26 de junio de 2010

Todo pasa por algo...


Serían las 7 de la mañana y no podía dormir.
Sentada en mi lado de la cama, en la penumbra de la habitación, observaba a J.J. mientras dormía plácidamente.
Acostumbra a dormir "en escorzo": ni totalmente bocabajo, ni totalmente de lado. 


Una pierna estirada y la otra flexionada, los brazos bajo la almohada, la cabeza girada.  Me encanta observarlo, perder la mirada en su anatomía, mientras le acaricio la espalda, la nuca, el pelo...
A veces, en sueños, él nota mis caricias y se mueve ligeramente, se acurruca exhalando un leve gemido, como si fuera un animalillo.

Mirarlo mientras duerme me provoca tanta ternura como deseo: ternura por ese aire desvalido como de niño, que adopta cuando está profundamente dormido; y deseo, al ver su cuerpo semidesnudo, al respirar su aroma, al sentir la suavidad de su piel...

Y, mientras lo observaba, intentando adivinar qué sueños poblarían su mente en ese preciso instante, pensaba en él: en lo importante que es para mí, en cómo llena mi vida, en todo lo que hemos vivido juntos, en lo mucho que le quiero.
Y el miedo que me da la simple idea de que algún día pueda desaparecer de mi vida.

Entonces, ha venido a mi mente el día que lo conocí.

Recuerdo perfectamente aquella tarde de diciembre de 2007. Él entró en la sala donde yo estaba, acompañado de un amigo. Pero sólo tuve ojos para él.
Me cautivó. Y no sólo eso: en aquel momento supe que era ÉL.

Era la primera vez que lo veía, pero lo "reconocí". No sé muy bien cómo explicarlo, porque a mí misma me cuesta entenderlo. Era como si lo hubiera visto ya en algún lugar y, desde entonces, hubiera estado esperándolo todo ese tiempo. Y por fin, ahí estaba ÉL. Nuestros caminos se habían cruzado.

Aunque, si lo analizaba bien, pensar en ello era sencillamente absurdo. De película de Hollywood.
En la vida real no pasan esas cosas.
La explicación era más simple que todo eso: me había sentido muy atraída por él y punto. Quizá él ni me había visto. Y quién sabe si alguna vez volveríamos a vernos. De hecho, pasaron muchos meses y muchas cosas entre aquella tarde y la primera noche que nos besamos.

Pero esta mañana, viéndolo dormir junto a mí, en nuestra cama, he sabido que no estaba equivocada.
Las cosas pasan por algo; nada es casual, aunque lo parezca a priori.

Hoy entiendo que todo lo que ocurrió en aquella época fue necesario para que, tanto él como yo, estuviéramos aquel día en aquel sitio y nos encontráramos. Y para que luego siguiéramos coincidiendo.

Ahora sé con certeza que aquellas cosas, a veces incomprensibles (e incluso injustas) para mí, pasaron porque tenían que pasar. No podía ser de otra forma. Fueron los eslabones de una cadena imaginaria que nos estaba uniendo a él y a mí.

Por fin he comprendido que la vida estaba allanando el camino para que él me encontrara. Y para que esta mañana, como tantas desde hace ya un tiempo, estuviera durmiendo a mi lado.


9 comentarios:

  1. Precioso, sobre todo cuando te das cuenta que todo ha merecido la pena solamente cuando lo ves durmiendo. A mi me encanta observar a mi pareja durmiendo, me transmite tranquilidad y ternura la verdad.
    Me alegro que tengas un motivo por lo que te merezca la pena
    Un saludo!!

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  2. Joder...me pasa algo igual!
    No me lo creo por que es como tú dices de película, nunca creí que esto pasara de verdad en la vida real...y resulta que pasa, y que me está pasando a mí, además.
    Y suerte tienes de que puedes verlo dormir...yo no puedo "sólo" verlo...

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  3. Qué sensación más increíble la de saber que, de alguna forma, es ÉL...

    Y yo sí que creo en esas cosas, sobre todo leyendo historias como la tuya (a pesar de mi escepticismo creciente en el tema sentimental)

    Un beso!

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  4. Que bueno es sentirse así, pensar que os habéis encontrado por fin. Es curioso como la vida nos va poniendo por delante situaciones que nos llevan a ese destino que nos "pertenece". Me alegra que te sientas tan bien y tan feliz :)

    Beso y buen domingo :)

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  5. Qué bonita historia y que bien se siente cuando ves y sabes que todo ocurrió por algo, por lo que tienes ahora.

    Yo estoy en un punto en el que espero que todo lo que está sucedidendo sea, como dices, el allanamiento del terreno para días mejores, pero a veces, no puedo evitar el desánimo.

    Besos y felicidades, por lo que tienes (un amor precioso)

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  6. Muy bonita la historia!!! Y eso que yo no creo en eso del destino...

    Besos gata!

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  7. Jo, que bonito!!! Me has echo saltar las lágrimas. Debe ser que estoy sensible. Sea como sea, es muy bonito, espero que ÉL también lea este post. Es preciosa esa sensación.

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  8. Hola.
    Estoy de acuerdo. Esas cosas pasan.
    A mi me han ocurrido en dos ocasiones...

    Pero no siempre tiene que salir bien.
    Mi conclusión es que ese alguien, a quien sientes que conoces, va a ser importante en tu vida.

    Tu, por lo que leo, has tenido suerte.

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