Oh, l'amour...

Ea, que sí, que hoy es 14 de febrero, día de San Valentín, San Cobardín, San Retontín, San Cansinín, San Cursilón, etc.

Siempre me encantó la mofeta 'Pepe le peu', era taaaaaaaan empalagoso...

Dudo que haya en todo el santoral un santo más denostado que este buen hombre que se dedicaba a casar parejas en secreto allá en los duros tiempos de la persecución de los primeros cristianos por parte de los romanos. (Joer, sí que empezaron mal estos cristianos, pero ahora... anda que no tienen bien montada la paraeta. Vete al Vaticano y flipa).  En fin, que me voy del tema...


A cuánta gente oiremos hoy cagarse en San Valentín, decir que si vaya tontería, que si otra vez San Valentín, que si no hace falta un día en concreto para demostrarle a tu pareja lo que le quieres, que si hoy es San Corte Inglés, que si es una fiesta consumista y cursi, y blablabla...


Cierto, cierto y cierto. Nadie puede discutir eso. Pero también es consumista y cursi la Navidad y la seguimos celebrando año tras año. Es lo que tiene vivir en una sociedad consumista, cursi e hipócrita, nenes, que hay que tragar con ese tipo de convenciones y tradiciones. 
Y si no, pues sólo veo una salida: raparse al cero, e irse de monje al Tibet a meditar.


A ver... Hay gente que detesta este día tenga o no tenga pareja. Aunque lleven 30 años enamoradísimos de su pareja, siguen sin verle sentido a San Valentín, porque para ellos, todos los días son o deberían ser San Valentín, y porque no necesitan un día marcado en el calendario para demostrar su amor.
Me parece una postura razonable y coherente. 


Pero odiar San Valentín porque estamos sin pareja y nos reconcome la envidia de ver a otras parejitas diciéndose y haciéndose cursiladas everywhere... para luego, cuando tenemos pareja, ser los más cansinos y empalagosos celebrando San Valentín... pues oiga, eso es falta de coherencia y un puntito de hipocresía.
De lo cual ya hablé en otra entrada  así que no voy a extenderme más por aquí. Vamos, que si no te mola San Valentín, no te mola nunca. Independientemente de que tengas a alguien que te regale o a quien regalar flores y demás. 


Luego están esos que se llevan a matar todo el año, y hoy se regalan miles de chorrifloreces y se hacen chorrimanifestaciones de amor públicas, incluso vía Twitter, para "disfrute" del resto de tuiteros, a los que nos interesa un huevo de pato si se quieren o no.
O exhibicionistas como el Guti y la Belluscio, o Paquirrín (para mí seguirá siendo siempre Paquirrín, y punto) y su novia la modelo ésa a la que antes de tirarse salir con el hijo de "la Panto", no la conocían ni en su casa a la hora de comer.
*Me dicen por el pinganillo que se llama Jessica Bueno. Pues eso. Paquirrín y Jessica.

En fin...

De todas formas, creo que cada uno hace con su vida lo que quiere. Somos libres. Y quien quiera celebrar este día por todo lo alto, porque está enamorado, o al menos, así lo siente, pues oye, tampoco hace mal a nadie, ¿no? Peor es esa gente que va siempre con cara de malfollado por la vida, o esa gente que siembra odio y mal rollo allá donde va.

Unas flores siempre alegran una habitación. Unos bombones siempre endulzan. Una carta de amor, una felicitación, siempre nos sacará una sonrisa.

Al fin y al cabo, son manifestaciones de AMOR. Significa que alguien piensa en otro alguien. Que alguien ama a otro alguien. Y eso me parece más que loable si es sincero.

Y algunas de esas manifestaciones ni siquiera valen dinero. Ésas son las más valiosas, creo yo. 

Ahora tengo pareja, y soy feliz a su lado. Pero no siempre ha sido asi. He tenido épocas de soledad, de no comerme una rosca, de ver a otras parejas de enamorados y pensar "¿y yo por qué no?". También he tenido épocas de estar en una relación de pareja que no me llenaba, que no me hacía feliz.

Y ni en unos casos ni en otros, he criticado a San Valentín.

Y ahora que tengo pareja, pues tampoco es algo a lo que dé demasiada importancia.

Esta noche, JJ y yo iremos a cenar por ahí. Para celebrar San Valentín... o más bien porque, dada la incompatibilidad de horarios que tenemos, este fin de semana nos habremos visto 4 horas cómo máximo. Y eso que vivimos juntos. Así que es un poco la forma de compensar.

Pero vamos, que no me estoy justificando. Yo he tenido años de celebrar San Valentín porque me apetecía, y otros de pasar bastante del tema aun teniendo pareja.

Por otro lado... creo que el amor de pareja está un tanto sobrevalorado. Por eso despierta una cierta antipatía en mucha gente que está soltera.

Que sí, que mola mucho tener a una persona a tu lado que te quiere, que te mima, que se preocupa por ti... 

El amor es lo más comercial que existe. Lo más inspirador. Basta echar una mirada a la cartelera o al Top 10 de las listas de éxitos musicales.

Cuántas pelis de amor, cuántas canciones de amor y desamor se han hecho y se harán...

Esto del amor es como un selecto club al que todos, o casi todos, queremos pertenecer. Todos queremos estar dentro. Por eso, cuando no lo estamos, miramos mal a los que sí tienen ese privilegio y nos preguntamos por qué ellos están dentro y nosotros no.

Y sí: el amor es maravilloso... cuando es maravilloso. 

Es decir, cuando es correspondido, cuando es sincero, cuando es generoso, cuando da libertad, y no la quita. Cuando no hay engaños, infidelidades, celos y malos rollos. Porque cuando pasan estas cosas, el amor se convierte en una verdadera putada. Vamos, es que ya no es amor. Es egoísmo, posesividad, atadura, interés, miedo a la soledad, etc.

No es todo tan bonito como parece. No todas las historias de amor acaban bien, por desgracia. Y el amor, a veces, sin que uno quiera ni pueda hacer nada por evitarlo, se esfuma. Sin más.

Una vez, estuve muy enamorada de un chico. Pensé que estaríamos juntos toda la vida. Le veía y sentía esas mariposas en el estómago que dicen algunos que se sienten cuando estás enamorado.

Pero llegó un día en el que, al mirarlo, simplemente, no sentí nada. Las mariposas se habían ido.

Y ése fue el principio del fin. Y no pude hacer nada para volver a sentir lo mismo. 

Así que, aunque hoy sea el día de los enamorados, (del amor de pareja, se entiende), como me parece algo un tanto excluyente y selectivo, quisiera establecer este día como el día del AMOR. En general. En todas sus manifestaciones, que son muchas. No sólo el amor a un chico o a una chica. Amor  a quien sea, a lo que sea.

Todos tenemos alguna pasión, algo o alguien que nos hace sonreír como bobos cuando pensamos en él/ella/ello. Alguien o algo que nos tiene enamorados.

Puede ser una persona, puede ser una mascota, puede ser un nuevo proyecto que nos ilusione, un trabajo, un hobby, un lugar,... 

En los últimos días, he leído a varias bloggeras hablar de sus sobrinos como esa personita que llegó un día y, sin darse cuenta, les robó el corazón; alguien que les llena de felicidad, que les hace mirar la vida de otra forma, incluso plantearse la maternidad algún día. Una personita que con sólo una sonrisa les ilumina el día.

También he asistido de una manera bastante "cercana" a la delicada operación del primo de otra amiga bloguera, que más que primo para ella es como un hermano. Toda la familia lo pasó realmente mal, fueron días de mucha angustia en incertidumbre, hasta que al final, afortunadamente, todo salió bien.

Y eso, queridos, ¿qué es si no es AMOR? Pero del de verdad. Por encima de ramos de rosas, cajas de bombones y ositos de peluche.

Así que... os deseo un feliz día a todos. Que paséis este día con el objeto de vuestro amor.

Ah, aprovechando el día que es, y como este fin de semana nos dejaba una de las mejores artistas que ha dado la música, os dejo, a modo de homenaje, esta canción suya que habla de eso, de amor, y que es una de mis favoritas.

Grande, Whitney.