¡Hola! ¿Qué tal, cómo llevamos el verano? Espero que muy bien...
Yo estoy finiquitando mis vacaciones.
Unas vacaciones que han tenido un poco de todo. "Agridulces" sería la palabra para describirlas.
Hubo momentos geniales. La luz de París, el ajetreo de Madrid, los días a la orilla del mar, encuentros y reencuentros.
Pero también ha habido momentos difíciles, malas noticias que no por esperadas duelen menos, ansiedad, incertidumbre...
Las malas noticias vienen del ámbito laboral. (Tranquilos, de salud estamos bien).
Y es que muy posiblemente me tiren a la calle en los próximos meses. Bueno, a mí, a mi pareja y a un buen número de compañeros.
Como algunos ya sabréis, la empresa donde trabajo ha declarado que su situación económica es crítica, que tiene un agujero de deudas enorme, lo cual le obliga a prescindir de gran parte de la plantilla...
La "única" solución posible es la más drástica: un despido masivo, eufemísticamente llamado ERE.
Vamos, lo que viene siendo dejar en la calle a un gran número de trabajadores.
Pero eso sí, los verdaderos responsables de esta terrible situación, los que un día robaron a manos llenas, esos no van a pagar NADITA. Ni van a ir a la cárcel ni van a devolver el dinero. Siguiendo la estela de las responsabilidades públicas en este país. Claro que sí, nosotros no íbamos a ser menos.
Resumiendo: que vamos a pagar el pato los trabajadores, con nuestro puesto de trabajo. Como siempre.
Esto no es novedad, ya llevamos con este proceso desquiciante hasta para el mismísimo Job un año largo, y de hecho, lo he ido comentando en el blog, de pasada.
Pero ahora, la cosa es inminente, y te empieza a invadir una sensación de incertidumbre, de tristeza, de impotencia, de que da igual lo que hagas, lo que sepas, tus conocimientos, estudios y competencias, lo que te hayas dejado la piel... Da lo mismo. Eres prescindible. No les importa lo que te pase. Si puedes o no puedes pagar la hipoteca, o la manutención de tus hijos, si puedes o no puedes comer.
Les da igual. Asúmelo.
Necesitan echar a gente para sanear cuentas y también para callar muchas bocas.
Y ahí estamos muchos en primera linea de fuego, como peones de un tablero de ajedrez.
Que oye, quizá haya suerte y al final me quede. Ahora están negociando los sindicatos con la empresa, y se han establecido unos criterios para valorar a los trabajadores según su preparación, aptitudes y polivalencia, para así quedarse con "los mejores·". The best evah. Ja.
Más bien creo que al final no se quedarán los mejores profesionales sino los que tengan un enchufe trifásico mejor o mayor. Que esto no viene de nuevas.
Aunque supongo que alguien bueno y capacitado tendrán que dejar, porque si no...
Ah, hablaba de la ¿suerte? de quedarse. Nunca se sabe qué es mejor, si irse ahora, coger una buena indemnización y empezar a buscarse otra cosa, o quedarse, hacer tú solo el trabajo de los 3 que faltan, cobrando menos, y que dentro de unos meses te acaben tirando igualmente.
No sé... Yo, a pesar de todo, preferiría quedarme, aunque cobrara mucho menos. Fuera las cosas están fatal. Y aunque sea poco, tienes algo, y puedes intentar buscarte otra cosa con una cierta tranquilidad, sin la presión de que se te acaba el paro y no encuentras nada.
A veces intento no pensar en ello, dejarme llevar, dejar que pase el tiempo y que sea lo que tenga que ser. Al fin y al cabo, por más vueltas que le dé, no puedo hacer nada por evitarlo.
Pero no lo consigo. Al final mi cabeza va a su bola, a mil por hora.
Por las noches duermo mal, tengo pesadillas. Sueño que llego a mi mesa y tengo encima del teclado del ordenador una fría carta de despido.
Sueño que me llama mi jefe a su despacho y me dice que lo siente mucho, pero que mañana no hace falta que vuelva, que coja mis cosas despacito y sin hacer mucho ruido.
Sueño que veo a compañeros salir por la puerta por última vez, llorando y maldiciendo. Y pienso que yo seré la siguiente.
Son sueños pero parecen tan reales...
Así que empiezo a hacer cábalas y cálculos, a buscarme planes B, C y D.
No sé si hacer un máster o estudiar otro idioma, ahora que he acabado el que llevaba estudiado años; o aprovechar que lo tengo y buscar trabajo relacionado con ello, tratándose de un idioma minoritario. Pero no sé, no creo que pudiera trabajar como intérprete o traductora, no creo tener tanto nivel.
No sé si irme a otro país (me echa para atrás el estar pagando una hipoteca, pero si no queda más remedio...), reciclarme totalmente y trabajar de algo radicalmente distinto, pues soy consciente de que, si me voy a la calle, ya me puedo ir despidiendo de seguir trabajando de lo mío. Demasiada gente, demasiado copado todo. Demasiados enchufes y amiguitos. Demasiados medios de comunicación también en situación crítica y con EREs. Demasiados periodistas en paro.
Y es que mires donde mires, sólo ves crisis y paro. Y desolación, incertidumbre e ilusiones rotas. Sobre todo en gente joven.
La mayor parte de mis amigos y conocidos están sin trabajo, o tienen empleos discontinuos y precarios. Y cuando ves que es gente joven y preparada, con carreras idiomas y másters, se te cae el alma a los pies. Y te preguntas: ¿Para esto hacía falta una generación tan preparada? La más preparada de la historia y la que menos opciones tiene. Muy bien, lo habéis hecho de puta pena, señores políticos.
Lo han hecho y lo están haciendo fatal, unos y otros. ¬¬ Politicuchos que no tienen ni idea de gobernar, ni puñeteras ganas de hacer las cosas bien. Sólo les interesa conseguir el poder para lucrarse ellos y pagar favores. Debería caérseles a todos la cara de vergüenza cada día que van al Congreso a no hacer nada; no deberían poder dormir por las noches del cargo de conciencia, de cómo están destrozando muchas vidas y muchas familias, no sé si por incompetencia o por mala fe. O por todo junto.
Somos nosotros, los ciudadanos, los que les hemos llevado al poder con nuestro voto, los que tenemos que hacer "un sacrificio por España". Los que nos tenemos que joder, mientras ellos siguen teniendo sus privilegios intactos. Y ellos, ¿qué?
Y así vamos: con jóvenes que se han pasado toda la vida preparándose, sin tener ninguna opción, más que irse de esta mierda de país.
Hala, ya me he quedado a gusto. Hombre ya.
Yo sé que en este contexto he sido una privilegiada, porque no he conocido el paro desde que empecé a trabajar hace 9 años. También es cierto que en aquella época las cosas no estaban tan mal, que mis primeros trabajos no tenían nada que ver con mis estudios, cobraba una miseria y muchos fueron a través de ETTs. Quiero decir, que estaba abierta a casi todo y siempre he sido muy curranta.
Pero claro, cuando eres recién licenciada, tienes veintipocos años, y quieres trabajar sea como sea, no te cierras a nada. Ahora, después de haber trabajado en lo que he estudiado, de descubrir y amar mi profesión, lo que más me enloquece no es volver a trabajar en un centro de atención al cliente.
Pero vamos, que si la cosa se pone más fea todavía, no se me caerán los anillos de trabajar en Mercadona si hace falta. Y a mucha honra, ¿eh?
No sé si voy a entrar mucho por aquí en las próximas semanas. No tengo demasiadas ganas ni inspiración. Y no quiero escribir más posts deprimentes como éste.
El jueves me reincorporo a mi -de momento- puesto de trabajo, y agosto suele ser un mes difícil, con mucho trabajo, ya que hay mucha gente de vacaciones. Y no sé muy bien el ambiente que me voy a encontrar cuando vuelva. Ya se sabe que estas situaciones tan tensas sacan lo peor de mucha gente. Aunque también pueden sacar lo mejor. Depende de la persona.
No sé, igual puedo desparecer unas semanas como actualizar día sí, día no. Ya veremos. Pero ahora necesito tener energías para lo que se me viene encima, -de momento, mucho trabajo y motivación cero-, y el blog al fin y al cabo, es algo que se hace por placer, no una obligación. Y así quiero que siga siendo.
Desde luego, si me quedo en el paro, ya tendré todo el tiempo del mundo para escribir aquí.
De todas formas, os sigo leyendo y cuando puedo, comentando.
Felices vacaciones a los que ya las estáis disfrutando o a punto de iros. Pasadlo muy bien.
Yo os hago el relevo. ;)
Esto no sólo les pasa a los becarios, también a trabajadores de plantilla, que conste.
Así que ya sabéis... ¡a disfrutar!