No parece que haya empezado demasiado bien este 2011 para mí.
La mudanza al nuevo piso se está dilatando en el tiempo más de lo que yo esperaba (y deseaba). Bueno, no la mudanza en sí, que esa ya se hizo la semana de Reyes. Sino el tener toooodas las cosas necesarias para ponerse a vivir medianamente bien. Y, como ya nos hemos ido del piso de alquiler para no seguir pagando, a JJ y a mí nos ha tocado volver a casa de nuestros padres.
Eso en sí no es malo. Al revés. Yo a mis padres les adoro y con ellos estoy la mar de a gusto. Pero... no sé; después de año y medio independizada, se me hace raro "volver".
De todas formas, ése no es el verdadero problema. Al fin y al cabo, esto es algo temporal, y espero a finales de enero estar ya instalada en mi nuevo hogar.
Bueno... eso si no se va todo al traste definitivamente. A lo mejor no va a ser tan temporal esto de vivir con mis padres.
La verdad es que J.J. y yo llevamos un par de semanas como nunca habíamos tenido. De malas, quiero decir.
No sé si es el estrés de haber dado un paso tan decivisvo como el de comprarnos un piso juntos... El caso es que parece que nos han gafado. Estamos discutiendo como nunca lo habíamos hecho. Y no por tonterías como elegir la vajilla, los muebles del dormitorio o el color del que vamos a pintar las paredes.
No. Son discusiones sobre cosas importantes y que tienen que ver con el carácter de ambos. Discusiones de ésas que hacen daño. De ésas que yo ya no recordaba desde que salgo con él.
Y sé que esas discusiones que estamos teniendo útimamente con tanta frecuencia, se deben, en gran parte, a mi mal carácter y a mi falta de paciencia y aguante. Pero es que, cuando una situación me estresa, no puedo evitar estar así. Es algo que me supera. Y es uno de mis (muchos) defectos.
Confieso que últimamente no le doy tregua, que no tengo nada de paciencia con él, que estoy generando un clima de mal rollo que para qué. Que estoy volviendo a caer en los errores que cometí en el pasado, en otras relaciones. Y lo peor de todo es que soy perfectamente consciente de ello y no estoy haciendo nada por evitarlo.
Y sé que le estoy haciendo daño. Que le estoy hiriendo. Y eso es lo que más me destroza.
Porque si sigo así, sé que le voy a perder.
La última: esta mañana. Habíamos quedado para encargar unos muebles. En plena calle Colón, dentro de su coche, mientras buscábamos aparcamiento, hemos empezado a discutir por una tontería.
Yo, muy enfadada y con los humos muy altos, he salido del coche pegando un portazo. Él (enfadado tambíén) ha arrancado y se ha ido.
Me he pasado la mañana dado tumbos como una autómata por las tiendas de hogar y decoración, sin mirar realmente nada. Pensando en él, con un nudo en la garganta, echándole de menos, mirando compulsivamente el móvil, deseando que me llamara, que me mandara algún mensaje.
Pero nada.
Al final he sido yo la que se ha "rebajado" a escribirle un SMS. Su contestación me ha dejado helada: "No quiero hablar contigo ahora porque sería peor... Esta no es la chica de la que me enamoré. Ya hablaremos".
Y ya está.
Hacía tiempo que no sentía este pesar, esta incertidumbre, esta angustia, esa fragilidad. Él nunca había sido así conmigo. Con él las cosas nunca habían sido así de complicadas. Él siempre ha tenido mucha paciencia conmigo y siempre lo ha hecho todo tan fácil...
Por eso ahora estoy verdaderamente asustada. Puede que haya tensado demasiado la cuerda. Puede que la haya fastidiado de verdad, pensando que, de tanto que me quería, jamás se agotaría su paciencia. Error.
No sé qué pensar... Pero ahora me siento terriblemente mal.
No quiero llamarle para no parecer desesperada y porque no quiero agobiarlo. (Ése fue un error mío muy común en mi relación con mi ex, y no quiero repetirlo, puesto que ya no soy la misma cría de entonces. Una ya ha evolucionado).
Pero me muero de ganas de verle y de abrazarle. Necesito hablar con él y arreglar las cosas. Y sobre todo, necesito saber que esto es sólo una pequeña mala racha y que todo se debe a que andamos todos un poco nerviosos.
Qué pena... Con el fin de semana tan fantástico que habíamos pasado.
Qué mal hemos empezado la semana...
(Está visto que la vida nos da siempre una de cal y otra de arena: después de mi último post tan "empalagoso", hoy me toca escribir en un tono bien distinto. En fin... C'est la vie, supongo). :´(
17 de enero de 2011
Pendiendo de un hilo
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será cuestión de las grietas que le salen a una relación/piso cuando se asienta :)
ResponderEliminarEl primer paso es darse cuenta....asi que enhorabuena.
ResponderEliminarEl segundo es que cuando quieres de verdad, ceder, no es "rebajarse", al contrario, no dejes que el orgullo te impida aclarar cosas que dentro de un mes te van a parecer una chorrada...Adapatarse es duro, pero vale la pena
Un solidario abrazo coleguita
Yo creo que es positivo que te des cuenta... ahora solo tienes que ser capaz de controlar un poquito esos arranques jejeje aunque tampoco te echas toda la culpa, eh??
ResponderEliminarMe parece bien que no lo aturulles a llamadas compulsivas... tan solo habla con él, ya verás que todo volverá a calmarse.
Imagino que comprarse un piso debe asustar y bastante, con la idea de que estamos en crisis, y porque es un paso importantísimo en una pareja... asi que solo es eso, un poquitito de miedo, pero ya pasará ;)
Besitos wapa! ;)
Está bien que corra el aire un poco.
ResponderEliminarPero yo no me preocuparía. Cuando vas a dar un paso tan importante surgen miedos e inseguridades que se transforman en discusiones absurdas que, dentro de un tiempo, os reiréis de ellas.
Tranquila y tiempo al tiempo.
Un beso y ánimo, que son rachas
Espero que todo se arregle pronto, Gata... Ya verás como sí!!
ResponderEliminarUn beso y ánimo!!
No existe relación en la que no haya una de estas de vez en cuando... lo importante es darse cuenta y rectificar. Hay que saber callar cuando estás muy enfadado y decir lo que nos moleste en otro momento, más calmado y de forma asertiva, no agresiva. Te lo digo yo, que he pasado por terapia de pareja y me han dado un máster en esto de las relaciones. De todos modos, una sola pelotera de este tipo no se carga una relación. Lo que se la carga son muchas peloteras. Te has dado cuenta a tiempo y eso es lo que importa, guapa. Ánimo y un besazo.
ResponderEliminarEs normal que estéis más tensos de lo normal con el tema del nuevo piso. Tu tranquila que esas rachas pasan y seguro que dentro de poco estáreis tan felices disfrutando de vuestro nuevo hogar.
ResponderEliminarPor cierto, me gusta el cambio que le has dado al blog.
Un besito!
Estaréis, que se me van las tildes.
ResponderEliminarHola Gata!!
ResponderEliminarYo creo que son rachas por las que toda relación pasa y cuando se superan son para bien, porque la relación sale fortalecida.
Yo creo que necesitais hablar, tal vez no de forma inmediata, pero lo que sí está claro es que teneis que sentaros y conversar, exponiendo aquellas cosas que sentís, que os molestan , pero también recordando aquellas cosas que hacen que sea ÉL sea ÉL para ti y tú seas ELLA para él.
Un beso y ánimo!!
Nena, despierta!
ResponderEliminarNada de peleas por chorradas, por favorrrrr! Si lo más bonito es la relación que tenéis y amargarla por gilipolleces no vale la pena en absoluto.
Sé que suena tópico, pero piénsatelo un poco: qué cumpa tiene el pobre que estés de mal humor?
Anímate y no dejes que las tonterías cotidianas os afecten.
Un beso guapa