Hace mucho que no hablo de él en este blog. Bueno, sí, lo he mencionado de pasada cuando hablaba de nuestros episodios cotidianos, como la mudanza y esas cosas.
Pero hace mucho tiempo que no le dedico una entrada completa. Hace mucho que no expreso con palabras todo lo que me hace sentir cada día, cada noche, cada instante.
Y creo que ya toca. Creo que se lo debo. Creo, amor, que te lo debo, por tantas y tantas cosas que tú y yo sabemos. Por todo lo que me has dado y todo lo que me das cada día.
AVISO: Entrada hiper empalagosa, romanticona y pastelosa.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Amor: Ya llevamos dos años viviendo juntos... Los últimos 3 meses, en nuestra casa, ésa que compramos con toda la ilusión del mundo. Además, el próximo mes de julio, celebraremos nuestro tercer aniversario.
¿Y sabes? ¡Se me ha pasado volando! Casi 3 años juntos y me parece que fue ayer aquella inolvidable tarde en la que quedamos por primera vez.
Pero lo más curioso es que me siento como si lleváramos toda la vida juntos. Como si nos conociéramos desde siempre.
Supongo que eso es porque ya no imagino mi vida sin ti. Sin tus besos, tus caricias, tus abrazos antes de dormirme, tus palabras, tu sonrisa, tu sentido del humor, tus manías, tus detalles, tu voz, tu aroma, tus ojos, tus manos, tu boca...
Y es que te echo de menos en cuanto no estás a mi lado. Cada minuto que paso alejada de ti, me parece tiempo perdido.
Creo que ya no sabría vivir sin ti: eres el amor de mi vida, te lo he dicho muchas veces, y así es como lo siento.
Llegaste a mi vida cuando mi corazón estaba en ruinas, y ya casi no creía en el amor.
Pero tú conseguiste devolverme la ilusión. Derretir el hielo de tantos inviernos de soledad y frío. Llenarme de calor, de felicidad, de amor.
Ni la convivencia (que muchos dicen que es la prueba de fuego de toda relación) ni algunos problemas que nos han acechado en estos últimos meses, han hecho que se resientan las bases de este amor. Por mi parte, no es que te quiera tanto como el primer día, sino que cada día que pasa, siento que te quiero y te necesito más.
En ningún momento ha surgido el más mínimo asomo de duda en esto que siento por ti, y que cada vez es más y más grande.
Quiero que todo el mundo lo sepa, gritárselo al viento, que te amo, que sin ti, ya no soy yo. Que eres para mí como un sueño hecho realidad. Que me complementas a la perfección.
Y eso que siempre fui muy escéptica con todo eso del amor para toda la vida, la media naranja, el alma gemela...
¡Tantas veces que ironicé sobre lo absurdo que es eso de creer que existe una persona ideal para cada uno de nosotros! Y ahora me tengo que tragar mis palabras de entonces, y reconocer que a lo mejor, es verdad, que no es algo tan descabellado.
Porque siento que tú eres esa pieza que encaja a la perfección en el hueco del puzzle de mi vida.
Gracias, mi niño, por cada mañana que despierto entre tus brazos.
Gracias por esas noches juntos, de caricias y de pasión.
Gracias por ser el bálsamo a mis preocupaciones.
Gracias por tener a punto siempre esa frase que consiga hacerme sonreír o directamente reír a carcajadas cuando he tenido un mal día.
Gracias por llamarme sin motivo alguno, sólo para decirme lo guapa que soy o lo mucho que me quieres.
Gracias por tu infinita paciencia.
Gracias por respetar mi forma de ser y de pensar.
Gracias por apoyarme siempre y sin condición.
Gracias por no intentar cambiarme.
Gracias por cuidar de mí.
Gracias por quererme y aguantarme incluso cuando no lo he merecido.
Gracias por implicarte tanto en todo y por preocuparte de verdad por mí.
GRACIAS por estar ahí siempre y no fallarme nunca.
Eres lo mejor que me ha pasado, amor, y quiero que sepas que nada ni nadie nos va a separar. Al menos, por mi parte, ése es mi deseo.
Quiero también que sepas que me iría contigo al fin del mundo, sin dudarlo ni un instante.
Y que me encantaría tener hijos contigo. Y envejecer a tu lado.
Soy infinitamente feliz estando contigo y me considero la chica más afortunada del mundo por tenerte en mi vida.
Quiero seguir siendo la mujer de tu vida y quiero que tus ojos sigan siendo lo último que ven los míos antes de cerrarse cada noche.
TE QUIERO.
(Menos mal que no vas a leer esto, porque creo que se me ha ido la mano con el azúcar...).