31 de diciembre de 2014

¡Feliz 2015!


No quería acabar este año sin la ya "tradicional y muy típica entrada de fin de año y comienzo del nuevo". El año pasado, entre unas cosas y otras, se me pasó, o no me apeteció mucho hacerla en su momento y luego tampoco tenía mucho sentido escribirla.
Pero este año no quería que pasara lo mismo.

Sé que no soy nada original y que esta entrada será una más de cientos y cientos de millones de entradas típicas del 31 de diciembre.
Pero oye, no quería dejarlo pasar. Así, ya que estoy, me paso por aquí, os saludo y os deseo todo lo mejor para el 2015. ;P

Imagino que para algunos este 2014 habrá sido una pesadilla y estarán deseando dejarlo atrás. Para otros, habrá sido un buen año o incluso muy bueno, y les dará un poco de penita despedirlo.
Y para muchos, habrá sido un año más, -ni fu ni fa-, un año de transición, por que "el bueno será el 2015".

En mi caso, este 2014 ha sido un poco montaña rusa. Ha habido de todo un poco.

-Ha sido mi primer año como parada. La primera vez en mi vida que me encuentro en esta situación, y consciente de que aún me queda, -nos queda-, una larga travesía por el desierto.
Me he convertido en una cifra, una más en las estadísticas, en los datos de desempleo.
No es fácil estar en el paro. Es una situación que desestabiliza mucho a la persona.

En estos meses, he alternado momentos de tristeza, de desesperación, de ira, de nostalgia, de indignación, de sentirme una auténtica mierda, de incertidumbre, de pensar que jamás volveré a trabajar, que nadie me querrá contratar nunca... Y momentos de resignación, de intentar verle lo positivo a esta situación, de pensar que todo pasa por algo y que quizá esta es la ocasión para volver a empezar. Intento ser positiva, pero a veces cuesta, sip.

Y en ésas estamos. 

-Porque 2014 también ha sido el año en que decidí levantarme del sofá, dejar de lamentarme, dejar de buscar culpables (que si la crisis, que si el Gobierno, que si las empresas..., -que no digo que no tengan su parte de culpa, pero si me quedo quieta en mi casa y no muevo el culo, nada va a cambiar-) y aposté por la formación, por reinventarme, por mejorar mi currículum, por ser más versátil, desencasillarme y ser más competitiva profesionalmente. En esto, tengo que decir que JJ fue decisivo, y una de las personas que me abrió los ojos, y creo que nunca se lo podré agradecer lo suficiente.

Por eso, estoy/estamos cursando un máster que -esperamos- nos abrirá nuevas puertas y oportunidades en el mundo laboral. Nadie dijo que fuera fácil, y vamos a tener que dedicar muchas horas y mucho esfuerzo a trabajos, estudio, proyecto fin de máster, etc. Pero estoy segura de que valdrá la pena.
Y como hoy en día, sin idiomas no eres nadie, sigo también con las clases de francés y he retomado, después de 15 años, las de inglés en la Escuela Oficial de Idiomas. Algo de lo que estoy muy satisfecha, y creo que debería haber hecho mucho antes. Aunque bueno, mejor tarde que nunca.

-Pero sobre todo, 2014 ha sido NUESTRO AÑO, el de JJ y mío. El año en que dimos un paso más en nuestra relación. El año en que cumplimos un sueño, dándonos el 'Sí, quiero' en la boda más bonita e inolvidable que podía imaginar.
En 2014 también cumplimos otro sueño: viajar a Nueva York, una ciudad que siempre llevaré en mi corazón, y a la que siempre querré volver.

Ha sido un año, como decía, de altibajos. Pero me quedo con lo bueno: con los grandes momentos; con los amigos de verdad, los que están siempre ahí, pase lo que pase, a pesar del tiempo y la distancia; con la familia más maravillosa que se puede tener (la mía y la de JJ), por todo su apoyo incondicional y por no dejarnos caer nunca.
Con ese 4 de octubre mágico e inolvidable; con la puesta de sol en Manhattan, vista con mis propios ojos.
Con cada despertar al lado del amor de mi vida. Con cada día junto a él.

Espero que el 2015 sea un buen año. Para todos. Dicen que va a ser un año de cambios, esperemos que así sea, y que la cosa sea para mejor.
No quiero hacerme grandes propósitos, ni grandes ilusiones; soy de las que suelen depositar muchas esperanzas en el nuevo año, y luego... pues eso, MEH. A veces me llevo cada chasco...
Por eso, no quiero tener muchas expectativas, para luego no sentirme decepcionada.

Sólo le pido a este año fuerza, paciencia, constancia y determinación. Sé que puedo conseguir lo que me proponga, si lo deseo de verdad y me dedico a ello en cuerpo y alma.

Para todos vosotros, mucha felicidad, amor, salud, prosperidad, trabajo, sexo genial... ;D En fin, que os deseo lo mejor, que se cumplan vuestros proyectos, sueños e ilusiones (eso sí, hay que ponerle dedicación, eh, que si no, nada). ;)
A los que estáis como yo, sin trabajo, ánimo, que algo saldrá; esta situación es dura, desquiciante... Pero no os hundáis ni dejéis que nadie os hunda ni humille; ¡tampoco os rindáis! Esto no puede durar para siempre.
A los que estáis sufriendo por amor/desamor, fuerza y paciencia; el tiempo lo cura todo, y como dice la canción, después de la tormenta, siempre sale el sol. Todo pasa por algo, y es verdad.
A las que vais a ser mamis, que sois unas cuantas por aquí, deseo que todo vaya genial, ya veréis como sí... En nada tenéis a vuestro peque en brazos. Jo, me dais una envidia sana...

Gracias por estar ahí un año más, por leer y comentar. O simplemente, eso, por estar... Que veo que somos ya 230, jarrrrlll!!!
Gracias, mil gracias.
Un beso enorme y ¡¡¡¡¡¡FELIZ 2015!!!!!!

...A ver si es verdad! ;)

11 de noviembre de 2014

La Cigarra y la Hormiga Updated


Llega un momento en la infancia de toda persona, en el que alguien -habitualmente un familiar muy cercano y más mayor y sabio-, le hace la GRAN REVELACIÓN, contándole la famosa fábula de "La Cigarra y la Hormiga".


Todos conoceréis de sobra la historia y a sus dos protagonistas.

Por un lado, estaba la Cigarra: despreocupada, gandula y cero previsora, lo suyo era cantar, tocar la guitarra y holgazanear durante tooooooodo el verano. Su máxima era "Carpe Diem", vivía la vida sin preocuparse lo más mínimo por lo que pudiera pasar al día siguiente.
Ay, esa Cigarra feliz y holgazana con la que -casi- todos nos hemos sentido identificados en más de una ocasión.

Por otro lado, estaba la Hormiga, que era todo lo contrario que la Cigarra: trabajadora, constante, ahorradora,... Durante el verano, mientras la Cigarra cantaba y cantaba sin pegar ni chapa, la previsora y laboriosa Hormiga acarreaba granos de trigo bajo el intenso sol, para después tener alimento cuando llegara el frío.

Pues bien, pasó el verano, el otoño y llegó el crudo invierno. Y mientras la trabajadora Hormiga estaba tan requetebién en su casa, calentita y con muuuucha comida, -porque se lo había currado-, la infeliz de la Cigarra las pasaba canutas, y aterida de frío, tenía que pedir ayuda y cobijo a la Hormiga, quien finalmente se apiadaba de ella y la acogía, eso sí, no sin antes echarle en cara su actitud despreocupada.



Fin de la historia.
Después de la moraleja, tu abuelo -o la persona que te contaba la historia-, te hacía la inevitable pregunta:

Y tú, ¿qué quieres ser, Cigarra u Hormiga?

Y ahí te quedabas tú, a tus 6-7 tiernos años, cavilando:

-Ostras, Cigarra no, ¡ni de coña! Al principio se lo pasa muy bien, pero mira cómo acaba... No, no, hay que ser Hormiga.

Y así es como, desde bien pequeños, con una aparentemente (pero nada) inocente fábula, nuestros mayores nos inoculaban ya el virus del esfuerzo, la constancia, la previsión, el trabajo duro y el ahorro. (Cosa que se agradece, eh).

Ésta es una de esas enseñanzas que te hacen "clic" en la cabeza. Y que una vez la aprendes, ya no hay vuelta atrás. A poco responsable que seas, el runrún de la Cigarra y la Hormiga te perseguirá toda la vida.

-En épocas de exámenes en la Universidad, cuando ves que tienes dos toneladas de apuntes y te lo estás dejando para la noche de antes del examen. Runrún.

-Cuando estás a dieta y tus amigos dicen de ir a cenar a un italiano. Runrún.

-Cuando quieres ahorrar, pero llegan las navidades, vas a la FNAC y te lo comprarías TODO. Runrún.

Y es que la historia de la Cigarra y la Hormiga se puede aplicar a mil aspectos de nuestro día a día. A los estudios, al tema económico, al plano laboral...

Lo fácil, lo chachi, sería poder ser como la Cigarra, pero sin las consecuencias de ser Cigarra. Vivir la vida loker sin preocupaciones, disfrutar el momento, cantar y bailar, gastar sin límite, no tener que ahorrar para tener unos eurillos, ni trabajar para ganarse la vida.
(Bueno, los hay que tampoco tienen que ahorrar ni trabajar, tiran de tarjetas black, fraudes fiscales, cuentas en Suiza, y listo. Pero no es el caso; me refiero a gente honrada, que  sois los que me leéis. No me imagino a Rato, Bárcenas o a Pujol leyendo mi blog).

En cambio, lo difícil, lo coñazo, al menos para mí y supongo que para muchos, es ser Hormiga.

Todos conocemos de sobra la teoría, pero luego, llevarlo a la práctica no es tan fácil.
Desde luego, si ser Hormiga fuera fácil no tendría mérito. Ni estaría tan valorado. (A veces, incluso un pelín sobrevalorado).

Yo creo que nuestra naturaleza hedonista nos hace ser Cigarras.
Todos tenemos un Lado Oscuro de la Cigarra innato y poderoso. Es como Anakin Skywalker y el Lado Oscuro de la Fuerza. O como Frodo y el Anillo.


Nos esforzamos por contrarrestar ese Lado Cigarra con un Lado Hormiga que nos sacamos de la manga.

Sin embargo, hay gente que acaba totalmente absorbida por el Lado Oscuro de la Cigarra. Se rinden absolutamente a él.
Son las Cigarras Puras. Gente a quien no le compensa el esfuerzo de ser Hormiga y han decidido vivir la vida sin preocupaciones, sin previsión, sin ahorrar, sin trabajar (o trabajando lo mínimo).
Piensan que bueno, en invierno hace frío, en tiempos de crisis se pasa mal, pero luego tampoco es tan terrible. (Y siempre habrá alguna Hormiga caritativa que nos acoja en su calentita casa). Haberlos, haylos.

Luego estamos los que intentamos luchar y vencer a nuestro Lado Cigarra con nuestro Lado Hormiga. A veces lo conseguimos, otras no tanto, pero ahí estamos. En una lucha sin fin entre el quiero y el debo. Entre el Me echaría una siesta de tres horas y 5 cm de baba, y el Tengo que estudiar toda la conjugación francesa. Entre el Me comería toda la caja de Chips'Ahoy, y el Debo cuidarme. Entre el Me gastaría el sueldo en libros, ropa, maquillaje, etc... Y el Tengo que ahorrar que estoy pelada y en paro.

Luego están las Hormigas Puras. Son pocas, pero todos conoceréis a alguna o algunas. Yo admiro su tesón, su capacidad de trabajo, su organización, su capacidad de ahorro, su austeridad (esa palabra tan repetida por los políticos, pero que tan poco se aplican a ellos mismos).

Aunque a veces a las Hormis Puras se les va la olla.
Es esa gente que no trabaja para vivir, sino que vive para trabajar.
Esa gente que se pasa la vida ahorrando, ahorrando, ahorrando... Y en realidad, si les preguntas para qué, tampoco tienen un motivo real para ahorrar.

Dicen: "Ahorro por si acaso, a modo de previsión".
No es "Ahorro para comprarme un coche o una casa", "Ahorro para poder hacer ese viaje que tanto he soñado"... No. Es "Ahorro porque empecé a ahorrar un día siendo muy niño después de que mi abuelito me diera un caramelo Werther's Original y una moneda de 5 duros y me contara la historia de la Cigarra y la Hormiga".
Y se les fue de las manos y ya no pueden dejar de ahorrar, por el simple hecho del placer que les produce el mero hecho de ahorrar. De acumular dinero.
Para ellos, ahorrar no es un medio. Es el fin en sí mismo.

Decía que admiro a las Hormigas Puras, pero hasta cierto punto, eh. Algunos me dan un poco de penica. Creo que no disfrutan la vida, realmente. Aunque ellos dicen ser felices así.
En mi opinión, han sido atrapados por el Lado Oscuro de la Hormiga, lo cual también tiene sus inconvenientes, aunque nuestro abuelito no nos lo contó el día que nos salió con la dichosa fábula.

Para mí, todos los extremos son malos. Ser 100% Cigarra es malo, por supuesto. Ya nos lo enseñaron de sobra con el cuento. Pero ser 100% Hormiga... uf, no sé yo hasta qué punto es positivo.
De hecho, creo que si bien las Cigarras Puras llegan a un límite de dejadez y vagancia del que ya no suelen pasar o es muy difícil, las Hormigas Puras pueden llegar a límites de capacidad trabajo y ahorro realmente patológicos. A veces dan miedo.

En un punto medio está la virtud, pienso yo. Ser Hormiga entre semana y Cigarra los fines de semana.
Pero a veces es taaaan difícil vencer a la Cigarra que todos llevamos dentro... ¿A vosotros no os pasa?

Y vosotros, ¿qué sois: Cigarra, Hormiga, o qué porcentaje de cada una? 

3 de noviembre de 2014

Cuerpos perfectos

A ver cómo consigo expresar mi opinión sin contradecirme. Porque la verdad es que tengo una opinión un tanto contradictoria en este tema. Por un lado pienso "oh, sí, me parece súper indignante", pero por otro digo: "tampoco es para tanto, ni es la primera vez que lo vemos".

Empezaré por el hecho en sí: famosa firma de ropa (lencería para más señas), la lía parda y desata la polémica con una campaña publicitaria. Os suena, ¿no?

La campaña, en concreto, es ésta:


Como se puede apreciar en la foto, 8 modelos (delgadas, como suelen ser las modelos, nos guste o no) lucen modelitos de la firma Victoria's Secret bajo un titular que reza: The Perfect "Body".

Como cabe suponer, la indignación de un amplio sector de la población (especialmente femenina, joven y norteamericana) no se ha hecho esperar. La opinión generalizada es que esta campaña hace apología de la anorexia-bulimia.

Porque claro, para Victoria's Secret (en adelante, VS), esos 8 cuerpos son un ejemplo de cuerpo perfecto. Todo lo que se salga de ese canon, es imperfecto.
Por tanto, si eres más bajita, o más curvilínea, o más culona, o más negra, o más asiática, si tienes tripa, o las caderas más anchas, la cintura menos marcada, las tetas más pequeñas (o más grandes)... que las chicas que se nos muestran en esa foto, eres obviamente imperfecta.
Aham... 

Cómo no, mensajes como éste nos generan frustración y descontento con nuestros propios cuerpos (imperfectos), porque se nos está lanzando un canon de belleza inalcanzable... Y de eso a la anorexia-bulimia va un paso.

Bien, estoy de acuerdo... en parte.
A ver...

Para empezar: estoy de acuerdo en que ni VS ni el sursuncorda es quién para decirle a nadie qué o cómo es un cuerpo perfecto.

Por otro lado, creo que toda imagen de perfección, nos la venda quien nos la venda, desde VS a Pastas Gallo, es inalcanzable, per se. Nadie es perfecto. N-A-D-I-E. Y tampoco hace falta ser perfecto para que la gente de nuestro alrededor nos quiera. Ni hace falta ser perfecto para gustar, para atraer y para ser amado.


Tampoco son perfectas las 8 modelos de la campaña de VS. Son altas y delgadas, más guapas unas que otras, pero ya está. Son eso: modelos de lencería. Nada más.
Para mí no son ningún ejemplo ni modelo a seguir en mi vida, ni en nada. Ni siquiera sabía que existían antes de ver la campaña.
(Tal vez me la pele tanto el modelo de perfección que promueve VS porque ya tengo 33 años, he llegado a un punto de aceptar mi cuerpo como es, y ya no tengo el chichi pa' farolillos. Paso de amargarme por tener una talla u otra. Tal vez, este mismo mensaje a una adolescente insegura le afecte de otra manera. Tal vez. Probablemente).

La publicidad nos vende eso. Un ideal. Un mundo ideal donde todo el mundo es guapo, esbelto, sano, huele bien, tiene los dientes blanco nuclear, no le salen arrugas ni manchas, no tiene pelos donde no toca y los tiene donde sí hay que tenerlos, todos los bebés son preciosos y no lloran ni dan por saco, la menstruación es de color azul y ni se nota ni duele, la ropa siempre queda blanca, el sexo es siempre espectacular, etc etc.

Joder, que somos adultos inteligentes, ¿no? Que tenemos capacidad de discernir. ¿O todavía dejamos que nos la cuelen?

La publicidad es eso: una gran mentira para vender. Esto no es nuevo. Y no debería amargarnos la existencia.
Que sí, que estoy de acuerdo en que la publicidad debería ser más ética. (Muchas cosas deberían serlo, y sobre todo, muchas más personas deberían serlo).
Es verdad que ese ideal que se nos presenta debería más realista, más cercano a la vida real. Pero ¿qué queremos? Es publicidad. Creérsela a pies juntillas es como creerse las pelis de Hollywood.

Por otro lado, no sé de qué c**o se extrañan algunas ahora. Estamos hablando de VS. Sí, sí, la misma firma que todos los años por Navidad organiza un famoso desfile con súper modelos disfrazadas de ángeles.
A todo el mundo que conozco le encanta el desfile. Es como la final de la Superbowl. Una tradición que todo el mundo ve.
Nadie se indigna al ver a esas tías de medidas imposibles y unas piernas interminables, contonearse con esos sujetadores de brillantes y esas alas.
Nadie ve nada malo en ello. A la gente le encanta el espectáculo. (Quizá no saben que esos "ángeles" de VS, esas topmodels, han tenido que estar las 72 horas anteriores al desfile ingiriendo sólo líquidos).

Nos indignamos con una campaña publicitaria cuyo eslogan es ciertamente desafortunado, pero no nos indignamos ante un desfile de mujeres cuyas medidas muy poco o nada tienen que ver con las medidas de la mujer media norteamericana, europea o de cualquier otro lado del planeta.

Nos molesta que VS nos diga que eso que saca en su campaña es un cuerpo perfecto. Pero no nos molesta que para su desfile más famoso saque a tías como Adriana Lima o Miranda Kerr, en vez de sacar a mujeres con unas medidas más reales.

Y esto, ¿no es también un ideal inalcanzable?


No sé, ante todo, coherencia. Si VS es proanorexia, o pro ideal de belleza inalcanzable, lo es siempre. En sus campañas, en sus desfiles, en su tallaje, en todo. Conclusión: no compres nada de esa marca. (Que luego, las indignadas con esta campaña son las mismas que pierden el culo por ver el desfile de Navidad y comprarse un sujetador de la marca).

Vale. Aceptamos que VS lanza una ideal de belleza poco o nada realista, y que por tanto, fomenta el descontento de las mujeres con su propio cuerpo. Pero... ¿acaso es la única firma que lo hace? ¿Acaso las demás firmas de lencería fomentan una imagen mucho más realista del cuerpo humano, ya sea femenino o masculino?

OYSHO


WOMEN' SECRET

CALVIN KLEIN UNDERWEAR


INTIMISSIMI

En honor a la verdad, tengo que reconocer que Intimissimi es la que más se acerca al mundo real. La que tiene más tallas y unas modelos más curvilíneas. (Es donde me suelo comprar yo la ropa interior). 

Pero tampoco es que para su publicidad recurra a tías del montón, precisamente. La modelo en este caso es Irina Shayk. Lo que se dice una tía "normal", de ésas que te encuentras todos los días por la calle. #miscojonestreintaysiete.
En cuanto a Oysho, me parece que en la mayoría de los casos es una firma para preadolescentes. Yo no me puedo comprar sujetadores de esta firma. Con una 95C, no me caben, señores y señoras. Y Women'Secret, pues según modelos me quedan mejor o peor. ¿Me traumatiza? Pues no. No compro y punto.

Como se puede ver, estas firman no sacan para sus campañas a gente con unos kilitos de más. No sacan a gente del montón. No sacan a gente mayor, con arrugas y flaccideces. Sacan a gente joven, alta, guapa y esbelta. Porque supuestamente los diseños lucirán mejor sobre cuerpos delgados que sobre un cuerpo con unos kilos de más. (Esto es cuestionable, ciertamente).

Con esto quiero decir que sacar a tías esculturales unas veces, (y escuálidas otras), lo hace VS, y lo hacen casi todas las firmas de moda. Lo vemos en las pasarelas. Lo vemos en el mundo de la moda en general.
¿Que es una mierda? Sí. ¿Que es una dictadura? También, si aceptas someterte a su dictado. ¿Que es falso porque no refleja el mundo real? Totalmente. 
Pero por eso mismo, porque no refleja el mundo real, porque es algo ficticio, porque es Photoshop, no debería afectarnos tanto. De verdad. Creo que aquí nadie aspira a ser modelo de VS, ni de Oysho, ni nada de eso.

¿Que VS dice que esos son cuerpos perfectos? Pues muy bien. También Coca-Cola dice ser la chispa de la felicidad, y no es más que una bebida con gas. 
Publicidad, nada más.

En lo que sí estoy bastante de acuerdo con la opinión de las indignadas es que la campaña es racista. Me faltan chicas de otras etnias en esa foto. Pero volvemos a lo mismo: no es representativa de la realidad. 
Tiene "gracia" que VS sea una marca made in USA. El país donde más gordos hay. Y también donde hay más mezcla de etnias y culturas. 

Y bueno, como suele pasar, a río revuelto, ganancia de pescadores. Ante la polémica desatada por VS (que tuvo como respuesta miles de tuits con el hashtag #iamperfect e incluso una campaña para recoger firmas en Change.org), otra marca de ropa interior, Dear Kate, ha sabido aprovechar el tirón y ha contraatacado con una campaña alternativa:


Está muy en la línea de lo que hicieron en su día Dove y The Body Shop. ¿Qué os parece?
Desde luego, han sido listos y rápidos. Imagino que habrán multiplicado sus ventas a costa de VS.

Pero me pregunto, si no hubiera sido por la campaña de VS, ¿creéis que esta firma, Dear Kate, sacaría a chicas con cuerpos normales, alguna incluso con bastante sobrepeso, en una campaña suya?

Pista:


Yo creo que aquí cada uno utiliza sus armas como mejor le conviene, para vender bragas y sujetadores, que es de lo que se trata... Aun así, aplaudo la contracampaña de Dear Kate, como en su día aplaudí las de Dove y The Body Shop.

Por cierto, leyendo tuits con el hashtag #iamperfect, me encontré con esto.



Y creo que nada mejor para acabar este post.

**EDITO: Después de estar diciendo todo el rato que son 8 modelos, me doy cuenta de que son 10. Ya no sé ni contar. 

2 de noviembre de 2014

Coming back... (again)


¡Hola a todo el mundo! Cuánto tiempo, ¿no?
-Ya te digo...
Si es que me paso la vida yéndome y volviendo... Soy un puñetero caso.

Bueno, mientras paso el aspirador y la mopa al blog para quitarle las toneladas de polvo y telarañas que ha acumulado en estos casi 8 meses de abandono, voy a intentar poneros al día brevemente de lo que ha acontecido en mi vida en todo este tiempo.

*Empezaré por EL ACONTECIMIENTO: la BODA. :_) Todavía estoy en una nube de algodón rosa.



Pues sí: JJ y yo nos casamos a principios del mes pasado, y la verdad es que fue un día inolvidable, precioso, maravilloso, genial... Un día per-fec-to.
Él estaba guapérrimo y súper elegante con su chaqué (nunca pensé que con una indumentaria tan clásica se pudiera desprender tanto sex appeal).
Está mal que yo lo diga, -y obviamente no puedo ser imparcial y pensaréis que me ciega el amor, pero joer, estaba tremendo. *__*

En cuanto a mí, me sentí cual princesa Disney con mi vestidazo.
Disfruté muchísimo. Todos lo pasamos estupendamente. Lloramos, reímos, nos emocionamos, bailamos, comimos... Lo dicho: fue un día perfecto.

Sólo le puedo poner un pero: y es lo rápido que se pasa. Ya me lo decía todo el mundo: "Disfruta del día, que se pasa volando." Y tenían razón.
Ahora casi un mes después, no puedo evitar sentir un poquito de morriña...
Puf, me volvería a casar mañana mismo. Una y mil veces.
Mil a lo mejor no, que sino podría parecer eso el Día de la Marmota, pero vaya, que no me importaría revivirlo alguna vez más.
Pero bueno, siempre nos quedarán las fotos.

En cuanto a los meses de preparativos, pues aunque es una etapa bonita y divertida, también fue un tanto estresante por mi tendencia a agobiarme y ponerme siempre en lo peor: que no me diera tiempo a prepararlo todo, que se me olvidara algo importantísimo, que algo pudiera salir mal (tipo tropezarme con el vestido y caer de bruces ante un centenar de personas), que ese día cayeran chuzos de punta o soplara un tornado; que la peluquera o el fotógrafo... o peor aún, ¡el novio!, no se presentaran ese día... O todo junto a la vez, en plan el Universo al completo conspira contra mí.

Pero nah, al final, todo salió a pedir de boca; mejor incluso de lo que hubiera imaginado. Ni llovió, ni hubo tornado, ni tsunami. Tampoco tropecé con el vestido, aunque me lo pisaron muchas veces y acabó bastante sucio, el pobre. ¿Pero qué importaba eso? Disfrutamos como enanos. Fue sin duda el día más feliz de mi vida.

Va, ahí os dejo una foto de espaldas, y así podemos seguir en el "economato", como diría Gordipé. ;)



*Más cosas: la luna de miel. Fuimos a Nueva York y nos encantó...
¿Cómo no nos iba a gustar? Si es que eso no es una ciudad. Eso es un parque temático. Una piscina de bolas, pero para adultos.
Bueno, en realidad, para adultos, ancianos, adolescentes, niños... Es imposible que no te guste NY. Es imposible aburrirse, tengas la edad que tengas. Hay millones de cosas para entretenerte.
Y sobre todo: es imposible no gastar. Siempre encuentras cosas molonas, y además, baratas.
También es imposible hacer dieta. Aquello es el paraíso del consumismo y la comida grasienta pero deliciosa.
Y es imposible que no te salgan ampollas en los pies. Aunque lleves calzado cómodo.
Pero vaya, quién pillara otra vez esos paseos por Central Park, esas caminatas por Lexington Ave, esas visitas a tropecientos museos, o esas carreras para pillar el metro.

Ains... espero volver alguna vez más, porque me fascinó la ciudad, su gente, su ritmo, su dinamismo...

*Más cosas: en el plano profesional, JJ y yo seguimos en el paro. Nad nuevo bajo el sol, en ese aspecto.
Tampoco es que hayamos buscado trabajo muy activamente, ya que para este nuevo año académico hemos apostado por la formación.
Después de mucho pensar, debatir, cavilar, darle vueltas a la pelota, y otra vez pensar y valorar, allá por el verano decidimos matricularnos en un máster del Universo. Bueno, del Universo no. En realidad es de Marketing, esa cosa que está ahora tan de moda y que te piden casi para cualquier puesto de trabajo.

Nos hemos dejado buena parte de la indemnización del despido en la matrícula, pero confiamos en que va a ser una gran inversión.
Tenemos amigos y conocidos que han hecho ese mismo máster en años anteriores, y la verdad es que todos nos han hablado maravillas y nos lo han recomendado.
Todos, sin excepción, han mejorado su situación laboral y su perfil profesional tras la realización de este postgrado.
Así que nosotros esperamos no ser menos, y confiamos bastante en que nos ayude a ampliar nuestro CV, y a poder optar a más salidas laborales.

Eso sí, también nos han dicho que va a ser un año duro, ya que es máster con un alto nivel de exigencia. Hay que currar, y mucho.
Así pues, vuelvo al cole, 10 años después de acabar la carrera... Quién me lo iba a decir.
Recuerdo que hace años, veía los másters como si fueran algo muy lejano a mí. Algo que me gustaría hacer, pero que intuía que jamás haría. Demasiado caro, demasiado complicado.
Pues vaya, quién me lo iba a decir a mí hasta hace poco. Al final, voy a hacer un máster. Con dos cojones. (¡Socorro!)

Deseadnos suerte, porque la vamos a necesitar. Nos espera un añito intenso de empollar libros, hacer estudios de mercado, aprender cosas que no sabíamos ni que existían, hacer trabajos en grupo y un proyecto fin de máster.

En cuanto al blog... ¡Ay, el blog! Además de los siglos y siglos sin actualizar, tal vez os hayáis dado cuenta de que han desaparecido casi todas las imágenes. Incluida la que tenía antes en la cabecera.
Y que en su lugar hay como unas señales triangulares de peligro.
Bien, las imágenes no han desaparecido. No han muerto, ni estaban de parranda.
Las borré yo sin querer, que soy así de lers.

Como sabéis, Gmail (Google), en su afán de secta globalizadora, se empeña en que tengamos todos sus "productitos" vinculados (cuenta de correo Gmail, Google +, Picasa, blog de Blogger, etc). De modo que las imágenes que yo tenía colgadas en el blog aparecían también en las imágenes de mi cuenta de Google+.

Cuando me di cuenta de ello, entré en pánico. Pensé que mis escasos contactos de esa red social (que son gente de mi ámbito 1.0) podrían llegar hasta mi blog pinchando en esas imágenes. (Error)
Y como mi blog sigue siendo anónimo, o al menos ésa es la idea, pues eso: gotita de sudor frío deslizándose por mi frente. Me dio el yuyu.

Y claro, con miedo no se piensa bien. ¿Qué se me ocurrió? ...
Muy bien: borrarlas todas de mi perfil de Google+ (pensando inocente de mí, que no desaparecerían del blog).

El caso es que desaparecieron (de Google+, de Picasa y por ende, del blog) en el momento en que le di a borrar. Y ahora creo es imposible recuperarlas. Vamos, que la he liado parda.

Ahora sé que lo que tenía que haber hecho (y haré a partir de ahora) es asegurarme de que esas imágenes no las comparto con mis contactos de Google+, en vez de pulsar el "botón rojo".
Pero ya digo: me agobié, me precipité, y las borré casi todas sin pensar en las consecuencias.

Y obviamente, no voy a ponerme ahora a subir una por una todas las imágenes de casi 5 años de blog. Me da mucha pereza.
Pero claro, así sin imágenes, el blog se ve muy soso, la verdad. Como que no invita mucho a visitarlo, ni a actualizar.

Entonces... entre que he estado bastante liada con los preparativos de la boda, que nuevamente estaba en crisis de ideas para escribir (y no quería saturar al personal con el tema bodorrio), y después de perder las imágenes, que le daban alegría y vidilla al blog, pues eso: 8 meses sin postear.

Como siempre que estoy siglos sin actualizar, me he planteado seriamente cerrar el blog definitivamente. Pero no me atrevo. Y no quiero, porque sé que si lo hago me voy a arrepentir.
También pensé en abrirme uno nuevo y empezar de cero. Pero es que también me da pereza.

Así que nada, después de darle vueltas al tema, aquí me he dejado caer de nuevo. (Ya, ya sé que soy cansina de cojones).

Vuelvo con propósito de enmienda, y con el firme deseo de volver para quedarme.
Pero es eso: un deseo. No puedo prometer nada, y menos con el tema del máster. Aunque lo intentaré.

De momento, estoy apañando el blog, dejándolo mono y añadiendo alguna imagen, para que que no dé penita verlo. Que parecía que lo habían expoliado.
Lo he redecorado un poco y le he cambiado el diseño. A ver qué tal. A ver si con la nueva imagen, me motivo.

Y, de momento, eso es todo.
Por supuesto, muchas gracias a los que habéis seguido visitando mi blog y comentando durante mi prolongada ausencia. Gracias de verdad. Yo he seguido leyendo en silencio a muchos... Desde los tejados.

Besos a todos y todas. I'm back.  :)

5 de marzo de 2014

Matrimonios efímeros

Como de costumbre, el sábado pasado fui a comer a casa de mis padres.
Y mientras se hacía el arroz al horno, me puse a leer la prensa del fin de semana y sus respectivos suplementos.

Hojeando el Yo Dona, (ya sabéis lo que pienso de las revistas femeninas, pero de vez en cuando, un poco de frivolidad tampoco hace daño, ¿no?), me tropecé de bruces con este artículo: Matrimonios de usar y tirar. Como podéis imaginar, el tema captó de inmediato mi atención, inmersa como estoy en los preparativos de mi boda.

El artículo, nada del otro mundo, ahonda en un tema que yo ya vengo observando desde hace tiempo. Y es la cantidad cada vez mayor de matrimonios que duran tres telediarios.

"Pareja de novios aparentemente súper enamorados y acaramelados, monta el bodorrio del siglo, se van de luna de miel, y sorprendentemente, al año, dos años o tres a lo sumo, están firmando los papeles del divorcio".

Como siempre, los casos más conocidos y con más repercusión son los de los famosos. En el propio artículo se citan varios, encabezados por el último y posiblemente uno de los más sonados: el de Patricia Conde.
Lo de esta chica ha sido realmente espectacular, por decirlo de alguna manera. En menos de dos años, se casa con Carlos Seguí (pedazo bodorrio que montaron), tienen un hijo y se separan.
Me quedo loca.

No sé lo que ha pasado ahí, pero desde luego, muy normal no es.
Y desde luego, si no estaban bien, ¿por qué hacen ese paripé de casarse? Y lo que es peor: ¿por qué narices deciden tener un hijo si las cosas siguen mal entre ellos? ¿A ver si con el churumbel se arreglaban?
ERROR!!!!

En fin... Podría pensarse que estas cosas sólo pasan en el famoseo, ya que esta gente se puede permitir eso de me caso-tengo un hijo (esto es opcional)-me canso-me divorcio-vuelta a empezar. Y aquí paz y después gloria. Que para eso tienen el dinero a cabassaes, como dicen en mi pueblo.

Pero no. Porque, como dice el artículo, esta situación es más frecuente de lo que creemos, y también le pasa al españolito de a pie. De hecho, cada año, les ocurre a casi 1.000 parejas en nuestro país.

Y como decía yo al principio del post, es una tendencia que vengo observando. En concreto, conozco dos casos bastante cercanos. Os cuento:

El primero es un amigo que se casó hace cosa de 3 años con una chica estupenda que conoció en la carrera.
Yo fui a esa boda y os puedo decir que fue de cuento. Parecían la pareja ideal.

Pero como siempre, no es oro todo lo que reluce. Y no, no estaban tan bien como parecía.

Después de la boda, él se fue a vivir a Ciudad del Norte, de donde es ella.
Encontró trabajo, se compraron un piso, hizo algunos amigos... Pero él nunca se ha sentido integrado allí. No le gustaba la ciudad, nunca la ha sentido como suya y después de varias crisis, rayadas, idas y venidas, discusiones, etc, ha decidido poner fin a su matrimonio.
Ha dejado mujer, piso, trabajo y un puñado de amigos y ha vuelto a casa de sus padres.

Según nos confesó, su relación se había convertido en una pura rutina; el sexo era prácticamente inexistente y muy monótono; además, como digo, no estaba nada a gusto en Ciudad del Norte y con sus suegros no se llevaba precisamente bien que digamos.
Que la sigue queriendo mucho, pero que ya no está enamorado de ella.

Éstas son, a grandes rasgos, las razones que nos ha dado para tomar una decisión tan drástica. Romper con todo y empezar de nuevo, apenas tres años después de su boda.



El otro caso es una compañera de estudios y su ahora ex marido. Llevaban casados 2 o 3 años y parecían también super enamorados y felices. Al menos, no tenían problemas de pareja.

Pero él empezó a tontear con una compañera de trabajo, así como quien no quiere la cosa, en plan colegas, jiji-jaja jiji-jaja... Una cosa llevó a la otra.... Hasta que, un buen día, el tipo le dice a su mujer: lo siento, pero  me he enamorado de otra.

Así, sin anestesia ni ná.
Bueno, no sé si se lo dijo en estos términos, pero el caso es que dejó a esta chica para irse con la compañera.

A mí me parece una putada, la verdad. Aunque bueno, al tipo le reconozco al menos el valor de haberlo dicho y no tener engañada a la chica, como esos que tienen mujer y amante. Y ni dejan a la mujer ni dejan a la amante.

Sobre lo que ha hecho de dejar a su mujer e irse con la compañera... supongo que nadie es quien para juzgar. Pero repito que me parece una putada.
Y sí, es cierto que enamorarse de otra persona que no es tu pareja es algo que le puede pasar a cualquiera. Y que nunca digas de este agua no beberé y todo eso.
Además de que todos tenemos derecho a una segunda oportunidad, a encontrar el amor verdadero y no quedarnos con lo primero que encontramos en esta vida. Vale, de acuerdo.

Pero, uffff... Estamos hablando de personas. El tema es delicado.
Se trata de reemplazar a una persona, con sus sentimientos, por otra. Una persona con la que estabas bien y con la que eras feliz.
Tanto, que decidiste casarte con ella
Y te encaprichas de otra y lo mandas todo al garete.
El amor es así, supongo. No se puede controlar. No puedes elegir de quién te enamoras.

Pero es que la cosa no se queda aquí.
Lo peor es que el tipo (y su nueva novia) se pasa la vida exhibiendo su amor en las redes sociales, como si fueran adolescentes. Que todo el mundo sepa lo mucho que se quieren, la de cosas que hacen juntos, los viajes que hacen, etc...
Pues oye, ya que le has pegado la gran patada en el culo a tu ex, al menos no le restriegues tu felicidad por los morros. Sé discreto, jolines. Que no cuesta nada.
Ahórrale esa humillación.

Si ya no la quieres porque estás tan enamorado de tu nueva y flamante novia (y futura esposa, que ya tienen fecha de boda, ¡flipa!), al menos no la hagas partícipe de tu nueva vida. No hurgues en la herida. Ten un poco de caridad.
Vamos, yo lo veo así.

Yo es que, creo tanto en eso del karma, que a veces pienso que esta gente está pidiendo a gritos que las cosas les vayan mal.

Y sí, ya tienen fecha de boda. Que yo digo una cosa: Chaval, si ya te casaste una vez y la cosa ha acabado como ha acabado, ¿qué prisa tienes en volver a hacerlo? Ya son ganas, ¿eh?
A ver si de ésta también te vas a cansar a los 4 días de la boda... 

Lo único bueno en ambos casos: que no ha habido hijos de por medio. Que al final, son los que más sufren por estas cosas.

En fin, que parece que vivimos en la cultura del usar y tirar.
Nos cansamos enseguida de todo. Continuamente necesitamos nuevos estímulos. Cosas nuevas, diferentes.
Tan rápido nos entusiasmamos con algo, que nos aburrimos y a otra cosa, mariposa. Total, hay tanto donde elegir...
Y eso creo que se está trasladando a las relaciones personales, y en concreto, a las de pareja.

Antes, los matrimonios duraban años y años. Ahora, no duran nada.

Que no digo que haya que aguantar carros y carretas. Hay cosas que no deben tolerarse jamás, por muy casado y enamorado que esté uno. Como por ejemplo, la violencia de género, las humillaciones, la falta de respeto. O las infidelidades continuadas.
Afortunadamente, las mujeres tenemos ya independencia suficiente como para no tener que aguantar a un patán de marido como ocurría antaño.

Por otro lado, no creo demasiado en eso del amor para toda la vida. (Al menos, no ese amor alocado y perfecto de las películas). Eso no existe. Porque las relaciones pasan por diferentes etapas, la convivencia es dura y todos tenemos nuestras manías, nuestros malos humos y peores despertares. Y a veces hace falta algo más que "amor". También tolerancia y paciencia.

No sé. Ni tanto ni tan calvo. Ni pasarse la vida juntos aunque dos no se aguanten ni tengan nada en común, ni agobiarse a los tres días y cortar por lo sano sin ni siquiera intentar arreglar las cosas.

Porque hay veces que vale la pena intentarlo. Y es triste que las cosas acaben de esa forma, cada uno por su lado, cuando podían haber sido felices juntos.
Caray, qué complicado es todo...

Y vosotros, ¿qué pensáis de este tema?


4 de marzo de 2014

Casi medio año después...


...vuelvo al blog. Tachán.
Muchos ya creíais que no iba a volver nunca más. ¿A que sí?
Joer, y tanto. Si yo misma lo llegué a pensar, no os creáis.
Y así estaba, con el run-run de volver o dejarlo ya pa siempre. Que soy muy pesada. Que ni me voy ni me quedo.

Y eso es lo peor del bloguero. No escribir pero sentirse culplable por no hacerlo.
Es como apuntarse al gimnasio y luego no ir. Y sentirte culpable y gordaco por no ir.
Coño, para eso ve o bórrate.

Pues eso.



Pasó el otoño, y no escribí prácticamente nada.
Pasaron las Navidades y llegó el 2014. Y esta vez, absolutamente nada. Me daba mucha pereza, para qué mentir.

Y llegó el día en que el blog cumplió 4 años. 4 solitarios años, sin fiesta de cumpleaños ni entrada conmemorativa. (La verdad es que lo olvidé por completo).

Pero entonces, cuando me acordé, se me encogió un poquito el corazón.
Y me dije a mí misma que era una inconstante, y un desastre, y blablabla. Yo es que soy muy de reñirme a mí misma.

¿Y qué hago? ¿Lo dejo definitivamente o vuelvo?

En un principio fue un: Lo dejo. Paso.
No me apetecía escribir, me daba mucha pereza, y además, casi ni me reconocía en aquella chica de 28 años que empezó el blog en febrero de 2010.
Y la verdad es que ahora me releo y me sigue dando una mezcla de vergüencita y ternura (como quien vuelve a leer sus diarios de adolescente).

Pero claro, cerrar el blog... eso ya son palabras mayores. No me atrevía, sinceramente. Era como aniquilar una parte de mi existencia. En fin, el eterno dilema de siempre.

Así que decidi volver a entrar en Blogger. A ver qué sentía al hacerlo. 
Y lo más sorprendente es que no me sentí extraña. No parecía que hubiera pasado tanto tiempo. Sólo sentí un poco de añoranza, eso sí.

Pero no encontré un lugar extraño, frío y hostil, como esperaba. Sino un ambiente cálido, familiar, como  quien vuelve a casa por Navidad. Efectivamente, me sentí como en casa.
Me gustó reencontrarme con mi blog, conmigo misma y con los otros blogs. Vuestros blogs.

Así que decidí volver a escribir, y ponerme al día.
Y es que... tenía muchas cosas que contar.
Tantas que no sé por qué no lo había hecho ya.
Siempre quejándome de que no me pasaba nada digno de reseñar... y cuando al fin me pasa, silencio administativo.
En todo este tiempo, efectivamente, me han pasado unas cuantas cosas. Buenas, muy buenas y no tan buenas.

Entre las muy buenas, la mejor sin duda es que JJ y yo nos casamos el próximo mes de octubre. :D


Me lo pidió este pasado verano, (¡al fin!) estando en Londres, y la verdad es que llevamos varios meses de mucho ajetreo con los preparativos. (Aunque eso no es excusa para no actualizar, lo sé).

Yo sabía que una boda requería de tiempo, que había muchas cosas que pensar y preparar, ¡pero no imaginaba que tantas!
Así que estamos desbordados de ilusión, (yo algo más que él) pero también algo desbordados con todo lo que hay que preparar.
Ya tenemos bastantes cosas elegidas y cerradas, pero aún nos quedan un montón. Así pues, si entre los presentes hay algún/a wedding-planner altruista, loco/a de las bodas o simplemente novio/a reciente que me quiera echar una mano, toda idea o sugerencia será más que bienvenida. ;)

Sigo.
Pero todo no puede ser perfecto, y la vida ya se encarga de darte una de cal y otra de arena
¿Que hace falta dinero para preparar un boda? No te preocupes, que ya te dejo sin trabajo. A ti y a tu pareja.

Efectivamente, ambos estamos afectados por el ERE de extinción tras el mediático cierre de la radiotelevisión pública en la que trabajábamos. Una decisión política tan arbitaria como injusta.

Bueno, este tema es ya conocido por todos, así que no voy a extenderme más. Sólo decir que ha sido una puñalada trapera y ruin, de las muchas que ya nos ha dado este Gobierno de mierda.

Pero en fin, así son las cosas; no hay vuelta de hoja y toca joderse aceptarlo. ¿Qué otra cosa podemos hacer?


Eso sí, la boda sigue p'alante. En ningún momento nos planteamos cancelarla. Si hay que recortar de alguna partida, se recortará siguiendo la "tendencia".

Así pues, por primera vez en nuestra vida, (hemos sido unos privilegiados, lo sé), JJ y yo nos encontramos a las puertas del paro; un paro que se prevé de larga duración.
Y estamos también desconcertados, sin saber muy bien por dónde tirar.

Se acabó el sueño de trabajar como periodistas. Prácticamente, para siempre. C'est fini. Fue bonito mientras duró, pero ahora toca reinventarse, buscar nuevas perspectivas, otros horizontes.

De momento no somos muy optimistas, la verdad. Las cosas no permiten serlo.
No hay curro de casi nada.
Para cualquier trabajito te piden dos carreras, chorrocientos idiomas y un máster, para luego hacer más horas que la impresora y cobrar una miseria.
Ese es el sistema en el que vivimos.

Y luego, todo lo que nos llegan son noticias de amigos, conocidos y ex compañeros que no encuentran nada y llevan ya ni se sabe en el paro. Resignados. Asqueados.
Algunos, los que pueden permitírselo, han vuelto a estudiar. Que si un máster, que si una carrera, que si un módulo.

Espero que sepamos aguantar bien todo esto, y llevarlo con dignidad, y sobre todo, que no nos afecte como pareja. Al menos no de manera negativa.
De momento, parece que esta situación nos ha unido más.
Que tenemos nuestros momentos de bajón y nuestras peloteras (porque JJ es un niño que se ahoga en un vaso de chupito), sí, pero de momento estamos sabiendo gestionarlo sin perder los nervios.
Y ahora mismo, somos el mejor apoyo el uno del otro.

En nuestro caso, es doblemente chungo, porque estamos los dos en la misma situación, y puede llegar a ser muy desquiciante.

Así que espero que nos salga un trabajo, de lo que sea, pronto. Po favó.

En cuanto a mí y este blog, deciros que seguiré asomándome por aquí, y contándoos cómo me van las cosas. Y entrando y comentando en vuestros blogs, por supuesto.

No sé con cuánta frecuencia, porque ahora mismo tengo otras prioridades y cosas en las que pensar, pero al menos, prometo seguir por aquí.

Ah, ¡mil gracias a todos los que todavía me leéis y me dejáis comentarios!

Resumiendo: La gata is back!!

HELLO!

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