30 de julio de 2010
Dos amigas
Ayer, por fin, conocí al pequeño Rodrigo.
J.J. y yo nos acercamos un rato a casa de sus padres: mi amiga E. y su marido S.
Llevábamos un regalo para el nene, comprado por la mañana en el Diver Drak: una de esas alfombras de actividades, que llevan dibujados los animales de la granja, y que incluyen sonidos, musiquitas, texturas y demás cosillas para estimular el desarrollo sensorial y la creatividad de los bebés.
La verdad es que pasamos un rato muy agradable con los nuevos papás. ¡Y el bebé es taaaaan mono!
E. nos contó cómo fue el parto, con bastante lujo de detalles. Yiiiiijjjjj. La verdad es que fue bastante duro. A mí se me ponían los pelos de punta sólo de escucharla.
Después, mientras E. le daba el pecho a Rodrigo, S. nos estuvo enseñando toooooooodas las cositas que le han comprado: la cuna, la mini-cuna, el cuco, el carrito, la sillita para el coche, la bañera y el cambiador, la ropita... Caramba, ¡¡la de cosas que necesita un recién nacido!!
Más tarde, E. nos contaba cómo fueron los días posteriores al nacimiento de Rodrigo, la vuelta a casa, las miles de visitas que han recibido... Y yo la observaba, mientras cogía en sus brazos a aquel bebé pequeño y pelirrojo (como ella) y pensaba: "¡Qué rápido pasa el tiempo! Parece mentira...".
Efectivamente, han pasado 11 años, pero recuerdo perfectamente el día que nos conocimos.
Era uno de los primeros días de clase, en primero de carrera, y lógicamente, aún no conocía a nadie. Sólo algunas caras de vista y poco más.
Entré en el aula e hice un rápido repaso visual a los alumnos que estaban ya sentados esperando que comenzara la clase. Había algunos grupillos de gente ya formados: eran de la gente que venía de los pueblos, que solían hacer piña muy rápido.
Se ve que esa circunstancia los unía. Formaban un grupo muy definido y apartado del resto, lo cual, en contra de lo que yo pensaba en un principio, no fue algo temporal, de los primeros días de curso, sino la tónica general a lo largo de toda la carrera.
La verdad es que sentarme al lado de ellos me daba bastante palo. Me sentía un poco intrusa. Como si yo no formara parte del club.
Entonces, en uno de los bancos de más arriba, la vi.
Era una chica menuda y pelirroja, estaba sola y leía atentamente unos apuntes. A pesar de parecer tan concentrada, me resultó amigable. Era la primera vez que la veía, no la conocía de nada, pero me transmitió buenas vibraciones. Me acerqué a donde ella estaba y le dije: "Hola, ¿es ésta la clase de Teoría de la Información?".
Alzó la mirada hacia mí y sonriendo me dijo que sí. Entonces le pregunté: "¿Puedo sentarme aquí?"
Nuevamente, sonrisa y respuesta afirmativa, así que cogí mis cosas y me senté a su lado.
Como el profesor no venía todavía, nos presentamos y empezamos charlar. Conectamos enseguida. Era como si nos conociéramos desde hacía tiempo.
Y, aunque en aquel momento ninguna de las dos lo sospechábamos, como se dice al final de la película Casablanca, aquello fue el comienzo de una hermosa amistad.
Una amistad que ha perdurado durante años, y que ha estado llena de momentos buenos y malos; de risas, de lágrimas...
De recuerdos inolvidables, como...
-Aquel verano en la playa de Piles.
-Las Nocheviejas de todo tipo: en salas de fiesta, (vestidas/disfrazadas de gala), en casas rurales, en el piso de alguno de los amigos, con concurso de disfraces incluido y maratón hasta las tantas de Party, Trivial Pursuit, o Rummikub (sin duda, las noches de fin de año más divertidas).
-Las noches de Fallas hasta las tantas de la madrugada, de verbena en verbena.
-Las quedadas para estudiar o hacer un trabajo para la universidad, que acababan en merendola, risas y cotilleos.
-Los días veraniegos tirándonos por los toboganes del Aquarama.
-Aquel viaje a Barcelona.
-Las paellas del Politécnico.
-Las tardes lluviosas de invierno jugando a la Wii.
-La torrà de xulles en el polideportivo de Xirivella.
-Aquel concierto conjunto de Amaral, Revólver, etc.
-Los cumpleaños multitudinarios.
-Las tardes paseando por el centro de Valencia
-La primera cena en su nuevo piso.
-La despedida de soltera que le preparamos entre todas las amigas.
-El día de su boda.
...
Aunque, por desgracia, también hemos vivido juntas momentos tristes. Algunos muy tristes.
Como cuando hace 4 años falleció su madre, a la que yo conocía y apreciaba mucho. O el verano pasado, cuando perdimos a una amiga común.
Y esos momentos, los realmente difíciles, los más duros, son los que ponen a prueba una amistad.
Lloré con ella la pérdida de su madre, estuve a su lado intentando consolarla, animarla, ayudarla a superar el duelo. Luego, cuando murió nuestra amiga, también nos apoyamos la una en la otra. Siempre nos hemos apoyado mutuamente.
E. y yo hemos estado juntas en esos momentos, y en tantos otros momentos amargos. Y nuestra amistad ha salido reforzada.
Además, nunca hemos tenido rivalidad, ni celos, ni malos rollos. Nuestra amistad ha sido siempre sincera.
Para mí, E. ha sido siempre un ejemplo a seguir. Admiro su valentía, su entereza a la hora de afrontar las adversidades, su madurez, su forma de encarar la vida, con la cabeza tan bien amueblada. Creo que es una persona llena de virtudes, alguien realmente valioso.
El resto de amigas siempre hemos dicho de ella que es "pequeñita, pero matona". Y es verdad. Nada ni nadie la amedrenta.
Tiene una fuerza de espíritu que ya quisieran muchos para sí y un corazón enorme. Y siempre ha estado ahí, cuando la he necesitado.
Por todas esas cosas, yo la quiero muchísimo. Y soy feliz viéndola a ella tan feliz, con su marido y su bebé. Ahora que la vida le sonríe. Porque lo ha pasado muy mal, ha sufrido mucho. Y ella merece toda la felicidad del mundo.
11 años va a hacer que nos conocemos, que somos amigas. Contra viento y marea. Y han pasado tantas cosas en todo este tiempo...
Pero en el fondo, en lo principal, apenas hemos cambiado. Seguimos siendo muy parecidas a aquellas dos chicas de 18 años que empezaron juntas la carrera.
Espero que nuestra amistad siga cumpliendo años, que siga desafiando al tiempo y a las vicisitudes; pero manteniendo siempre esa buena salud. Que nuestro vínculo no se pierda.
Que un día, ya ancianitas, nos pongamos a recordar todo lo que hemos vivido juntas.
Y digamos: "¡Cómo ha pasado el tiempo! Y parece que fue ayer...".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
HELLO!
Todo lo que leerás aquí es contenido propio. Si en algún momento hago referencia a algún escrito ajeno, citaré siempre la autoría.
Las imágenes que aparecen en el blog son tomadas de Internet. No obstante, si consideras que alguna no debería estar aquí, sólo tienes que hacérmelo saber y la retiraré al instante.
No acepto solicitudes de intercambio de enlaces. En mi opinión, enlazar un blog es algo totalmente voluntario y desinteresado. Bienvenid@ y gracias por pasar por aquí. :)
Qué buen sabor de boca dejan siempre esas personas que han estado ahí desde hace años, contra viento y marea...
ResponderEliminarEnhorabuena para tu amiga y para ti, porque eso es difícil de encontrar.
Un beso!
cuidala porque muchas veces la vida te aleja, y perder una amiga así es un bajón.
ResponderEliminarun beso.
Es preciosa tu amistad con ella, es una amistad de las de verdad, de la que cuando hablas de ella te sientes orgullosa.
ResponderEliminarMi enohrabuena a las dos por teneros la una a la otra y me alegro que la vida le esté sonriendo por fin.
Besos
Que entrada más entrañable Gata, hasta he lagrimeado. Jooo!!
ResponderEliminarQue bonita amistad tienes, y ella también contigo. Si ella es buena amiga, será porque tu también lo eres de ella, así que enhorabuena a las dos!! Cuidala mucho :)
Un besito, y muy feliz fin de semana.
Bonita amistad, parece que tiene unos firmes y bellos cimientos. Cuidarla!
ResponderEliminarBesos.
Hermoso es poder conservar una amistad tan sincera después de tanto tiempo. Un saludo
ResponderEliminar