19 de septiembre de 2011

El hermano que nunca tuve



Como muchos de los que me seguís habitualmente ya sabréis (y si no, lo digo ahora), la que aquí suscribe es hija única.
Una condición que suele ser un tanto impopular entre el resto de gente (es decir, los que tenéis hermanos). Y es que, con frecuencia, a los hijos únicos se nos tacha de mimados y consentidos en exceso, que nuestros padres nos malcrían y que nos conceden todo tipo de caprichos. Además de que somos egoístas, avariciosos y que no nos gusta compartir.
Claro, todo ha sido siempre para nosotros, no hemos tenido que compartir juguetes ni ropa con hermanos, todas las atenciones han sido para nosotros, etc.


Y la verdad es que, como hija única, esa creencia o falso mito es algo que me jode especialmente. Primero, porque el hecho de no tener hermanos no es una decisión nuestra. No es algo que dependa de nosotros, ni que nosotros podamos cambiar. Es una decisión de nuestros padres. (Acertada o no, eso ya lo dirá el tiempo). Y a veces, ni eso. En ocasiones, sucede que ese segundo hijo deseado y buscado por ambos miembros de la pareja, no llega por la razón que sea.


Y segundo, creo que meter a todos los hijos únicos en el  mismo saco de "niñatos egoístas y consentidos" es un tanto erróneo y precipitado. Claro que hay hijos únicos insufribles, pero también los hay entre gente que tiene 5 hermanos. Todo depende de la crianza que te hayan dado tus padres, y de los valores que te hayan inculcado.


A mí, los míos me educaron en la importancia de esforzarse, trabajar, currarse las cosas...  Que si quieres algo, tienes que luchar por ello. Y que hay que ser generosos y agradecidos.


Por otro lado, no fui la típica hija única de padres ricachones que le dan todo tipo de caprichos a su niña.
Mis padres son trabajadores del sector público, con sueldos modestos (y congelados), así que no fui una niña de papá. Siempre tuve muy claro que el dinero no cae del cielo, que en mi casa no sobraba y que no se podía gastar en cosas superfluas.


Ojo: nunca me faltó nada de lo verdaderamente importante: amor, cuidados y educación.
...Y también tuve muchos juguetes. Pero no más que el resto de niñas de mi edad y clase social.
Mis padres, dentro de sus posibilidades, se esforzaron por darme todo aquello que yo pudiera necesitar, y que fuera bueno para mí. En eso, jamás escatimaron. Y por supuesto que me consintieron algún que otro capricho, pero no como algo habitual. Y siempre solía ser a modo de premio por sacar buenas notas o por haberme portado bien.


Y hoy puedo afirmar que sí, que soy hija única, pero que tengo poco o nada que ver con esa idea (errónea, repito) que mucha gente tiene de los hijos únicos como esos seres aborrecibles, mimados, que sólo saben mirarse el ombligo y que son incapaces de ponerse en la piel del prójimo.


Y es verdad que los hijos únicos nos llevamos toda la atención de nuestros padres y que todo es para nosotros.Todo. Lo bueno... y también lo malo. Las riñas y los castigos también son siempre para nosotros. No hay nadie más a quien echarle la culpa si hemos hecho alguna trastada. No podemos escurrir el bulto.
Eso, de niños.


De adolescentes, el control y el exceso de celo de nuestros padres (adónde vas, con quién, a qué hora volverás...), nos lo llevamos también en exclusiva. No hay otros hijos en los que diversificar la atención y la preocupación, así que se centran en nosotros.


*A los que tenéis hermanos: si vuestros padres os parecieron "brasas" cuando erais adolescentes, porque estaban siempre controlándoos y preguntándoos, y porque se pasaban el día diciéndoos que ordenarais la habitación y que estudiarais, imaginad si sólo os hubieran tenido a vosotros. 
Brasa elevada a la máxima potencia. ¿A que ya no mola tanto ser hijo único?


Y luego, cuando nuestros padres se hagan mayores y necesiten cuidados especiales, los hijos únicos deberemos afrontarlo en solitario. Toda la responsabilidad es nuestra. No tenemos hermanos que nos ayuden a cuidar y atender a nuestros padres ancianos. 


En fin, que como todo, ser hijo único tiene sus pros y sus contras. Y es una situación que, de alguna manera, imprime carácter. Creo que los hijos únicos, en general, maduramos antes que el resto, contrariamente a lo que pueda parecer en un principio.
La razón es que crecemos rodeados de adultos.


En mí, además, se da el curioso caso de que, por parte de madre, soy también sobrina y nieta única. Y por parte de padre, tengo 3 primos hermanos, pero viven a 400 kilómetros y me llevan entre 10 y 14 años. Así que poco pude jugar con ellos de niña.


Podríais pensar que fui una niña solitaria y triste, que vivió el ser hija única como un drama.
Pues no. Tenía mis amigos del cole, del barrio, del pueblo donde veraneaba... Y luego, ya más mayor, hice también amistades en el instituto y en la Facultad.


Además, tengo la gran suerte de tener una madre que es un ser excepcional, a la que he estado muy unida desde muy pequeñita. Desde siempre hemos tenido una gran conexión y afinidad. Ella es la persona a la que más quiero y la persona que mejor me conoce y comprende. La quiero, admiro y confío plenamente en ella. Para mí, mi madre es mi mejor amiga, aunque haya gente que no crea en la amistad madres-hija. Yo, sí.


Y  luego está mi padre, con quien no tengo esa conexión (de hecho tenemos muchos puntos en los que chocamos), pero no puedo  dejar de reconocer que es una persona entrañable y con un gran corazón. Que, a pesar de sus problemas de salud, siempre ha estado ahí.


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Aun así... Claro que he echado de menos a ese hermano (o hermanos) que nunca tuve. Claro que me hubiera gustado tener hermanos. Y mentiría como una bellaca si dijera lo contrario.


Saber qué se siente  en determinados momentos, en determinadas situaciones que yo no he vivido (o he vivido, pero en solitario), ni jamás viviré.
Como ese primer día en que ves a tu madre con un bebé en brazos, y te lo enseña y te dice que es tu hermanito, y que ahora tienes que cuidarlo, y quererlo mucho. Y tú te sientes extraña, porque intuyes que a partir de ahora todo será diferente.


O al revés: crecer ya con esa figura del hermano mayor, que por un lado te "putea" un poco, pero por el otro, te cuida y te protege.
Y ver cómo, entre peleas y juegos vais creciendo juntos...


Que llegue el día de Reyes y vayáis juntos al comedor a ver qué os han dejado. Y ver reflejada en la carita de tu hermano (o hermana) la misma ilusión que estás sintiendo tú.


O que lleguen las vacaciones de verano, y vayáis los dos (o los tres...) en el asiento trasero del coche, dando la brasa y preguntando cada dos por tres cuánto queda para llegar. Y como os aburrís un montón, empezáis a jugar al Veo-Veo, o a cantar la canción del elefante que se balanceaba sobre la tela de una araña. Y acabar peleando y montando tal guirigay que vuestra madre se gire y os eche tal bronca que ya no volváis a abrir la boca hasta que no llegáis a Jaén.


Y si en el cole, hay dos gilipollas que te están haciendo la vida imposible, ahí está tu hermano mayor para protegerte. Y si eres tú el mayor y te enteras de que tu hermano pequeño está pasándolo mal por unos indeseables, no dudas en ir a partirles la cara. (Aunque al final sólo les digas cuatro cosas).


Y aprender a guardar secretos a partir de la ley del chantaje mutuo: "Como le digas a los papás esto, yo les diré lo otro". (Típico, ¿no?...)
Y compartir la habitación con tu hermano o hermana. Algo que en un principio te parece el colmo de lo injusto. Tú quieres una habitación para ti solo. Además, (si eres el mayor) tú estabas antes.
Pero luego... si una noche de tormenta estás cagado de miedo con los truenos, mola tener a tu hermano ahí durmiendo a tu lado. Al menos, no estás solo...


Y un día, como ya no sois tan niños, tu herman@ se va a una habitación individual, y tú recuperas la tuya. Pero ahora resulta que le echas de menos. Y las primeras noches acabáis siempre los dos en la misma habitación charlando hasta que os caéis de sueño.


Y llegar a la adolescencia y tener una hermana mayor a la que contarle confidencias y preguntarle dudas femeninas. (Y cogerle ropa a escondidas...).
O un hermano al que preguntarle sobre psicología masculina. "Fulatino me ha dicho esto. ¿Eso es que le gusto?"


Y que pasen los años, os hagáis mayores... Pero siempre esté ahí esa persona con quien creciste, con quien peleaste miles de veces y reíste un millón; a quien protegiste ante unos chicos mayores que se metían con él; que te dio aquel consejo en materia amorosa; que te hizo rabiar; que fue tu paño de lágrimas; que no se chivó a vuestros padres de aquella borrachera que pillaste; que pasó la varicela a la vez que tú; que te rompió aquel juguete que tanto te gustaba; que te presentó a su pandilla cuando tú aún no tenías ninguna; que te ganaba siempre al Monopoly; que te ayudó tanto aquella vez...


Esa persona que te acompañó en tantos momentos importantes de tu vida, momentos alegres y tristes, y a la que nunca podrás dejar de querer, a pesar de todo.
Un hermano. 


Un hermano... Que yo nunca tuve.


*Bueno, yo ya he contado mi experiencia, pero ahora, me gustaría que me contarais vosotros...


Los hijos únicos: ¿cómo vivís eso de no haber tenido hermanos? ¿Os sentisteis solos en vuestra infancia? ¿Echáis de menos la figura del hermano? ¿Estáis de acuerdo con esa creencia popular de que somos más egoístas y consentidos que el resto? ¿Qué es lo mejor y lo peor de ser hijo único? Si podéis elegir... ¿tendríais un hijo único?

Los que tenéis hermano(s): ¿Creéis que los que no hemos tenido hermanos nos perdemos una experiencia vital importante y que tenemos carencias? ¿Sois de la creencia de que los hijos únicos somos consentidos y egoístas? ¿Os hubiera gustado ser hijos únicos y que todo el protagonismo (para bien y para mal) fuera para vosotros? ¿Habéis sentido rivalidad con vuestro(s) hermano(s)? ¿Cuál es el mejor recuerdo que tenéis con vuestro(s) hermano(s)? ¿Qué es lo mejor y lo peor de tener hermanos?


¡Gracias!  :)


**Por cierto: no soy la única que opina así de los hijos únicos....
http://www.elbloginfantil.com/hijos-unico-no-necesariamente-tienen-ser-caprichosos.html



16 de septiembre de 2011

El que busca, encuentra

 
El otro día, mientras preparaba la entrada Mis entradas populares, estuve mirando en las estadísticas las búsquedas que han llevado a mi blog en el último mes y medio. Y la verdad es que estuve alucinando y partiéndome la caja con muchas de ellas. Algunas son pa' flipar...

En serio, después de leer muchas de esas cosas que la gente escribe en Google, estoy convencida de que hay gente por ahí que cree que éste es una especie de Oráculo de Delfos, consultorio sentimental o psicólogo, al cual pueden preguntarle cualquier duda o contarle cualquier problema o asunto que les preocupe, que Google tiene la respuesta correcta  y la palabra adecuada para cada uno.
*A ver: Google es un motor de búsquedas de contenidos en Internet. Y ya. Pero ni da consejos, ni resuelve dudas existenciales, ni te consuela cuando estás afligido. Y tampoco tiene la respuesta a preguntas filosóficas como ¿Quiénes somos, de dónde venimos, adónde vamos?

Dicho esto, y en vista de lo divertidas, absurdas, surrealistas e incomprensibles que me parecieron muchas de esas búsquedas (que, por extraño que parezca, ¡llevan a mi blog!), decidí hacer una selección de algunas de ellas, y dedicarles una entrada. Además de que ya hacía tiempo que tenía en mente hacer una entrada de estas características.

Y para estructurar la entrada un poco mejor, y no ir poniendo búsquedas al tun-tun, las he clasificado por temas.

Así tenemos los siguentes:

1. De culos, tetas, sexo y otras búsquedas "picantes"

2. De pelos, vellos y otras peliagudeces (Y es que, a raíz de esta entrada, mi blog se ha convertido en un punto de referencia sobre este tema "peludo")

3. Sobre dientes separados y dramas similares

4. Reflexiones profundas

5. Expedientes X

6. ¿Mandeeeee?

Bueno, pues allá vamos...


1. De culos, tetas, sexo y otras búsquedas "picantes"

-la tia mas buena (Se fía totalmente del gusto y criterio de Google...)

-hombres de 1,89m que estén buenos (Oh, sí, ¿dónde?)

-chavas minifaldas (No mames, güeyyyyy)

-tetas de pilar rubio (Pobre infeliz...)

-sueca culona (¿Esta búsqueda la harían Pajares y Esteso?)
 
-chico guapete (¿Sólo "guapete"? Búscate uno que esté tó bueno, ya que te pones...)

-las mujeres deben ser culonas (Claro que sí, lo que tú digas)

-sexy, sano, semidesnudo, cuerpo, de mujer (Eso es concretar, y lo demás son tonterías)

-cuerpos de mujeres xexy por detras de rubias (Nuevo concepto: "Xexy")

-hombres sensibles en bikini (Sensibles, puede. Ahora, atractivos en bikini, no creo)

-www.supermasajeerotico  (Ajá, interesante...)

-stilettos rojos (Fetichista...)

-buena tetas de todo el mundo (Unas tetas universales)

-putas maullando en la cogida (Joer, cómo estamos... Esto ya es "hardcore")

-follar en praga (Claro que sí, campeon@! A Praga se va a eso principalmente, ¿a qué, si no?)


2. De pelos, vellos y otras peliagudeces

-vellos piernas mujer  (...)

-mujeres velludas  (Esto ya empieza a ser obsesión)

-mujeres sin depilar (Otra...)

-mujeres gordas i peludas (Esto ya roza la parafilia. Atención a la conjunción "i")

-hombres piernas peludas en boxer (Claro que sí, donde hay pelo hay alegría)
 
-pelillos por las bragas  (No, no, en serio... ¿esto era preciso?)

-pecho lobo o depilado   (Eso ya, lo que tú prefieras...)

-vieja con cejas mas peludas (¿Quién puede tener interés en buscar eso?)


3. Sobre dientes separados y dramas similares

-anna paquin tiene los dientes separados? (Sí, hij@, sí, los tiene. Qué disgusto, ¿verdad?)

-dientes separados tecnicamente (Técnicamente separados, sí)

-tengo diastema (¿Y?)

-separación de los dientes por morder lápices (Joer, ¡eso ya es vicio!)

-los dientes de adelante separados (¿Los de arriba o los de abajo?)

-pequeña separación en los dientes en medio  (¿En medio de dónde?)

-sonrisas separadas (¿No será sonrisa con dientes separados? Digo yo...)

-como se llama lo de tener los paletos separados (Diastema, se llama diastema...)


4. Reflexiones profundas

-me pone de los nervios (Sí, a mí también)

-gracias por venir a mi cumpleaños (De nada...)

-tras la tormenta biene lacalma en cancion (Así, tal cual)

-que dificil es comprender a los hombres (Ahí llevas razón...)

-en las noches frias necesito (¿Un buen edredón nórdico?)

-odio las coles de bruselas translation (I hate Brusels cabbages?)
 
-javier bardem es de izquierds, ja (Eso digo yo... que de izquierdas tiene bien poquito)

-cuales son esas cosas tipicas que pasan (¿Cuándo? ¿Dónde?)

-cual de las hermanas bolena muere (Que digo yo que al final morirían las dos, ¿no? Claro, que si te refieres a la que murió decapitada por orden de Enrique VIII, entonces fue Ana. Ayyyyy... se nota que no ves Los Tudor...)

-cuando uno anda mal todos se le aprovechan rapido (Sí, qué desgraciadico...)

-frustraccion (Sí, eso siento yo cuando leo estas cosas)

-dont be copy me be original (Be water my friend!) 


5. Expedientes X

-bebió demasiado y mandó un sms (¿Y qué pasó después? Inquietante...)

-transmisión de la get en lechones (WTF???)

-el rey de helado (El príncipe de cucurucho)

-en la mira infidelidad (Veo que lo tienes claro)

-carta antigua (esperame) (Enigmático)

-como reconocer que mi lash estiletto es original y no bamba (Una pregunta con fundamento, sí señor...)

-me voy por los tejados (¿Y por los cerros de Úbeda, no?)

-fundas masajeadoras de bolas para coches sirven de alivio (Sí deben de servir de alivio, si no, los taxistas no las llevarían) 

-restaurantes para llevarle a tu novia paragua (¿Paraguas o Paraguay? He ahí la cuestión...) 

-gata salvaje morreo (WTF??????) 

-como aguantar toda la clase de spinning (No sé. Si lo averiguas, me lo dices)

-chonis y hello kitty (Dos conceptos que suelen ir siempre juntos, sí)

-fotos de tarjetas en forma de teteros (Premio gordo a quien me diga qué es un tetero. Y no me vale decir que es el marido de la tetera) 

-la revista que contiene el no soporto (Demasiado críptico para mí...)

-rayas no te vayas (¡Hey, tenemos un poeta!) 

-koyac plop (Lo flipo...) 

-operación hoyuelo barbilla como jude law (¿De verdad existe una operación para eso?) 

-ana obregon tanga hilo (Joer, ya son ganas, ¿eh?) 

-como se pintan los goticos (supongo que se refiere a la tribu urbana de los góticos... ¿O son goticos mañicos?) 

-mujeres k se le arrancan parte del cuerpo (Joder, ¡qué gore!)

-tetas de leche gatuna  (Muy WTF) 

-que diga que siiiiiiiiiiiiiii (¡Sí, por favor, que diga que siiiiiiiiiiii!) 

-el diario de una gatita (Ay, qué tierno, po' favó...) 

-payas para la biblioteca (Jayyyyy, paaaaayas.... Vamo’ a la bibliotecaaa con la fragoneeeeeetaaaaa...)


6. ¿Mandeeeee?

-toya bratt pit (No has dado una...)

-tatto adas (Ni adrede lo hubieras escrito peor)

-1 2 3 pescau colorado te tienen cola (Gran WTF?)

-no te vallas sin comentar (Sí, por favor. No te vaLLas)

-en los tejados blogspot (Te acercas...)

-as resivido un mensaje (Sí, resién lo e resivido...)

-goti loita ("Gothic lolita", ¿quizás?)


*CONCLUSIÓN: la gente que llega a mi blog a través de Google busca cosas como: "chavas en minifalda", "tattos de adas", "mujeres velludas", "ana obregon tanga hilo","tengo diastema" o "toya bratt pit"... 
Ten un blog pa' esto... ¡¡¡Juas!!!



10 de septiembre de 2011

Ella Baila Sola


Fuimos muy amigas. Puedo decir, sin miedo a equivocarme, que fuiste la persona con la que más me he reído.
Teníamos una conexión especial. El mismo sentido del humor, gustos muy similares...
Así, no fue extraño que enseguida nos cayésemos tan bien.

Recuerdo la primera vez que hablamos. Estábamos en segundo de carrera y fue en un rato libre entre clase y clase. Estabas sentada detrás de mí. Me giré un momento, y te vi allí sentada. Ya te había visto otras veces, pero no sé... Nunca me había atrevido a hablarte. Me imponías mucho.
Tenías a primera vista ese semblante serio que tanto te caracterizaba y que tan lejos estaba de tu verdadera personalidad. Parecías un poco seca... Un poco brusca.
Nada que ver con lo divertida, cachonda y tierna que podías llegar a ser cuando se te conocía bien.

Y no sé cómo ni por qué, pero nos pusimos a hablar de Operación Triunfo. Aquella primera edición, la de Rosa,  Bisbal, Bustamante y Chenoa.
Y entonces me contaste que te gustaba mucho cantar, que cantabas en todas partes: en el coche, en la ducha, en casa, por la calle... Pero que jamás te atreverías a participar en un programa de esos. Yo te comenté que a mí también me gustaba cantar, y en general, que era una loca de la música...
 Poco después comprobaría que, además, tenías una voz magnífica, potente y a la vez muy afinada. Y ahora me estoy acordando de aquel verano en el que cantábamos temas de Ella Baila Sola. Tú hacías la voz de Marilia, y yo, la de Marta. Además, siendo tú, morena, y yo, rubia, como ellas, dábamos el pego, ¿verdad?  Y no es por nada, pero no lo hacíamos del todo mal...
Y bueno, parafraseando a Humphrey Bogart al final de la magnífica Casablanca, "ése fue el comienzo de una gran amistad". Pero una amistad no exenta de desencuentros. Y es que... aunque nos llevábamos muy bien y nos entendíamos con sólo mirarnos, también tuvimos nuestros problemas. ¿Recuerdas aquella discusión que nos tuvo años sin hablarnos? Ay, las mujeres podemos ser los peor, muchas veces... Y por rivalidades y malos rollos podemos tirar por tierra una bonita amistad.

Pero no adelantemos acontecimientos...
Recuerdo ahora aquellas nocheviejas, en las que, bien emperifolladas, íbamos de cotillón a ver si empezábamos el nuevo año con buen pie, es decir, ligándonos a algún tío buenorro... Y al final, lo único que pillábamos era un buen pedal. El vodka nos sentaba fatal, ¿te acuerdas?
Y con suerte, conseguíamos algún ligue que no nos duraba ni dos semanas.

Y aquellas Fallas, de verbena en verbena, con aquellos italianos que conocimos, tan pesaos. Ya no sabíamos cómo quitárnoslos de encima. ¿Recuerdas cómo conseguimos despistarlos? Yo, sí...
Nos metimos en la marabunta ansiosa por ver la Nit del Foc, y allí, nos confundimos con la masa, mientras les decíamos "Ciao, ciao, bambini..." Y Gino y Paolo (o como quiera que se llamaran) nos perdieron de vista, Ahora lo pienso y... fuimos un poco crueles, ¿no? xD

¿Y aquel verano que te invité a las fiestas del pueblo de mis abuelos? Y como estábamos a una hora escasa de Cuenca, y tú no la conocías (¡sacrilegio!, pensé yo), un día cogimos el tren y nos plantamos allí.
Fuimos a ver las Casas Colgadas y el Museo de Arte Abstracto que albergan en su interior; el Puente de San Pablo, la Catedral..,. Y aquel paseo por la calle Carretería, mientras degustábamos un helado sabor Azul de Cielo (también llamado Pitufo).

¿Y aquel otro verano con nuestra amiga común, E., en la playa de Gandía? ¿Te acuerdas de lo cutrísimo que era el albergue? Aquellas literas que chirriaban a poco que te movieras... ¡Y los baños eran compartidos! Para poder ducharnos con un poco de intimidad, teníamos que "hacer guardia" y sujetarnos las unas a las otras la cortina de la ducha, para que no se moviera y nos viera en pelotas algún guiri borracho y salidorro.

...Y las horas que pasamos en la Biblioteca Pública estudiando para los exámenes. Está mal que yo lo diga, pero éramos muy buenas estudiantes.
Y recuerdo el año que nos apuntamos a italiano y al final nos pasábamos el día hablando con acento italiano. Todas las palabra acababan en "-ini". Todo eran tortellini, capuccini y cosas así. xD. Claro, aquel fue el año de los italianos que conocimos en Fallas. Nosotras queríamos practicar la lengua, y ellos querían practicar "otras cosas"...
Y la de veces que, en horas libres, entre clase y clase, nos tomamos un café en "Áre@" (que ya la cerraron, ¿sabes?), mientras criticábamos a ésta, o suspirábamos por aquél. Madre mía... ¡Si aquellas paredes hablaran! Y qué ridículas nos veríamos ahora si nos escucháramos con "aquellos dramas" de veinteañeras sin grandes preocupaciones.

Y las noches que nos vestíamos "para matar", y salíamos de marcha por el Barrio del Carme. Y lo difícil que estaba el tema de aparcar... Tu Ford Orion. ¡Qué mítico! Tú eras la chófer. Yo no tenía el carnet, no me lo sacaría hasta unos años después... (En aquella época en la que dejamos de ser amigas).


Qué de recuerdos, ¿verdad? La mayoría son fantásticos...

Pero también tuvimos discusiones, trifulcas... La más gorda, sin duda, tuvo lugar en aquel campamento del IVAJ en Toledo, al que nos apuntamos, porque queríamos conocer a más gente. Valencia en agosto era un cementerio y nos aburríamos cantidad.

No sé qué nos pasó, tía. Cómo pudimos llegar a decirnos las cosas que nos dijimos aquella noche delante de todo el mundo. A la hora de la cena, sentadas a la mesa. Cómo se descontroló todo. Cómo nos gritamos. Cómo soltamos tanta rabia en tan pocos minutos. Cómo pudo suceder... si éramos tan amigas.

A partir de aquello, nada sería igual. Así como llegamos juntas al campamento, nos fuimos cada una por su lado. Tú madrugaste para irte temprano y así no coincidir conmigo. Me evitaste. Y esa fue la tónica de los 5 años siguientes.

Y así empezó un nuevo curso; el último de carrera, que fue un verdadero infierno. Al menos, para mí. Del gupo de amigas, sólo estábamos en Valencia tú y yo. E. se había ido de Erasmus a Londres y M., seguía de prácticas en Francia.
Pero tú y yo ya no hablábamos. Nos cruzábamos en las clases en que coindíamos y girábamos la cara para no tener que mirarnos.
Fue muy incómodo. Fue muy duro no reconocer en aquella persona a la gran amiga que habías sido.


La rabia se me fue diluyendo con el paso de los meses. Quería recuperar nuestra amistad. Y a veces, pensaba en intentar un acercamiento. Pero yo veía en tus ojos que tú te mantenías firme en aquella situación extraña.
Además, aquel año conociste al que sería tu novio... Y no parecías tener mucho interés en retomar la amistad conmigo.
Esa primavera, empecé a salir con mi ex. Y acabamos la carrera, y definitivamente, nuestros caminos se separaron.


Recuerdo cuando recogí la orla del estudio fotográfico, y mi padre la colgó en una pared de mi habitación. En ella estábamos fotografiados todos lo compañeros de nuestra promoción. Y muy cerca de mi foto, estaba la tuya. Al mirarla, sentí una inmensa tristeza, por haber perdido aquella gran amistad que nos había unido, por una tontería.


Y así, sin hablarnos ni saber apenas la una de la otra, pasaron los siguientes 5 años.
Sólo teníamos que reencontarnos a la fuerza en el cumpleaños de nuestra amiga E. Pero bueno, eso sucedía sólo una vez al año, y no estábamos solas, así que no había problema. Nos ignorábamos mutuamente y en paz. Pero yo sabía, (ambas sabíamos) que E. sufría al vernos así. Aunque no dijera nada.

Y fue precismente E., con la excusa de su boda, la que tendió un puente a la reconciliación.
Había que organizarle la despedida de soltera. Y tú y yo, aunque enfadadas, seguíamos siendo sus mejores amigas. Y no podíamos fallarle.
Así que, aquella primavera de 2007, no tuvimos más remedio que hacer frente a nuestros fantasmas, tragarnos aquel orgullo espeso y amargo... Y retomar la comunicación.
Primero, vía e-mail. Luego, por teléfono.

Es curioso que nunca mencionásemos lo que había pasado aquella noche "toledana" (y nunca mejor dicho) de 5 años atrás. Ni siquiera hubo una reconciliación propiamente dicha. No nos pedimos disculpas.
No hizo falta.
Simplemente... nos pusimos a hablar. Al principio, un poco tensas, eso sí; pero poco a poco, la situación se fue normalizando.
Hasta el punto de que parecía que no había pasado el tiempo. Que nunca habíamos dejado de hablarnos.

Volvimos a hacer bromas. Seguíamos teniendo ese humor nuestro tan ácido y peculiar.
Era como si una mano invisible le hubiera dado al botón de RESET. Todo lo anterior (lo malo, quiero decir), había sido borrado al instante.
Y la despedida de soltera de E. salió genial. Lo pasamos en grande.
Y en su boda la vi feliz, porque estuvimos, en la misma mesa, tú y yo , como las buenas amigas que habíamos sido antaño. Fue un día inolvidable...

A veces pienso que no lo hicimos del todo bien. Quizá deberíamos haber hablado largo y tendido de todo lo que pasó, para cerrar definitivamente viejas heridas. Pero creo que, de verdad, ya no había ningún rencor por tu parte ni por la mía.
Y era genial volver a tener aquella amistad, aquella conexión.

Es cierto que nunca volvimos a ser tan amigas como lo fuimos en su día. Pero también es cierto que nosotras tampoco éramos ya las mismas de entonces. Tú aprobaste una oposición (siempre tuviste claro que el periodismo no era lo tuyo), mientras que yo empezaba a abrirme paso en el difícil mundillo de la comunicación audiovisual.
Ambas teníamos novio. Pero mi relación empezaba ya a tambalearse. La tuya con S., en cambio, parecía más sólida. Al menos, a simple vista.

Y así pasaron dos años más, y en ese tiempo volvimos a quedar, fuimos a la playa, fuimos de compras, fuimos a tomar café, charlamos mucho de nuestro futuro a medio plazo, de nuestas relaciones.
La mía con mi ex ya había naufragado hacía meses, y un nuevo horizonte se dibujaba ante mí. Había conocido a otro chico que me encantaba, pero no tenía muy claro eso de empezar una nueva relación...

Tú, en cambio, seguías adelante con S., porque, según tú misma me confesaste, a pesar de que había cosas suyas que te sacaban de quicio, estabas convencida de que era el hombre de tu vida. Y entre eso, tu plaza de funcionaria y que te habían concedido un piso de VPO, yo estaba segura de que, en poco tiempo, volveríamos a ir de boda. En este caso, la tuya.
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Pero qué perra es la vida a veces. Porque aquel verano de 2009 caíste muy enferma.
Tanto, que no nos estaba permitido ir a visitarte al hospital. Y era tu madre la que puntualmente nos iba informando de tu estado.
Recuerdo cómo aquellos días de tremenda incertidumbre, yo, que nunca he sido muy religiosa (y tú lo sabes), recé más que en toda mi vida. Por ti, para que salieras adelante. Para que te pusieras bien.
E. y yo estábamos desesperadas. ¡Qué impotencia, no poder hacer nada por ayudarte! Ni siquiera ir a verte, porque era contagioso.

Tres semanas estuviste en la UCI, debatiéndote entre la vida y la muerte. Pero no pudiste ganar la batalla y te fuiste para siempre aquella mañana de agosto.
Me llamó E., con la voz temblorosa, para contármelo.
Entonces no me lo podía creer. Y hoy, dos años y un mes justos después, todavía me cuesta creer que ya no estés aquí.
Te fuiste.
Te perdí una vez, pero te recuperé. En cambio, aquella segunda vez sería diferente.
Y cuántas veces habré llorado amargamente tu ausencia.
Y cuántas veces me habré lamentado por todo ese tiempo perdido.


...Pero claro, esas cosas no las puedes saber hasta que no te pasan. Y ahora ya no hay nada que hacer.

Por eso, hoy te dedico estas líneas; porque quiero que sepas, allá donde estés, que, como en todos los días de aquellos cinco años de silencio, y como en todos los días de estos dos años sin ti, te echo de menos.


Que sigo añorando aquellas risas, aquellas confidencias, aquellos momentos vividos, que ya no volverán a repetirse.


Y quiero que sepas que no te olvido, ni te olvidaré...




Un beso, "Marilia"

(De "Marta")


6 de septiembre de 2011

Mis entradas más... ¿populares?



Hace ya unos meses que decidí añadir a mi blog el gadget de Entradas populares. Lo había visto ya en otros blogs y la verdad es que me había llamado bastante la atención.
En todo este tiempo, he ido cambiando el gadget para saber cuáles eran las entradas teóricamente "más leídas" por la gente, en diferentes períodos de tiempo: desde siempre, en el último mes y durante la semana.

Bien, pues analizando por un lado los resultados que me da dicho gadget, y por otro las estadísticas del blog, he podido extraer dos importantes conclusiones:

1. Que, quitando a mis lectores y seguidores habituales, (que son fieles a lo que escribo), y a la gente que llega a mi blog a través de Blogger u otros blogs, al resto, es decir, a todos aquellos que llegan aquí por casualidad, a través de búsquedas en Google, lo que yo escribo les importa un cojón de pato.
Así de simple y así de sencillo. (No pasa nada, lo superaré).

2. Que eso de las Entradas populares es una falacia. O más bien, no deberían entenderse como entradas más leídas, más exitosas, o preferidas por los lectores, sino simplemente, como páginas más visitadas (aunque haya sido sólo durante 2 milisegundos).

Atendiendo a dicho gadget, mi entrada más "popular" desde que la escribí (y con una abrumadora diferencia: casi 32.000 páginas vistas, frente a la segunda en el ránking que no llega a las 3.000) es Para toda la vida, un post en el que cuento mi experiencia con mi primer y único tatuaje: desde la elección del diseño hasta el momento en que me lo hicieron y los cuidados post-tattoo.

Dicha entrada es de agosto del año pasado. Y siempre, siempre, siempre, ha liderado el ránking de las entradas supuestamente "más leídas"; en cualquier momento, en el último mes, en la última semana... Casi cada día, sin apenas excepciones, es la entrada preferida por mis lectores.
...Pues va a ser que no.

Cuando la escribí, supuse que tendría un éxito relativo: sé que hay mucha gente interesada en el tema de los tatuajes, gente que quiere hacerse uno pero no acaba de decidirse, etc.
En aquel momento, con mi tatuaje recién hecho, decidí plasmar mi experiencia con la idea de orientar a otras personas y aclarar algunas dudas (siempre, claro está, desde mi perspectiva, que no tiene por qué ser válida para todo el mundo).
Y es que antes de hacérmelo yo, estuve mirando en diversos foros en busca de información, pero sólo encontraba opiniones extremas (No duele nada/Es un dolor horrible e insoportable o Me he hecho ya 15 tatuajes y me quiero hacer otro/No me haría un tatuaje ni muert@, eso es de gente chunga), etc.

Bien. El post en cuestión no está mal, es bastante completo y extenso (en mi línea xD), pero tampoco es como para tirar cohetes, la verdad. Creo humildemente que tengo otros posts infinitamente más buenos, divertidos, bonitos y mejor escritos que ése. (También los hay peores).
Y además, no es por nada, estoy contentísima con mi tattoo, pero la verdad, no me entusiasma que justo esa entrada sea la más "importante" o la que, de alguna forma, ilustre mi blog.
Esto no es un blog de tatuajes ni yo soy una loca de ese tema.

Por eso, y aunque sé que el tema "tattoo" atrae a gente, me extrañó que esa entrada fuera siempre la más leída. Hasta el punto de que le he cogido un poco de manía, la verdad.

Pero un día, al mirar en las estadísticas del blog, concretamente al partado de las búsquedas que llevan a él, me di cuenta rápidamente de a qué se debía ese insólito "éxito" de la entrada del tattoo: el 80% de las búsquedas que llevaban a mi blog eran: "diseños tatuaje", "tattoo hadas", "diseños de hadas para tatuajes", "tatuarse un hada", "tatuaje en la espalda", etc, etc...
No hace falta decir que el diseño de mi tatuaje es un hada y que lo llevo en la espalda, ¿no? Y no sólo eso, sino que, durante mucho tiempo, ilustraba el post el diseño de un hada para tatuar (no el mío, pero parecido).

Entonces lo entendí todo: a la (gran mayoría de) gente no le importaba una cuerno mi experiencia con los tatuajes, sino que iba buscando diseños de hadas para tatuarse ellos (o más bien debería decir ellas, porque me cuesta imaginar a un camionero con un hada tatuada en la tripa peluda). Y eso les llevaba a mi blog.

Y lo que me acabó de demostrar que el contenido del post en sí es lo que menos interesa a esa mayoría es el hecho de que el último comentario que recibí es de septiembre de 2010, o sea, sólo un mes después de publicarlo.
Si de verdad fuera un post tan popular, tan leído, tan exitoso y tan interesante, ¿no habría recibido ya mil comentarios en él?
Pues eso.

Por tanto, mi entrada no es muy popular, sino muy visitada. Lo cual no significa que sea muy leída, porque estoy convencida de que la gran mayoría, cuando llegaba a mi post y veía todo ese mogollón de letras y sólo un diseño de tattoo, cerraría la página ipso facto.
A todas ellas: lo siento, queridas, siento decepcionaros, pero esto no es una página con chorrocientos diseños de tattoos. Esto es un blog personal.

Por cierto, que un día, decidí eliminar la imagen, y dejar sólo el texto, por ver si así dejaban de llegarme visitas accidentales que no tenían ningún interés en leer mi blog. Pero joder, ni por ésas. Ya llevo meses sin dibujo de tattoo, y sigue siendo la entrada más "popular". Así que me estoy planteando eliminarla, sinceramente.

En cuanto a las siguientes en el ránking de mis entradas más populares están: ¡Me están estresaaaaaando!, La modita de los dientes separados y Algunos hombres guapos.

Y tenemos más de los mismo. Visitas accidentales que llegan a través de San Google.

En la primera entrada me cuestionaba si, con 29 años (entonces), se me pasaba el arroz, ya que aún no me he casado (ni tengo planes), y tampoco tengo hijos (ni tampoco planes), mientras que la gente de mi mismo círculo y edad ya me han tomado delantera.
El caso es que al final del post, preguntaba irónicamente: ¿Qué hago, me paso a arroz Brillante o hago un risotto? Y, fiel a mi estilo, ilustré la entrada con un plato de delicioso risotto.

Bien, pues ésa es otra de mis entradas más populares. Sobre todo, entre visitantes italianos, qué casualidad.
Sinceramente... ¿Creéis que a todos esos italianos que han llegan a ese post les interesa mi reloj biológico? ¡No! Les importa una mierda... O una porca miseria. Lo cual es completamente normal.
¡Ellos iban buscando recetas de risotto!
...Y así llegaron a mi blog.

En cuanto al supuesto éxito de las entradas Algunos hombres guapos y La modita de los dientes separados (ésta sí debo reconocer que es bastante leída porque aún sigo recibiendo comentarios), sólo os pondré algunas de las búsquedas que llevan a mi blog: "eric bana fotos", "eric bana", "eric bana troya" y "dientes separados", "paletas separadas", "diastema", "famosos con diastema", "corregir diastema", "georgia jagger dientes separados", etc...

(Por cierto, no estaría nada mal que el mismísimo Eric Bana se "autogoogleara" y llegara a mi blog. Hello, Eric!! How are you? xD)

En fin... Mirar las estadísticas del blog y sobre todo, el apartado de las búsquedas, ha resultado un poco frustrante, la verdad.
Aunque tengo que reconocer que también hay gente (bastante) que busca mi blog por su contenido. Búsquedas como "maullando por los tejados", "diario de una gata en la ciudad", "diariodeunagataenlaciudad", "una gata en la ciudad", así lo demuestran.
A todos ellos, mil gracias...
(Y un consejo: podéis agregarme a Favoritos, y así no tenéis que ir tecleando cada vez el nombre o la url del blog). 

*Concluyendo: que si por "populares" Blogger entiende las entradas sobre las cuales los usuarios hacen click más a menudo, entonces tenemos diferentes criterios. Para mí, entradas populares son aquellas que gustan más a más gente, las más leídas, las preferidas por mis lectores, sea por la razón que sea. Pero no aquellas en las cuales la gente cae más a menudo, de forma casual.
Porque, si eso es así, a todos los posts los titularé SEXO o PORNO, y entonces ya veréis cómo todas serán populares.

Y ahora sólo quería pediros un favor. A los que me seguís y me leéis habitualmente, o a los que llegasteis hasta aquí a través de Blogger u otros blogs no, porque ya sé que sí os interesa lo que escribo (unas cosas más que otras...).
Pero si hay alguien por ahí que llegó a este blog a través de alguna de esas búsquedas que he mencionado antes (tatuajes hadas, eric bana fotos, risotto con setas, paletas separadas), y no es que no se fue a los tres segundos sino que le gustó tanto lo que encontró que decidió quedarse o seguir visitándome, por fa, que me lo haga saber. No necesito nombre, ni que me digáis de dónde sois. Ya sabéis que acepto comentarios anónimos.
Pero no estaría de más saberlo, más que nada para reconciliarme con las "Entradas populares" de Blogger.

¡Gracias! :)



2 de septiembre de 2011

El yin y el yang






Él era tímido y parco en palabras. Ella, extrovertida y parlanchina.
Él era muy prudente, serio, más bien pesimista y con los pies en la tierra. Ella era alocada, risueña, positiva y soñadora.
Él era previsor, perseverante y un poco tacaño. Ella vivía el día a día sin preocupaciones, era inconstante y no conseguía ahorrar.
Él resultaba frío y enigmático a primera vista. Ella era cercana y emanaba sensualidad por todos los poros de su piel.
Él era algo tradicional. Ella, liberal.
A él le gustaba la novela negra, la arquitectura, el heavy metal y los coches. A ella le fascinaba la poesía, la pintura, los nocturnos de Chopin y los bailes de salón.
Él tenía un golden retriever. A ella le encantaban los gatos.
Él era muy ordenado, organizado y meticuloso. Ella era un completo desastre.
Él era tranquilo y reflexivo; casi nada conseguía alterarlo. Ella era nerviosa, impulsiva e imprevisibe.

Él era moreno, de cabello rizado, alto y grande. Ella era frágil y menuda, de cabello claro y muy lacio.
Él era del Norte. Ella, del Sur.
A él le gustaba la comida italiana. A ella le encantaba el sushi.
Él veía cine independiente. Ella disfrutaba con las comedias románticas made in USA.
Él era un niño bien. Ella era un poco hippie.

Él fue un estudiante mediocre. Ella, la mejor de su clase.
Él adoraba la gran ciudad. Ella soñaba con vivir en el campo.

Él era hijo único y procedía de una familia adinerada. Tuvo de todo lo que quiso y más. Ella era hija de trabajadores, tenía 4 hermanos y, de niña, nunca supo lo que era estrenar ropa o libros de texto.

Él era deportista y un fumador empedernido. Ella no pisaba un gimnasio, pero odiaba el humo del tabaco.

Él estudió ADE en una universidad privada. Ella, Filología en la universidad pública.
Él trabajaba en la empresa de su padre. Ella alternaba períodos de paro con trabajos puntuales como dependienta en una librería.
 
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Sin duda, no podían existir en el mundo dos personas más diferentes entre sí que Él y Ella. 
No podía haber dos polos más opuestos.
Resultaba casi imposible que pudieran llegar a atraerse y entenderse. Era como juntar la noche y el día, el fuego y el agua, el invierno y el verano. 

Era difícil creer que se pudieran fijar el uno en el otro.
Pero tal vez fuera precisamente eso, descubrir la antítesis de uno mismo encarnada en otra persona, lo que hizo que ambos se atrajeran irremediablemente aquella noche de mediados de noviembre.

Porque a pesar de las innumerables diferencias que los separaban, a pesar de los prejuicios iniciales que albergaban el uno hacia el otro, había "algo", una fuerza invisible que los empujaba a encontrarse. Era como si ambos fueran la cara de la misma moneda. Tan distantes como cercanos. Tan contrarios como complementarios. Tan distintos como interdependientes.

El yin y el yang.
Él no dejaba de mirarla. Ella se dio cuenta y le sonrió.
Él agachó la cabeza con timidez, se giró nervioso hacia la barra y pidió un ron con cola. Ella se acercó a él y le preguntó si se conocían de algo. Él le contestó que todavía no, pero que eso tenía fácil solución.
Ella le dijo si la invitara a una copa. Él pidió otro ron con cola para ella.

Y allí estaban, en aquel pub, aquella noche de otoño, las dos personas más antagónicas que pudiera haber sobre la faz de la Tierra, juntas. Dos perfectos desconocidos, dos seres solitarios que se habían encontrado sin buscarse.

No se plantearon que lo más probable era que lo suyo jamás funcionara. Que sus diferencias eran demasiado grandes. Que les separaban muchas más cosas de las que les unían.

Aquella noche, en aquel pub lleno de gente, sólo existieron el uno para el otro.

HELLO!

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