Stilettos: objeto de deseo de fetichistas (y de Sarah Jessica Parker, que los colecciona por centenares), los zapatos de tacón de aguja de 10 cm o stilettos son los reyes indiscutibles del calzado femenino: sexys y elegantes, estilizan las piernas y la figura. Nos hacen ganar unos centímetros y pisar fuerte allá donde vamos. Sí, pero no todo son aspectos positivos... Es mundialmente sabido que, cuando hablamos de zapatos, comodidad y estética están totalmente reñidas. Hay que elegir una u otra, así que si compramos unos stilettos, estamos apostando por la estética dejando a un lado la comodidad.
Todas hemos sentido alguna vez un flechazo irresistible al ver ese par de zapatos monísimos (y carísimos) en el escaparate; atraídas por ellos hemos entrado en la tienda, nos los hemos probado durante un minuto (en el que ya hemos comprobado que no son especialmente cómodos, "pero ¿qué más da? Son ideales..."), y hemos decidido llevárnoslos, orgullosísimas, además, de nuestra compra. Si es que vamos a ser la envidia...
Peeeeero: llega el día del estreno, que suele ser una boda o un evento importante en el que nos toca llevar nuestros preciosos zapatos durante horas y horas... ¿Y cómo quedan nuestros pies al final del día, después de 10 horas aprisionados en esas máquinas de tortura firmadas por Manolo Blahnik? Los deditos forman un gurruño difícil de deshacer, la planta del pie arde, y los pies tienen más llagas que la cara de Freddy Krueger. (Y que no os engañen: esas plantillas de silicona que venden para que no nos hagan daño los zapatos, no sirven para nada. Gran putada).
Minifalda (o minivestido): la prenda más sexy, ideal para aquellas afortunadas de piernas kilométricas (entre las que NO me cuento).
Cuando Mary Quant creó la minifalda, allá por los años 60, provocó toda una revolución en el mundo de la moda y en la sociedad. Por primera vez en la Historia, las mujeres enseñaban las rodillas... y los muslos. Ahora, a nadie le sorprende ver a una mujer con minifalda, pero en su momento, esta pequeña y mítica prenda levantó ampollas y supuso una liberación para millones de mujeres. Un acto de rebeldía contra los dictados de la rancia moral.
Aun así, cómoda, lo que se dice cómoda de llevar, no es.
Porque, vamos a ver: eso de tener que estar todo el rato pendiente de cómo te agachas, cómo te sientas, cómo cruzas las piernas... para que no se te vea más de lo que quieres mostrar es cansino, pero cansino...
¿Y salir de un coche con un cierto glamour, y sin enseñar el "código de barras"? Muy complicado. Si no eres contorsionista del Cirque du Soleil, mejor ni lo intentes.
Escote palabra de honor: lo popularizó la bellísima Rita Hayworth en esa magnífica película titulada Gilda. Desde entonces, y ya ha llovido bastante, su fama no ha decaído ni un ápice. Sin duda, es el "escote" por excelencia. Elegante como pocos, realza los hombros y el cuello, es uno de los preferidos por las celebrities y se ve a menudo en trajes de novia.
Bufffff. Para eso, mejor unos tirantes, ¿no?
4 versiones del palabra de honor
Lencería de encaje: ¿qué voy a decir que no se haya dicho ya de la lencería "picantona"? Pues eso: que es LA MÁS SEXY. Ideal para noches de pasión.
Llevar un conjuntito de La Perla te hace sentir taaaaaan femenina y taaaaaaan seductora... Una femme fatale. Te sube la moral y la autoestima. Tanto, que vas por la calle lista para "matar". Sí, es cierto. La lencería de encaje te hace sentirte como una diosa del sexo.
Sólo tiene un "pequeño" pero que le quita bastante glamour: ¡¡¡PICAAAAAAAAAAAA!!!! Arggggghhhh...
Y es que es verdad: para presumir hay que sufrir. Y si no, que nos lo digan a nosotras...
Tengo la suerte de ser de esas pocas personas que aguantan los tacones... lo que me fastidia es llevar los dedos hechos un gurruño como tú dices... :) y creo que los zapatos buenos buenos (caros) a parte de estéticos seguro que los hay tb cómodos.
ResponderEliminarPor lo demás estoy de acuerdo contigo ¡en todo! Mira que nos gusta complicarnos...
Tienes más razón que una santa... Mira que nos gusta a las mujeres estar incómodas para sentirnos guapas.
ResponderEliminarYo las minifaldas las abandoné hace tiempo. Con 18 años me veía monísima con ellas pero ahora soy incapaz de usarlas, no me veo. Tengo tres o cuatro camisetas palabra de honor y están muertas de risa en el armario, son lo más incómodo del mundo. Con un vestido no me he atrevido nunca ni creo que me atreva. Si ya se bajan las camisetas, el vestido no quiero no pensarlo! La lencería de encaje sólo la saco para ocasiones especiales pero, a lo que sí que no puedo resistirme es a los taconazos. Por muchas ganas de morirme que me entren cuando son las 6 de la mañana y llevo toda la noche de pie con ellos, siempre vuelvo a caer. Son tan bonitos!
Yo la prefiero sin nada de todo eso: o sea, sin nada...
ResponderEliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Hay que reconocer que cuando quereis ponernos la orejas tiesas de verdad que lo conseguis, pero si os sirve de consuelo ante tanto sufrimiento, peor lo pasamos nosotrooooooooooooooos! ...
ResponderEliminarUn saludo
Juli
Me uno a todo eso que has dicho (sobre todo en lo de que picaaaaa ;) Mi madre siempre me lo ha dicho, que normalmente para presumir hay que sufrir.
ResponderEliminarUnos taconazos, dan mucho estilo, pero son agotadores, no hay vez que no me ponga unos y no acabe con rozaduras y dolor de dedos engurruñidos (pero si que funciona las compeed ampollas esas, os las recomiendo)Y a pesar de todo no me resito a un buen tacón, cuanto mas alto mejor ;)
Las minifaldas ya como que no (si son muy minis) y la lencería....aunque es incomoda al menos cuentas con que desaparezca prontito ;)
Besos
Vale, nos ganais. Lo acepto!
ResponderEliminarBesos.
Y porque no te has metido en el tema de la depilación! Jajaja, buen análisis.
ResponderEliminarJajajajaaj buenísimo¡¡ y que grandes verdadeeeees¡¡
ResponderEliminarOhhh que buena entrada, cuanta razón tienes. Yo tengo unos taconazos de esos que se compran y se ponen una sola vez, son para ocasiones especiales decimos, pero en realidad nos dejaron tan echas polvo el día del estreno que ya no te atreves. Parece que te miran con cara de león enfadado, muy enfadado cada vez que los ves en el zapatero jajaja!!
ResponderEliminarMinifaldas no me he puesto nunca, no me pongo falda desde hace ufff...ni me acuerdo cuantos años. Prefiero pantalon, largo, pirata, mas pirata o corto, pero pantalón. Aunque ya se que no queda igual que una minifalda, pero es que hay piernas que no dan para eso ;)
Vestidos palabra de honor tengo uno que me encantó y me pongo cada vez que puedo. Igual tiene truco, y es que es imposible que se caiga porque la cintura es muy ceñida, así que imposible que resbale y deje al aire tus encantos :D:D:D
La lencería sexy, hmmmmm me encanta y me la pongo a menudo. Si la compras "buena" no pica tanto ;)
Un besazo!
Aguanto los tacones como una campeona...eso sí, he perdido la cuenta de la cantidad de "zapatos-que-me-robaron-la-vida-y-la-cartera" que no puedo ponerme por ser incómodos de la hostia.
ResponderEliminarMe encanta la entrada!!!!!
ResponderEliminarYo aguanto los tacones toda la noche pero cuando me los quito...
Por eso digo desde mi experiencia que no te los quites aunque tengas un segundo para sentarte porque sino luego es peor!!
Un saludo!!
Se me olvido decir que para las mujeres que tiene mucho pecho no se pongan un escote palabra de honor porque te hace una espalda muy ancha!!!!!
ResponderEliminarBueno, veo que coincidimos todas en la pasión por los zapatos, aunque sean "mataores". Si es que, sarna con gusto no pica, eh, chicas????
ResponderEliminarA mí también me chiflan los zapatos, aunque luego me destrocen los pies.
Minifalda llevo de vez en cuando, pero prefiero llevarlas con medias tupidas o leggings. Así es más cómoda. Además, mis piernas no son las de Gisele Bündchen, así que...
El palabra de honor me encanta, pero me resulta muy molesto. Y la lencería, pues eso: preciosa pero picosa, jajajajajjajaj!!
Por cierto, me encanta que comentéis y me déis vuestras opiniones.
Besos a todos!!!
De qué pueblo de Cuenca eran tus abuelos???
ResponderEliminarYa lo creo que pica.... cantidubi!!! Maldito encaje de marras!!!
ResponderEliminarY de las party feet prefiero ni pronunciarme.... menuda kk-la-vaca!!!
Un abrazoooooo
Anónimo: mis abuelos son de Víllora, provincia de Cuenca. Lo conoces???
ResponderEliminarEsthertxu: sí, la lencería pica que-te-cagassssssss... Ir rascándose entre las tetas es el antiglamour!!!A mí no me compensa llevarla, por muy sexy que bonita que sea. Y las party-feet (gracias, no recordaba el nombre)no sirven pa náaaa!!
Besos!
Víllora, eso está en plena serranía...soy oriundo conquense, alcarreño para más señas...nunca estuve en Víllora aunque he tenido conocidos de allí en épocas pasadas...
ResponderEliminarentonces de los pantys mejor ni hablamos...a mí que me vuelve loco ponerme pantys¡¡¡
ResponderEliminarAnónimo: si es que el mundo es un pañuelo!
ResponderEliminarY Anónimo: los pantys son lo peor: dan calor en verano, se rompren al mínimo roce y siempre me siento embutida como una morcilla de Burgos.
Salu2
Chica, pues a mí me hacen sentirme seguro¡¡¡¡
ResponderEliminarno te preocupes que ya me los endiño yo por tí...
Anónimo: sí, Víllora está en plena serranía conquesnse. Tengo ya ganitas de irme p'allá de vacaciones. Y tranqui, los pantys te los dejo todos a ti, que te molan. YO paso.
ResponderEliminarSaludos!
No me digas que vacacionas en ese pubelo habitualmente???
ResponderEliminarPues sí, Anónimo, suelo ir todos los veranos unos días, y en Semana Santa también... y algún que otro finde o puente en invierno y primavera.
ResponderEliminar"Mi infancia son recuerdos de un verano en Víllora", parafaraseando al gran Machado.
jajajaj como que pica la lenceria? Es verdad que te hace sentir preciosa, yo me fuí hace unos meses a esquiar unos dias, y claro, con las pintas que tenía (el conjunto de esquiar de mi primo, 4 tallas superior a la mía) pero bien mona que iba por dentro jajaja
ResponderEliminarLos stilettos, como toda mujer, me ENCANTAN!!! Y yo sí que los aguanto, yo creo que la clave es ir subiendo cm tiempo a tiempo y que los zapatos sean buenos, sino revientas. Mis amigas siempre me dicen que cómo aguanto tantas horas, pero yo creo que la clave es la calidad (aunque tenga un cuarto de los zapatos que ellas tienen) y que utilizo tacones cada dia, así que cuando me toca usar stilettos pue estoy más acostumbrada. Aunque tengo que reconocer, que sí, que cuando son muchas horas acabo llorando internamente y necesito mi momento de: me siento y luego soy persona. Pero hija, unos manolos tienen que ser cómodos!!! No me bajes el mito!
Las minis son incómodas sí o sí, solo tengo una medio cómoda y porque es anchita. Y los palabra de honor, un horror, entre que tengo pecho y se bajan... tengo un vestido precioso y que me ajustaron a mi cuerpo así que no se baja, pero aún así me dá la impresion que sí lo hace.
Nuria-Yacky: la lencería puntillosa claro que picaaaaaaaaaaa!!! Es el tejido, a mí, al menos me pica tela!
ResponderEliminarY los stilettos me encantan, los adoro, pero aun así, acabo con los pies destrozados. Porque yo me hago la chula y la valiente: los llevo horas y horas sin quejarme, aunque llega un momento en que tengo ya la lagrimilla a punto de salir (ayssssss), y necesito UNA SILLAAAAAAAAAA!!! Y quitármelos ya. En la boda de mi mejor amiga, después de 12 horas con los zapatos puestos, a las 5 de la mañan estábamos todas ya descalzas por el salón del banquetes, los zapatos en la manos, buffffff.
Y te entiendo a la perfección: yo también tengo pecho y el escote palabra de honor - que me encanta- me crea una psicosis de pensar que se me va a bajar continuamente...!! Aunque lo lleve super ajustado! Es algo psicológico.
Gracias por leerme y comenta.
Un besote!!
Gracias por leeR y comentaR, quería decir... besos
ResponderEliminarsí, la verdad es que yo también guardo imborrables recuerdos de los veranos en mi pueblo...y de vez en cuando uno echa de menos aquella tranquilidad...
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