Existe toda una serie de preguntas-bomba (también conocidas como preguntas-trampa) que toda chica ha formulado en alguna ocasión a su novio. (Yo también, lo confieso).
Una vez hecha una de estas preguntas, ya no hay escapatoria para la víctima... Por eso son tan peligrosas.
Ejemplos de este tipo de preguntas hay miles. Está la clásica: "¿Cariño, crees que estoy gorda?"
(Esta pregunta también acepta variaciones "textiles", del tipo: "¿Este vestido me hace gorda?").
Tic-tac-tic-tac...
Tanto la original como la derivada son muy peliagudas... Pero hay más.
Otra muy frecuente es ésta: "¡Qué guapa es ___________, ¿verdad?" (Rellenar el hueco con el nombre de la actriz/cantante/modelo/famosa más explosiva).
Tic-tac-tic-tac...
Además, lo dices en plan colega, como si no te molestara, dándolo por sentado... Para que se confíe. ¡¡¡DANGER!!!
Por supuesto, ésta también acepta variaciones como: "¿A que __________ está cañón?" (En el hueco va el nombre de la amiga tuya que esté más buena). Y rematas: "Va, tonto, confiesa, que no me voy a enfadar...".
Tic-tac-tic-tac...
Otra muy típica: (Después de ir a la peluquería): "Cielo, ¿me queda bien este corte? ¿No crees que se han pasado con la tijera?".
Tic-tac-tic-tac...
O, después de estar media hora contándole tu horrible día de trabajo: "Blablablablaaaaaa... y de verdad, que estoy harta de... ¿Cariño, me estás escuchando?"
Tic-tac-tic-tac...
No vale contestar SÍ o NO. Ambas respuestas son malas: una por poco diplomática (te tocará dormir lo que queda de mes en el sofá, como mínimo) y la otra porque parecerá que estás mintiendo para quedar bien.
Por tanto, chicos, para desactivar las preguntas-bomba hay que ser original. Decir algo que ellas no esperen y las deje sin palabras. Algo que las descoloque... pero estimulando su ego.
Por ejemplo, en el caso del vestido, digamos "difícil", hay que decir algo así: "Cariño, todo lo que te pones te está bien. El problema de ese vestido es... el estampado, que es muy feo. Pero tú estás fantástica siempre".
Sobre qué opinan de mujeres indudablemente atractivas: "¿Pilar Rubio? ¿Quién es esa...?". "¿Que tu amiga Vanessa está buenísima? Pero si es pura silicona, ¿no?... Tú estás mucho mejor".
Después del desastre post-peluquería: "Ese corte de pelo te está... ideal. Lo que pasa es que es... moderno, diferente... Como tú".
En cuanto a la última, si no habéis escuchado ni una palabra de todo lo que os ha/hemos estado contando porque estábais pensando en el Madrid-Barça... ahí lo tenéis crudo, amiguitos. Porque lo va(mos) a notar.
Estas respuestas tampoco son válidas si la chica es muy insegura y desconfiada, porque seguirá pensando que le estáis haciendo la pelota para quedar bien. Y ése es el problema de este tipo de preguntas, que son fruto de la inseguridad.
Inseguridad que todas sentimos de vez en cuando. Y en esos momemtos en que necesitamos que nos suban la autoestima diciéndonos cosas bonitas, es cuando forzamos la situación con estas preguntas cuya respuesta conocemos perfectamente.
Así que, chicas, dejaos de inseguridades y preguntas bomba... Da igual si el vestido no os sienta bien, si el nuevo corte de pelo es un auténtico desastre, si no tenéis el cuerpo de Gisele Bundchen o si se alegran la vista con Angelina Jolie o vuestra amiga la recauchutada. Tampoco pasa nada si les estáis contando vuestros problemillas cotidanos y desconectan a los 5 minutos (ellos no son vuestra madre ni vuestra mejor amiga).
No hace falta ponerlos a prueba con preguntas estúpidas y tramposas que no llevan a niguna parte. Repetid esto como un mantra: Si están con vosotras es porque os quieren y porque les gustáis tal y como sois. Y punto. Igual que ellos os gustan y los queréis, aunque no sean perfectos, ¿no?
Pues eso. (Yo también necesito hacer este tipo de terapia de vez en cuando).
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