jaume ante su cambio de look. ¿Le diría algo? ¿O directamente la ignoraría?
En esos pensamientos estaba, cuando se abrió la puerta de la calle y se encendió la luz del recibidor. Valeria oyó las voces y carcajadas de su hermano y de Jaume al otro lado de la pared. Pedro se asomó a la puerta del salón, que estaba junto al recibidor y encontró a su hermana allí.
Ambos hermanos se miraron unos segundos como si no se conocieran. Casi desafiantes.
-Valeria... ¿Cómo es que ya estás aquí? ¿No deberías estar en el instituto?
-S-sí... Pero es que hoy hemos acabado una hora antes porque la de literatura estaba enferma y...
-¿Qué es esa mierda que llevas en la cara?
-¿El qué?
-¿Cómo que "el qué", joder, cómo que "el qué"? ¡¡El maquillaje ése...!! ¿Has ido ASÍ a clase?
-No...
-¿Tú te has visto bien? ¡Pareces una puta barata! ¡Quítate eso antes de que vengan los papás y te vean así, anda! Prometo no decir nada...
-Pero...
-¡Que te lo quites!
Jaume se había asomado también y había presenciado en silencio parte de la escena. Pedro salió del salón, le hizo una señal a su amigo para que lo siguiera y se dirigió dando zancadas a su habitación. A lo lejos, se oyó un portazo y un
-Tío, voy a encender la Play. ¿Vienes o qué?
-Sí, enseguida. Ve preparando eso...
Al quedarse solos, Jaume miró a Valeria. Lloraba en silencio. Avergonzada. Humillada.
Las lágrimas resbalaban lentamente por sus mejillas y le emborronaban los ojos con el negro del rimmel. El carmín de los labios también se le estaba empastrando y le hacía una mueca extraña.
Cuando vio a Jaume, Valeria se sintió tan ridícula, que se tapó la cara con las manos. Deseó ser invisible. Deseó que se la tragara la tierra. Deseó estar muerta en aquel preciso instante.
Su plan se había ido al garete. No era precisamente así como quería que la hubiera visto él. No era ésa la idea, la verdad.
Ella había querido parecer sexy, mayor, atractiva, a sus ojos. No una niña tonta jugando a ser lo que no era.
Pero su hermano, su odioso hermano mayor, lo había estropeado todo. Una vez más le había fastidiado el plan.
Siempre era igual. Siempre le hacía alguna putada asi. Estaba harta. En esas ocasiones, le odiaba. Y ahora Jaume se iba a reír de ella. Ahora sí que ya no podría volver a mirarle a la cara.
De repente, Valeria, que seguía tapándose el rostro con las manos, oyó unos pasos acercándose.
Era el ruido de la suela de goma de unas deportivas.
Notó el calor de una presencia sentándose a su lado en el sofá. Y una mano tibia posándose suavemente sobre sus finos cabellos rubios.
Una voz grave y aterciopelada le susurró:
-No llores más, Valeria... No pasa nada. Aquí nadie ha visto nada.
Además, todos hemos hecho alguna vez cosas así, para parecer más mayores y más guays. Seguro que esta tarde has quedado con algún chaval y querías impresionarlo. ¿A que sí?
Valeria bajó las manos lentamente, y miró a Jaume con los ojos abiertos de par en par, entre las lágrimas. No podía creer lo que estaba oyendo.
-Bu-bueno... sí, más o menos. Pero a la vista está que no hubiera triunfado mucho...
Él le sonreía.
-Con lo guapa que tú eres... No te hace falta ponerte toda esa pintura en la cara. No lo necesitas. De verdad.
-¿Lo dices en serio? Me siento tan ridícula...
-Totalmente en serio. Aunque casi me está dando envidia el "niñato" ése por el que te has tomado tantas molestias. Es un tío afortunado.
Así que ahora, te vas a quitar ese maquillaje de señora mayor, vas a secarte las lágrimas, vas a olvidar todo esto y vas a salir de casa con tu mejor sonrisa y la cabeza bien alta. Así sí que vas a triunfar.
Le dio un beso en la mejilla húmeda y pegajosa, con churretes de maquillaje. Se levantó, y salió.
Desde el vano de la puerta, le dijo:
-Dile al Niñato de mi parte que se porte bien. Que como me entere de que no es así, va a flipar.
...Por cierto, si dentro de 5 años ya no te gustan los niñatos y prefieres a los tíos hechos y derechos, aunque sean el amigo plasta de tu hermano, ya sabes dónde encontrarme. Cuídate.
Ah, y al animal de tu hermano, ni puto caso, ¿eh?
El salón quedó en silencio. Valeria solo podía oír los latidos de su corazón, retumbando en su pecho. Y a lo lejos, como amortiguadas, las voces de los chicos:
-Joder, tío... ¿Vienes ya o empiezo la partida yo solo?
-Ya voy, nano... ¡Que estaba en el baño!
Qué cosa más mala eso de enamorarse en la adolescencia del amigo de un hermano... uf!! Si yo te contara... Bonita historia!!
ResponderEliminarCris: cuenta, cuenta! Yo es que no tengo hermanos, así que nunca pude enamorarme de ningún amigo suyo. xD
EliminarPero sí, tiene que ser chungo. Esos amores platónicos...
Besos!
Solo diré que pasaba las manos por los manillares de su moto -cuando él no andaba cerca- para que se me quedara el olor de su colonia impregnado en las mías. Lo peor es que un día dejó de ser platónico y se chafó todo...
EliminarMe ha encantado la historia.
ResponderEliminar¡Saludos!
Hola, Paula, bienvenida! Me alegro de que te haya gustado. :)
EliminarSaludos!
Muy buena historia!
ResponderEliminarGracias, Pipah! Me alegra que te haya gustado la historia.
EliminarSaludos.
Hola Gata! muuuy bonita historia... es real? a mi sinceramente me cuesta imaginar que el amigo del hermano mayor de alguien sea un tío taaaan enrrollao jejejeje. Pero como siempre digo... los hombres a veces nos sorprenden para bien! jaja. Besos!
ResponderEliminarHola, L87! No, no es real... Es un relato de ficción. Lo que no quiere decir que no pueda haber chicos majetes por el mundo.
ResponderEliminarBesos.
Hola gata. Es la primera vez que paso a comentar tu blog, y la segunda vez que lo visito. Ayer di con él y se me hicieron las tantas con tus entradas, podría empezar a enumerar muchísimos puntos por los cuales sin duda volveré a pasar en más de una ocasión, pero nada pues eso en el fondo todo son tópicos de seguidor de bloguer que te habrán repetido hasta la saciedad (di contigo por una de tus entradas sobre belleza y condescendía de famosas, me sentí identificada en tu visión de muchos temas q tratabas en otras entradas,etc), Aunque creo que el comentario más tópico por excelencia de nuevo seguidor es paradójicamente el que se excusa diciendo que no quiere caer en el tópico, "ya te lo habrán dicho pero.." jajaj ...en fin matame, q estoy espesa son las tres de la madrugada, y hace como un año que no tocaba el blog , y curiosamente lo he abierto hoy para contestar a un conocido blogger que he descubierto ahora tenemos en común: señor X.
ResponderEliminarMe ha encantado el relato... Ahora me he quedado con la duda de si Jaume sólo quiere ser majo o si realmente le gusta Valeria. Seguro que ella se ha quedado con la misma duda porque en la adolescencia siempre entendemos las cosas como las queremos entender. Un besote!!!
ResponderEliminarQué chula la historia, Gata!
ResponderEliminarAhora bien... Jaume dijo todo aquello sólo para hacer sentir mejor a Valeria o realmente opinaba así? ya sé.. libre interpretación pero te mojas? ;)
Habrá continuación o más relatos así? estaría genial!
Un beso!
A pocas mujeres les queda bien el pintalabios rojo. ¡Ja, ja, ja! La mayoría suelen parecer poligoneras XD
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