30 de noviembre de 2012

Norma Jeane


Confieso que me fascina Marilyn Monroe.
Y ya sé que en esto no estoy siendo nada original. Soy consciente de que, como yo, millones de personas en el mundo sienten adoración por la rubia más mítica de Hollywood: icono, sex symbol y mito, todo a la vez. Porque esta mujer lo tenía todo, vaya.

Y lo curioso es que yo no me considero mitómana, pero Marilyn es... diferente.
No sé, hay algo en ella que me atrapa. Su atractivo, su encanto, su voluptuosidad, su pícara inocencia, su destino trágico, su muerte temprana y envuelta de misterio, su historia con Kennedy, su rostro miles y miles de veces reproducido y convertido ya en icono del siglo XX...


Y, si lo pienso bien, no fue la más guapa, las hubo objetivamente más bellas; tampoco fue la mejor actriz de su tiempo; las hubo mucho mejores.
Incluso hay quien la considera una actriz normalita, cuando no directamente mediocre. Hay quien piensa que está sobrevalorada, y que, si no hubiera muerto tan joven y en tan extrañas circunstancias, Marilyn Monroe no sería lo que es hoy.

No lo sé, la verdad. Es cierto que, a veces, una muerte trágica y a edad temprana es suficiente para elevar a un artista mediocre a la categoría de mito.
Pero creo que no es el caso de Marilyn. Es muy posible que, si la hubiéramos visto envejecer como a otras, no habría sido idolatrada hasta el extremo en que lo ha sido y sigue siendo; pero de lo que no me cabe la menor duda es de que seguiría estando entre las actrices más veneradas de todos los tiempos. Y con razón. No creo que haya habido otra como ella.
Aunque opino lo mismo de otras actrices como Audrey Hepburn o Ingrid Bergman. Tenían un nosequé especial que no se puede explicar y que las hace únicas.

Volviendo a Marilyn: me encanta admirar esas fotos en las que aparece con su archiconocida melena rubia platino, sus labios rojos, sus cejas angulosas, su lunar y su exuberante elegancia.
Ella es Hollywood en estado puro.

Pero realmente, lo que más me interesa no es la Marilyn espectacular de las fotografías; no es el producto irreal que Hollywood creó y que destruyó también. No. Lo que más me interesa es la mujer, el ser humano que había detrás del mito.
Norma Jeane VS. Marilyn Monroe.

Aquella chica guapa de California, que soñaba con ser actriz y dejar atrás una infancia triste.
Aquella muchacha frágil, insegura y vulnerable, tan necesitada de amor y con una clara tendencia a lo autodestructivo.
La actriz caótica, indisciplinada y exasperante a la vez que talentosa, carismática y encantadora.

Se cuenta que Marilyn agotaba la paciencia de los directores para los que trabajaba debido a su impuntualidad, sus faltas de asistencia injustificadas a los rodajes, así como su dificultad para concentrarse y retener lo que leía en el guión, etc. Billy Wilder, quien la dirigió en películas como Con faldas y a lo loco, llegó a decir que trabajar con Marilyn era un auténtico suplicio, pero que no podía prescindir de ella. Y es que la marca Marilyn Monroe daba caché y aseguraba el éxito de toda producción en la que aparecía. Por eso, los directores se la rifaban.


Pero ella parecía no ser muy consciente de todo ello.

Y pese a convertirse en uno de los mitos más grandes del Séptimo Arte y llegar hasta donde las demás no podrían siquiera soñar, ella, en realidad, nunca fue feliz. Qué cosas.
Quizá hubiera preferido ser o hacer otra cosa, pero nadie le preguntó. Quizá le vino todo demasiado grande, y cuando se dio cuenta de que aquello no era lo que quería, ya era tarde para echarse atrás. Ya había mucho dinero de por medio y muchas expectativas puestas en ella. O mejor dicho, en el personaje que otros habían creado para ella.
Así que Norma Jeane se pintaba los labios de rojo, ahuecaba la melena, sonreía con picardía, se hacía la tontita y posaba como sólo ella sabía. Se convertia en Marilyn Monroe, y hacía lo que los demás esperaban de ella.

Aun así, era plenamente consciente de ese desfase, de esa dualidad (tan típica de Géminis, signo al que pertenecía) Marilyn-Norma, mito-mujer real. Pero sospecho que, aunque hubiera querido, era incapaz de liberarse y romper con todo.

Nunca encontró su sitio en Hollywood, lugar hostil que la creó como producto de masas y que se encargó también de destrozarla poco a poco.
Pero lo más sorprendente, por triste, es que la mujer más deseada de todos los tiempos no encontrara jamás el amor que tanto anhelaba en los hombres a los que amó y, que supuestamente, la amaron. Algunos, simplemente la lucieron como un trofeo; otros la utilizaron, y cuando se cansaron de ella, la dejaron tirada. Otros, la quisieron de verdad, pero fueron incapaces de llegar a comprenderla en profundidad.

La historia de Marilyn se podría resumir en una infancia atroz, un puñado de bonitas (y algunas buenas) películas, con escenas y números musicales inolvidables; unos labios rojos, una melena platino y un sugerente escote que intentaban ocultar una personalidad débil; tres matrimonios frustrados, varios abortos; millones de instantáneas, un Happy Birthday, Mr President, un bote de barbitúricos y una muerte tan prematura como inquietante. Pero eso sería reducirlo todo demasiado.

Cuando digo que me fascina Marilyn, en realidad me refiero a Norma Jeane disfrazada de Marilyn Monroe. Y pienso a menudo en lo sola que debió sentirse a menudo entre tanta gente. Y en lo utilizada, manipulada, incomprendida, anulada, frustrada, desamparada, explotada...

Por eso, más que sus fotos más típicas y emblemáticas, vistas y reproducidas hasta la saciedad, me gusta ver esas otras menos conocidas, más raras, en las cuales casi no parece ella, y podemos intentar acercarnos al ser humano que fue.
Norma Jeane, en esencia; sin apenas maquillaje; desposeída del mito, sin la parafernalia de los focos y los flashes.
Norma Jeane, antes de ser fagocitada por Marilyn Monroe, o en los ratos en los que casi podía dejar de ser lo que otros esperaban de ella, para ser simplemente ella.
























 





 

16 de noviembre de 2012

A mi yo de 16 años


Hace ya un tiempo, leí esta entrada de Naar, y me encantó. (Por cierto, si todavía no la conocéis, a ella y a su blog, a su gato y a su Niño Chico, ya estáis tardando...).

A lo que iba. En realidad, es una especie de meme que se puso muy de moda en su día entre los bloggers a raíz de este anuncio de McDonald's, inspirado a su vez en esta campaña americana para la prevención del cáncer.
Se trata de escribirle una carta a tu yo adolescente, con la perspectiva, la experiencia y la "sabiduría" que dan los años. Qué cosas te dirías a ti mismo, qué consejos te darías ahora que ya sabes lo que ha pasado para evitar que tu yo adolescente cometa los errores que tú cometiste en el pasado, o para guiarle por el buen camino.

Está claro que no se puede volver atrás, ni rebobinar la cinta. No podemos cambiar las cosas. Para bien o para mal, somos lo que hemos vivido, con nuestros errores y nuestros aciertos. Así que esto es un pasatiempo.
Pero aun así, me parece muy interesante hacer este ejercicio de memoria, viajar al pasado y ver cómo me han ido las cosas en este tiempo.

Así que... allá vamos.



Valencia, noviembre de 2012.

Querida Gatita de 16 años:

¿Qué tal en el nuevo instituto? Bastante mejor que en aquel colegio pijo de curas, ¿verdad? Aquello fue una pesadilla...
Tranquila: éste va a ser un buen año para ti. Personal y académicamente. Vas a hacer nuevas amigas, con las que lo vas a pasar muy bien. Disfruta de su compañía, sal, pásalo bien. Aprovecha este año porque el que viene, con el COU, va a ser especialmente duro.

Te gusta mucho un chico del insti. Sí, el de la clase de al lado. Ése que lleva el pelo cortado a lo casco. Es muy guapo, cierto. "El chico más guapo que has visto en tu vida", te dices a ti misma.

Bueno... en realidad no es para tanto, créeme. Los hay, los habrá más guapos y más interesantes. Éste es un niño mono, sin más.
Parece que te hace caso. Pero no, no quiere nada contigo. Siento ser así de cruda pero es lo que hay.
Sólo le gusta vacilarte porque sabe que se te caen las bragas cada vez que lo ves.
En realidad es un gilipollas que no te va a traer nada bueno, y deberías pasar de él. Sólo quiere jugar y que le engordes el ego.
Mira a tu alrededor. Hay otros chicos con los que te podría ir mucho mejor y que sí tienen interés en conocerte.
Por ejemplo, el chico tímido y enigmático de la tercera fila. Ese morenito que sabe tanto de filosofía. Le gustas, sé amable con él, te va a ayudar en un momento difícil.

Ah, sobre tu estilo a la hora de vestir. Déjame que te diga una cosa: los pantalones elásticos de campana estarán muy de moda, pero no te sientan bien. Te hacen patona y bajita. Y choni. 
Sí, choni. 
....
Es verdad, esa palabra no la conoces. Bueno, que te hacen parecer macarra. Y tú no lo eres.
Hazle caso a tu madre [por cierto mándale un beso enorme y dile que con 60 años va a seguir estando igual de estupenda], y ponte faldas y vaqueros rectos, que te quedan mucho mejor. Dónde va a parar.

Ah, ¡no te cortes el pelo por la barbilla! No te va a gustar el resultado y vas a pasarte medio año arrepintiéndote y sintiéndote insegura. Más de lo que ya eres.
Tienen que pasar aún unos años para que te decidas de nuevo a cortártelo así, y entonces sí, te verás bien con él. Así que de momento, sólo las puntas. ¡Sólo las puntas! Hazme caso...

El verano que viene, el de COU, va a ser triste: el abuelo se va a ir, después de todos estos años enfermo.
Vas a sufrir mucho su pérdida, es la primrea persona importante en tu vida que vas a perder,  pero debes ser fuerte. Es ley de vida. Además, él va a cuidar de ti siempre, allá donde esté.
Le echarás de menos y no lo olvidarás nunca. 

Por cierto, no te rayes con el tema de la selectividad. Aprobarás de sobra y podrás elegir la carrera que quieras.
Y oh, sorpresa: al final no vas a estudiar Filología Inglesa como tenías pensado. Te vas a decantar por Comunciación Audiovisual. Sí.
No, en el CEU, no. En la pública.
Te diría que no lo hicieras, que es una carrera que no tiene salida ni futuro, y blablabla, pero no te lo voy a decir. Primero, porque ya lo sabes. Segundo, porque ya se encargará tu padre de decírtelo [dale también un beso de mi parte y dile que beba más agua y cuide su alimentación, que los riñones le van a dar la lata]. Ya verás la cara que pone cuando le digas que has elegido ser periodista en vez de profesora de inglés... Se va a liar parda. Pero tranquila, no llegará la sangre al río.

Además, al final, encontrarás trabajo de lo tuyo, aunque no va a ser fácil. Esta profesión es muy dura.

Los años de carrera van a ser los mejores. Lo vas a pasar en grande y allí conocerás a gente maravillosa.
Los primeros días de clase conocerás a una chica pelirroja. Siéntate a su lado un día, vence tu timidez y entabla conversación con ella. Tú aún no lo sabes, pero será tu mejor amiga. Irás a su boda y te hará "tía" de un enano precioso.

También te harás muy amiga de una chica alta, morena de pelo rizado. Es muy divertida y socarrona.
Os reiréis un montón juntas, saldréis de fiesta, iréis de viaje...
Pero ten cuidado. Un verano iréis juntas de campamento y allí empezarán las discrepancias. Una noche tendréis una bronca monumental.
Mi consejo es que la dejes hablar. No te enzarces con ella. Y si al final no puedes evitar montar el pollo, que es algo que te gusta mucho, al menos, haz las paces con ella antes de iros del campamento. Si no, me temo que vuestra amistad, tal como era, acabará esa noche.
Quizá con el tiempo logréis acercar posiciones, pero ya nada será igual.
Me sabe mal tener que decirte esto, pero por desgracia, ella se irá: una enfermedad grave se la llevará. Llorarás mucho. Y sentirás rabia e impotencia. Pero así es la vida de injusta a veces.

Ah, ¿recuerdas lo que te dije del chico del pelo a lo casco del insti? Pues aplícate el mismo cuento con otro de la Universidad. 
Es un chico guapísimo de rasgos exóticos que te llevará loca durante todo un curso. Huye de él. HUYE. Es un encantador de serpientes que sólo va a lo que va. Y tiene novia. Pero te lo va a ocultar deliberadamente.
Y lo vas a descubrir y te vas a sentir muy estúpida. Lo vas a pasar mal. Muy mal.
Así que ya me adelanto y te lo digo: Ojos verdes rasgados, voz ronca y susurrante, colonia de esas que ponen a 100, proposición de que poses para un reportaje fotográfico... DANGER! 
[Por cierto: al final, se acabará casando con la novia y ahora tienen 3 churumbeles].

No será el unico hombre en tu vida por esa época. En un curso de francés conocerás a un chico muy interesante, de izquierdas y con un cierto aire a John Lennon. De entrada, no te mola tanto como el fotógrafo... pero es un tipo muy carismático y acabarás cayendo en sus brazos.
Es un buen tío, muy divertido y lo pasarás bien con él. Pero hazte a la idea de que no va a durar mucho.
En el fondo, sois muy diferentes y no tenéis demasiado en común. Discutiréis bastante y la cosa se enfriará.
Además, una chica de vuestro círculo va detrás de él y no va a parar hasta conseguirlo. Y lo conseguirá.
Ahí sí que vas a estar jodida. Creerás que te han robado al amor de tu vida. Pero no te preocupes: no lo es. Aún te queda....


Ah, te sacarás el carnet de conducir a la primera. Pero pasarás dos años sin conducir porque eres una cagarria y te da terror. Tranquila, lo acabarás superando y serás una conductora bastante aceptable. 

En el último curso de carrera conocerás a un chico muy especial con el que vivirás tu primera gran historia de amor. Al principio no estarás muy segura de salir con él. No es tu tipo ideal... Pero pronto te enamorarás de él y estaréis juntos 5 años y pico. 
Va a ser una persona muy importante para ti. Pensarás que es el hombre de tu vida. El padre de tus hijos. Haréis planes de futuro. Hasta pensaréis en compraros una vivienda juntos.

...Pero siento decirte que tampoco es él el hombre de tu vida.
Te estoy haciendo sufrir como Ted Mosby a sus hijos, contándoles cómo conoció a su madre. 
[Ya, ya sé que no no tienes ni idea de quién es Ted Mosby y qué pinta en todo eso... Da igual, no viene al caso].

A lo que íbamos: la relación con este chico va a tener luces y sombras. Momentos inolvidables y otros para olvidar. Los dos primeros años serán muy buenos, pero luego la cosa irá degenerando. Discutiréis muy a menudo, tendréis muchas diferencias, tú empezarás a sentirte frustrada y a dudar de tus sentimientos hacia él; os aburriréis juntos, cortaréis y volveréis varias veces... Mal, mal, mal.

Por cierto: ¿recuerdas que te dije que no te ibas a equivocar estudiando Comunicación Audiovisual? Es verdad: encontrarás trabajo de redactora en una emisora de radio. Y allí... en el momento más delicado de tu relación de pareja, conocerás a un chico. Un chico muy atractivo que te encantará. No podrás dejar de pensar en él. Y la cosa se va a liar todavía más. Pero tranquiiiiiila...

Mi consejo es que escuches a tu voz interior, la que te dice que la relación con tu novio no va bien, que no estáis hechos el uno para el otro. Tus sospechas son ciertas.
No tenéis futuro juntos. Tenéis caracteres incompatibles.

Y no, el otro chico, el compañero de trabajo, no tiene nada que ver en eso. Bueno, algo sí que tiene que ver. Pero si tú estuvieras bien con tu novio, no te fijarías en otros.
No sigas con tu novio por rutina, por el qué dirán o por miedo a la soledad. No tiene solución, por muchas oportunidades que os déis. Una vez os habéis faltado al respeto, no hay vuelta atrás.

Sé valiente y honesta contigo misma y rompe con él. No prolongues la agonía, porque va a ser peor.
Él no te lo va a poner fácil, así que debes ser valiente. Te va a costar mucho dar el paso y va a ser una de las decisiones más difíciles que tendrás que tomar. Pero debes hacerlo.

Lo pasarás muy mal y volverás a pensar que te has equivocado y que has dejado marchar al amor de tu vida. Pasarás unos meses jodida, sintiéndote muy culpable, pero al final verás la luz al final del túnel y sabrás que has hecho lo correcto.

¿Que qué pasó con el compañero?... Pues que, después de marear un poco bastante la perdiz, al final acabará pidiéndote una cita. Iréis juntos a un concierto. Os besaréis en la buhardilla de su casa. Acabaréis la noche en su cama.  Y... bueno, recuerda bien esta fecha: 15 de julio de 2008. 

No puedo asegurarte al 100% que este chico vaya a ser el padre de tus hijos. No lo sé. Ten en cuenta que  tengo 31 años, y aún me queda mucho por vivir (espero). Pero sí puedo decirte sin duda alguna que ésta va a ser la relación más importante de tu vida.... al menos hasta este momento. Con él vas a conocer lo que es el AMOR con mayúsculas. Junto a él vivirás la historia más bonita que hayas podido imaginar.

Se va a hacer esperar, pero la espera habrá valido la pena, te lo aseguro.

Supongo que también querrás que te desvele cosas del futuro. Bueno, para tu tranquilidad te diré que esas teorías que dicen que con la llegada del año 2000 todo se irá al traste, que los ordenadores se volverán locos y se acabará el mundo... son mentira. En realidad, no va a pasar nada.
Nada de catástrofes apocalípticas, quiero decir. Sí te puedo contar que ya no pagamos en pesetas sino en euros, que la Selección Española ha ganado un Mundial y dos Eurocopas (si, sí, de verdad) y que Estados Unidos tiene un presidente negro. Bueno, y más cosas que no puedo contarte de momento, y que es mejor que las vayas descubriendo poco a poco.

Aquí estamos en el año 2012 y las cosas en este país no están nada bien. Al revés: las cosas están rematadamente mal. Así que no tengas prisa en llegar hasta aquí.

Atravesamos la peor crisis mundial de los últimos tiempos, nos gobiernan ineptos y sinvergüenzas sin escrúpulos. La gente está muy harta. El otro día, sin ir más lejos, hubo una huelga general, la segunda en un año.  
El paro es un verdadero drama.

Por cierto, la empresa donde trabajo (y trabajarás) está a punto de aplicarnos un ERE bestial, y eso me tiene bastante quemada.
¿Que qué es un ERE? ... Mira, mejor no quieras saberlo. Como te decía al principio de esta carta: disfruta de tus 16 flamantes y preciosos años. Sal con tus amigas y diviértete. Estudia, pero no te agobies, que eres una agonías. 

Como último consejo: quiere mucho a los papás, a los abuelos... Y demuéstraselo. Escúchales. Sé obediente y amable con ellos. Aunque a veces te carguen, aunque a veces te agobien y pienses que se entrometen en tu vida y que son unos plastas. Quizá esto te suene a tópico pero es verdad: lo hacen por tu bien.
Cree en ti y en tus posibilidades. Vas a ser conseguir casi cualquier cosa que te propongas. Tienes mucha fuerza de voluntad y mucha determinación.
Cuando no sepas qué camino coger, haz caso a tu corazón y a tu intuición. No le dés demasiadas vueltas a las cosas. Si te equivocas y la pifias, no pasa nada. Sobrevivirás. Te lo digo yo.

Y tranquila, que viajarás a París, a Roma y a Venecia... 
Ah, no abandones las clases de piano. Intenta no tomarte las cosas tan a pecho. Y come más fruta. Y aprende algún idioma, te irá bien.

Un beso muy grande. Cuídate. 

13 de noviembre de 2012

Relaciones amor-odio: mis tetas y yo


Lo confieso: mantengo una relación de amor-odio con mis pechos.
En realidad no creo ser la única.
Por lo que tengo entendido, parece que la mayor parte de la población femenina tiene una relación... digamos que "algo complicada" con sus tetas.
Nunca están lo suficientemente "bien". Por supuesto, me refiero a los pechos naturales, sin retocar, claro.
Siempre nos gustaría tenerlos algo más grandes, o algo más pequeños, o algo más firmes, o algo menos caídos, etc. Siempre hay un 'pero'. ¿No os parece?

Pocas chicas conozco que se sientan 100% a gusto con sus pechos.


Muchas sueñan con una o dos tallas más. Y es por eso que el aumento de pecho es la operación de estética más demandada y que se vendan tantos sujetadores con relleno o con efecto push-up.
La pregunta es: ¿quieren tener más pecho por ellas mismas, porque eso les haría sentir más sexys, más femeninas y que determinadas prendas de ropa les quedaran mejor, o lo hacen por sus respectivas parejas masculinas o para parecer más atractivas al sexo opuesto? ¿Por qué, o mejor dicho, por quién decide una mujer operarse el pecho realmente?

Yo estoy en el caso opuesto. Tengo una 95 C. Soy de pecho más bien grande.
No me operaría para reducir la talla, primero porque siento terror a los quirófanos, y segundo porque no tengo problemas de espalda y demás, derivados del tamaño de mis pechos. Aparte de que tampoco creo tener una talla exagerada. No me resulta un trauma tener una 95.
Pero... sí es cierto que, en ocasiones, me siento incómoda con mis tetas y no me importaría, al revés, molaría tener una talla menos.
Cuando digo incómoda, quiero decir en toda la extensión del término. Incómodo física y psicológicamente.

Incómoda porque...

-Botan cuando voy andando (y corriendo, y subiendo o bajando escaleras, etc).
-Se ven bastante y la gente las mira. (Con envidia, con lascivia, con curiosidad, con sorpresa,...).
-Con determinados escotes o prendas de ropa quedan demasiado... "demasiado", dejémoslo ahí.
-A veces molestan para dormir bocabajo.
-Me cuesta encontrar bikinis de mi talla. Quiero decir, encontrar un bikini cuya parte de arriba me tape lo suficiente y la braga no se me caiga de grande. (¿Por qué la mayoría de marcas de ropa de baño fabrican sus bikinis pensando que todas las mujeres tenemos la misma talla de pecho que de cadera? ¿Y por qué no dejan mezclar tallas? Ahí lo dejo).
-Algunas miradas masculinas dirigidas a esa parte de mi anatomía me han hecho sentirme un trozo de carne.
-Algunos comentarios femeninos (con su buena carga de envidia y malicia) dirigidos también a esa parte de mi anatomía me han hecho sentirme un trozo de carne.

Por todo eso y otras cosas, a veces me encantaría tener una talla menos.

Según leí en algún sitio, las mujeres con un busto generoso (toma eufemismo), resultan más sexys que las que tienen el pecho pequeño.


Y no sólo resultan sexys, sino que también dan una imagen de... ¿cómo lo diría yo? Algo putones ligeras de cascos.

Sólo por tener las tetas grandes, ¿eh? O más grandes que la media.
Por lo visto, una chica con sugerente escote, sin siquiera haber abierto la boca, sólo por tener bastante pecho, sugiere una determinada imagen mental en los demás. Cuando a lo mejor no tiene nada que ver con su forma de ser.

No olvidemos que la función principal de las mamas en las hembras es la de alimentar a las crías.
Vamos, que el componente erótico o sexual de los pechos vino después. En realidad, la función erótica sería secundaria. La de amamantar sería la primigenia.
Aunque obviamente, ya no somos monos ni hombres de las cavernas. Hemos evolucionado y actualmente, los pechos sirven para algo más que la mera función de amamantar.
El problema es que quizá se les está dando un papel demasiado determinante en el ámbito de la seducción, la sexualidad, etc. Hay como una especie de "teta-obsesión".

Conviene tener presente que nada tiene que ver el tamaño de sus pechos con la actitud o disponibilidad de esa mujer hacia el sexo. Es como esa creencia de que los hombres con las manos pequeñas tienen el pene grande y son mejores en la cama, y al revés. ¿Qué estudio científico ha demostrado eso? Nada, son leyendas urbanas.

Pero por desgracia, parece que es una creencia bastante extendida, sí.
Tetas grandes=mujer ardiente

Es absurdo. Y es algo que me fastidia bastante. Y además, hace que muchas chicas con una talla grande de pecho vivan acomplejadas por ello, porque proyectan una imagen que no se corresponde con su personalidad.

Además de que hay prendas de ropa que nos están casi vetadas a las de tetas grandes, porque no nos quedan bien, porque nos hacen parecer más anchas de lo que somos, porque nos quedan exageradas, porque nos hace sentirnos inseguras, etc.
De la misma manera que hay prendas que les quedan mal a las chicas con poco pecho, ¿eh?

En ese mismo sitio que decía antes, leí que las mujeres de senos pequeños resultan más elegantes, más finas, más delgadas, pero muchas se sienten acomplejadas también porque no se ven suficientemente atractivas. Suficientemente "femeninas". Se ven... poca cosa.


(Ojo: hay de todo. Conozco chicas encantadas con el tamaño de sus pechos, sean estos grandes, pequeños o medianos. Pero estoy hablando de la mayoría).

En fin, parece que nunca llueve a gusto de todas. (O de todos).
Yo creo que a veces nos supera un poco. Aunque las mamas sólo sean tejido glandular cubierto de piel, en realidad son algo más, son mucho más que eso.

Para empezar, es algo que nos distingue del sexo masculino. Los senos son un atributo plenamente femenino.
Son sinónimo de feminidad. Y de erotismo, y blablabla.
Y no vamos a negar que resultan muy atractivos al sexo opuesto. Es algo ancestral.

Y pienso que no todas estamos preparadas para asumir todo el poder de atracción que los pechos pueden ejercer. Sí, sabemos que son un atributo sexual, un arma de seducción, y todo eso... Pero creo que a veces nos resulta difícil convivir con nuestros propios pechos y lo que conllevan. Tanto a nivel físico como emocional.

Al fin y al cabo, no nacemos con los senos desarrollados. Sino que estos se desarrollan en la pubertad. De no tenerlos, pasas a tenerlos. De una forma bastante rápida y precipitada. Y ya es de por vida.
Y a diferencia de la menstruación, que son unos días al mes, los pechos están ahí siempre.
Y son bastante más evidentes.

A partir de un determinado momento de tu vida, tienes tetas. Y tu vida cambia.
Tienes que aprender a convivir con ellas. Y con su circunstancia.
Para empezar, tendrás que empezar a utilizar sujetadores. Y todo lo demás...

Algunas lo ven como una bendición.
Otras casi como una maldición.
Y las hay también, las menos, que lo viven con normalidad.

Pero no se puede negar que, para cualquier mujer, el desarrollo de los pechos supone un cierto shock. Es como abandonar la infancia y entrar en la edad adulta de golpe.
Y llega el verano, y en la playa o la piscina los niños ya no te miran como a la niña del verano anterior. Ya no eres la misma. Ahora eres mayor. Aunque apenas tengas 11 años.
Tienes tetas. No lo puedes ocultar.
Y es algo que cuesta asimilar. Al menos así lo viví yo.

Y luego están las comparaciones odiosas: con amigas, con hermanas, compañeras de clase, desconocidas que te cruzas por la calle...
"Esta tiene más/menos pecho que yo".
"Qué tetas más bien puestas tiene aquella, qué envidia".
"Esa está plana como una tabla".
"Me gustaría tenerlas como Fulanita".
"¿Las de Menganita serán operadas?"
"Sí. Sin duda, son operadas".

Las tetas. Están ahí, y a menudo, las vemos más como una carga que como un don de la naturaleza.
A veces, las tratamos injustamente.
Nunca están perfectas. Siempre podrían ser o estar más/menos [inserte aquí adjetivo].
Siempre resultan algo molestas o incómodas. Ellas... o las reacciones que provocan.

Pero no podemos olvidar que son nuestras tetas. Que nos van a acompañar toda la vida. Así que lo mejor es tratar de llevarse bien con ellas, y convertirlas en nuestras aliadas.

Debemos cuidarlas, mimarlas. Sentirnos orgullosas de ellas. Sean como sean. Grandes, pequeñas, firmes, caídas, simétricas, asimétricas...
(Eso no impide que, si de verdad te acomplejan por su tamaño, demasiado grande o pequeño, o te provocan problemas de salud, recurras a la cirugía, si lo crees necesario).
Pero mi consejo es aprender a aceptarlas y quererlas como son. Porque tienen un papel muy importante en nuestra vida:

-Son una de las principales zonas erógenas, con la que obtener placer y con la que proporcionarlo.
-Son feminidad, erotismo y sensualidad.
-Son una poderosa arma de seducción.
-Son fuente de alimento y establecen un vínculo muy especial entre madre y bebé.
Así que, a no quejarse de ellas y a quererlas.

Y a darles los cuidados que necesitan:

-Aclarado con agua fría en la ducha para mantenerlas firmes.
-Cremas hidratantes y reafirmantes.
-Sostenes que las sujeten bien y sobre todo, que sean de la talla adecuada; lo cual no quita que sean bonitos y sexys, y nos hagan sentirnos guapas por dentro. Está demostrado que, si una mujer lleva lencería bonita, con la que se encuentra atractiva, eso aumenta su autoestima.


-Hacerse autoexploraciones y ante la más mínima duda o anomalía, acudir al médico. Así como hacerse controles y mamografías periódicamente. (Más información sobre el cáncer de mama: aquí)

Y, para acabar, me gustaría hacer una encuesta doble:

A las chicas: ¿Qué tipo de relación mantenéis con vuestros pechos? ¿Amor-odio? ¿Estáis contentas con ellos? Y cuando digo contentas quiero decir completamente. No me vale un "Sí, pero...".
(Yo misma he confesado que no me importaría tener una talla menos y que estuvieran algo más firmes).
¿Os ha acomplejado alguna vez la talla o la forma de vuestros pechos? ¿Os los operaríais? ¿Os habéis operado ya o conocéis casos de chicas que se hayan operado? ¿Estáis/están ahora a gusto con vuestro/su pecho?

A los chicos: ¿el tamaño (en este caso del pecho) importa? ¿Es el busto una de las primeras zonas en las que os fijáis? ¿Creéis que una mujer que presume de escote da imagen de poco seria, ligera o ardiente? ¿Pecho pequeño, pecho grande o es indiferente? ;P

Contestar a estas preguntas es totalmente voluntario. Podéis contar, comentar o añadir lo que queráis, en serio...  Sobre todo, me interesa conocer vuestras experiencias y opiniones al respecto. :)

¡Besos!

9 de noviembre de 2012

Desgana vital


Últimamente no tengo ganas de nada. Pero de nada.
Estoy de un vago que no me aguanto.
Si no tengo que ir a trabajar, mi día ideal es levantarme a las tantas, pasarme el día en pijama tirada en el sofá viendo series, hojear alguna revista, y ya si eso, encender el portátil, entrar en Facebook y leer algún blog.

-He abandonado el gimnasio.

-Me he pelado ya varias clases de francés, sólo porque tengo que levantarme pronto y atravesar la ciudad en coche. Y no me apetece nada.

-He dejado de cocinar recetas ricas y elaboradas para hacer lo primero que pillo en la nevera. Pim, pam. Vuelta y vuelta en la sartén y ya está. Lejos quedaron aquellos guisos de puchero, aquellos postres caseros...

-Ponerme a limpiar la casa se me hace una montaña. Menos mal que JJ es AMOR y en este sentido me ayuda mucho.

-¡Si me da pereza hasta maquillarme! Yo, que me maquillaba con brocha y pincel, como los profesionales. Yo, que me pintaba hasta la raya del ojo con eyeliner líquido sólo para bajar al súper. Yo, que me sabía de memoria un montón de tutoriales de maquillaje.
Ahora, si tengo que salir y no me queda otra, me embadurno con un poco de BB Cream y me pongo algo de rímmel y a correr.

-Por no hablar del blog. Que lo tengo lleno de telarañas.
Tengo pendientes de hacer y repartir un montón de memes y premios que me han dejado varias blogueras, como Mandarica, Mi Álter Ego o Pippah London. Mil gracias, chicas. Sois un encanto. En serio, os estoy muy agradecida. A ver si me animo y me pongo a hacerlos. De verdad. (Soy lo peor.)

No sé si es el otoño que me deja atontada.
No sé si será la anemia que me salió en una analítica reciente.
No sé si sigo arrastrando algo de depresión postveraniega.
No sé si es la situación tan lamentable que tengo en mi trabajo, que me afecta más de lo que quiero admitir.
No sé si es que mi vida se ha estancado y eso hace que yo también me encuentre estancada y sin ganas de nada.
No sé si estoy aburriéndome de mi vida en general. Si es que no hay nada que me motive.
Y ya sólo me apetece vegetar por casa.
No sé si será todo junto, pero así es como estoy. Así es como me siento. Sin ganas de nada. Sin fuerzas.
Y me entristece. Y me jode.

Porque yo era una tía alegre. Con ilusiones. Con proyectos. Con ganas de hacer cosas. De ir aquí, allí.
Yo era animosa. Divertida. Creativa. Con iniciativa. Con ganas.
Me quería comer el mundo. Y parece que el mundo me está comiendo a mí.

(¡Si hasta me ha salido una entrada breve! Buf, esto es grave...)


HELLO!

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