19 de junio de 2013

Volver a esa playa

A menudo me sorprendo a mí misma rememorando con cierta nostalgia momentos de mi pasado. Sobre todo, de mi época universitaria.

Y al evocar aquellos años, acabo sintiendo algo de tristeza al darme cuenta de lo rápido que ha volado el tiempo... Cómo hemos cambiado. Cuántas personas se quedaron en el camino. Cuántas otras siguen en él, pero no de la misma manera.

Y si lo analizo fríamente, no fueron unos años increíblemente felices. Estuvo bien, fue divertido, pero tampoco creo que entonces fuera la persona más feliz del mundo. Hubo un poco de todo.
Momentos geniales y momentos de mierda. C'est la vie.

Objetivamente, ahora tengo más motivos para ser feliz, para sentirme plena.
Ahora estoy mejor que en aquella época, la verdad.

Hace 10 años, todo estaba en el aire. No tenía nada seguro ni claro en la vida... Muchos proyectos por cumplir, pero mi futuro era una incógnita.
Ahora, 10 años después, he conseguido buena parte de mis metas; más de las que en aquel momento, y siendo muy optimista, hubiera podido imaginar.


Y sin embargo... (a ratos) siento nostalgia. Me pierdo divagando y rememorando aquellos años.

Para ser sincera, no me cambiaría por aquella veinteañera... pero sí añoro algunos momentos, algunos instantes.

Como aquel que me devuelve la fotografía.

Verano de 2001. Playa de Piles (Gandía).

Tres universitarias, 20 años cada una.
A la izquierda, la más alta, con el pelo oscuro y rizado, mira a cámara con expresión serena.
En el centro, una chica de pelo rubio oscuro y lacio y estatura mediana, sonríe tímidamente.
A la derecha, la más bajita, con sus bucles pelirrojos; su sonrisa pizpireta y su cara de duendecillo.

Sonríen las tres a cámara, achinando los ojos deslumbradas por el sol; llevan shorts, camisetas de tirantes, chanclas, y los hombros rojos como gambas. Al fondo, brilla con fulgor el mar Mediterráneo.

Transmiten inocencia, ilusión, ganas de pasarlo bien en la playa.
Son las primeras vacaciones solas. Solas ellas tres. Sólo chicas.
Sin ataduras, sin agobios. Sin novios. Libertad absoluta.

Casi había olvidado aquellos días en Gandía. Tampoco es que fueran las mejores vacaciones de mi vida.

Pero de repente, como quien no quiere la cosa, cae esa fotografía en mis manos. Ni idea del tiempo que podría llevar olvidada en el cajón.

Y ahí está. 12 años después.
Ahí están otra vez esas tres veinteañeras. Congeladas en aquella playa soleada de aquel verano de hace tantos años. Sonriendo.

Y se me hace extraño. Es una sensación muy rara.
Me cuesta reconocerme en la muchacha del centro de la fotografía. Pero sí, evidentemente, soy yo.
No es que haya cambiado mucho, pero sí han pasado muchas cosas desde entonces. Buenas y malas.

La chica de la derecha es hoy una mujer casada, que en unas semanas será madre por segunda vez.
La vida también le ha propinado algún que otro serio revés, y ha tenido que madurar a la fuerza. Poco queda de aquella chiquilla pecosa y risueña.
La de la izquierda... ya no está. Se fue para siempre hace unos años. Toda una vida llena de ilusiones, truncada de golpe.

Al contemplar la fotografía, no puedo evitar sentir un nudo en la garganta, recordando aquellas risas que nos echamos. Aquella inocencia. Aquellos días de sol y mar. Aquella amistad que parecía ser para siempre.

Doce años tampoco son tantos, si lo pienso. Pero en este caso, quizá por el hecho de que una de las personas de la foto ya no esté, esos mismos doce años me parecen una eternidad.
Es como si nunca hubiera estado allí. Como si ese instante perteneciera a la vida de otra persona.
Pero sí, estuve allí. Con ellas. Y entonces no era, ni éramos conscientes de muchas cosas.
No sabíamos qué nos iba a deparar el futuro. Pero sonreíamos a cámara, felices por estar juntas de vacaciones, confiadas en que lo mejor estaba por llegar.

Y por momentos, me gustaría sumergirme en la foto. Volver a esa playa, a aquel instante, a mis dulces 20 años. Disfrutar una vez más de aquellos días de sol, de amistad e inocencia.

18 comentarios:

  1. Cómo te entiendo!!! Ya verás cuando llegues a los cuarenta... Uff, ni mejor ni peor pero sí más serena (para aguantar lo que venga). Habrán pasado muchas más cosas y quizá la vida te de un giro de 360º que te vuelva a colocar en el punto de salida, como por ejemplo a mí que creía que ya me había pasado 'casi' de todo. Lo importante como decía Gabriel G. Marquez es "vivir para contarla".

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    1. Hola, Candela!
      Buffff... Prefiero no pensar en los 40. Todavía no he asimilado que estoy en los 30! xD
      Imagino que, cuando los tenga, recordaré los 30 como una etapa preciosa e idílica y temeré la llegada de los 50. Parece que, en general, somos incapaces de disfrutar del presente sin recordar con nostalgia el pasado y preocuparnos por el futuro.
      Gracias por tus sabias palabras. García Márquez... Me quito el sombrero.
      Besos.

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  2. Esos momentos en los que no sabes qué te va a deparar el futuro y no te importa porque no puedes hacer nada al respecto todavía, y entonces te dedicas solo a ser feliz... Debería haber como mínimo uno de esos momentos por año. Siento lo de tu amiga, pero es bonito si puedes recordarla con una sonrisa. Te mando un abrazo chillao y muchos muchos biquiños!

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    1. Hola, Mandarica!
      Sí, esos momentos son los que se te quedan en el recuerdo. Ya ves, no recuerdo prácticamente nada de aquellas vacaciones. Sólo algunos flashes. Como el instante de la foto. Y quizá porque conservo la foto, si no, ni siquiera.
      Pero no sé, tuve un momento de nostalgia, al vernos tan jovencitas, tan niñas. Tan despreocupadas.
      Me di cuenta de que el tiempo no pasa en balde para nadie.
      En fin, ley de vida.
      Gracias por tus palabras. Lo de mi amiga fue un golpe duro. 28 añitos, toda la vida por delante. Un putada, sí.
      Y la recuerdo mucho, porque se nos quedaron muchas cosas en el tintero.
      Ley de vida también, supongo.
      Besos! ;)

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  3. Ay, conozco esa pu** sensación de mierrrrrrda. Es horrible. y se va acrecentando con los años. Yo hay fotos que no veo nunca porque es verlas y la angustia me come viva. Y canciones que no escucho porque me duelen así a la altura del pecho que no veas. Y es que cuando una tiene 20 años no cree que vaya a pasar el tiempo y piensa que siempre será joven y libre y que los amigos estarán ahí, igual que tú, siempre. Pero no. La vida pasa y por muchas cosas que consigas, a veces miras atrás y... muegggg.
    El viernes pasado lo hablaba con un amigo (el que se casó en abril) y creo que es un sentimiento que se apodera de todos los treintañeros, así que no te preocupes. Y yo sí, yo cambiaría lo que fuera por volver a tener 20 años y quedarme en esa década para siempre... que estoy bien y tal, pero como entonces... uf...
    Un beso.

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    1. Hola, Naar!
      Ains... Cómo nos entendemos mutuamente, eh niña? ;D Últimamente estoy de un morriñoso que no me aguanto ni yo... Será que los 32 acechan?
      Sí, a veces echar la vista atrás duele un poquito. Pero hay que pensar que somos afortunadas. Cumplir años es bueno. Y si los cumples con salud, rodeada de buenas personas que te quieren, y asumiendo experiencias, es genial.
      Vivir es genial.
      Sí, a veces da penita ver lo rápido que pasa el tiempo, y asumir que no somos eternos. Y comprobar que las personas pasan por tu vida, van y vienen, pero no todas se quedan, por diferentes razones. Pero es ley de vida.
      Me tranquilizas con eso que dices de que es un sentimiento generalizado de los treintañeros.
      Yo espero pasar esta ¿crisis? de los 30 y así ahorrarme la de los 40, que creo que es más jodida.
      Besitos y ánimo!

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  4. Estos brotes de nostalgia son normales a los treinta y pocos. Fueron otros tiempos, ni mejores ni peores, diferentes pero si los recuerdas es porque fueron felices.

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    1. Hola, Aquello noerayo!
      Pues gracias a ti también por tus palabras. Parece que es un sentimiento más común de lo que creía a estas edades...
      Ya digo, que no volvería a aquella época para quedarme allí estancada. Pero sí sentí esa punzada en el pecho; ese brote de nostalgia al verme tan cría, tan inocente. No sé, veo fotos mías de niña o adolescente y no me da esa sensación. Pero cuando recuerdo la etapa de los 18-20 y pocos, a veces me pasa. Fueron años intensos. Y sí, en general, fue una época feliz.
      Besos.

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  5. No suelo comentar, pero no podía no decirte lo mucho que me ha gustado esta entrada. Y la de recuerdos que me ha traído, otra playas y otras chicas. Pero en mi caso tampoco estamos ya todas, y ha sido agridulce leerlo así de bien contado.

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    1. Hola, Bich!
      Wow, muchas gracias por tu comentario! No sé qué decir... Me alegra mucho que te haya gustado la entrada. Y espero que, aunque agridulce, te haya traído buenos recuerdos.
      Un beso! :)

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  6. Creo que muchos nos sentimos identificados con esta entrada. Yo igual que tú, no volvería a esa época, pero si que me gustaría tener algo de aquella época, no solo físicamente sino en el aspecto emocional, uno crece y el precio de crecer es que poco a poco vamos perdiendo la inocencia, optimismo y confianza en el futuro que uno tiene a los 20, claro gana en otras cosas. Lo bueno es poder ver con melancolía el pasado, pero estar a gusto con nuestro presente, porque eso significa que vamos bien. Saludos.

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    1. Hola, Valeria!
      Exactamente, ése es el sentimiento. No volvería a aquella epoca: lo pasado ya pasó.
      Pero sí me gustaría retener algo de aquello. No sólo el recuerdo, que ese sí se queda, sino parte de aquella inocencia y despreocupación. Pero creo, como tú, que hay que dejar atrás todo eso, y es el precio que hay que pagar para convertirse en adulto. No te puedes quedar siempre en el País de Nunca Jamás.
      Por supuesto, ganas en otros aspectos. Experiencia vital, otras personas, otras vivencias.
      Yo siento a veces nostalgia, pero estoy bastante satisfecha con mi vida actual. Así que creo que la cosa va bien. :)
      Besos!

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  7. La verdad es que cuando uno se da cuenta de cómo ha pasado el tiempo y cómo ha cambiado todo da bastante vértigo... En el viaje que hice a Montevideo me reuní con las que habían sido mis compañeras de piso cuando teníamos veinte años. Una de ellas decía que echaba de menos aquellas épocas. Yo le dije que no se puede tener veinte años toda la vida. Las cosas avanzan y lo bueno es haber podido tener ese tipo de experiencias, que son las que nos hacen lo que somos hoy en día. Un besote!!!

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    1. Hola, Álter!
      Exacto. No nos podemos quedar anclados, hay que avanzar. No se pueden tener eternamente 20 años, ni 30 (y si los tienes es porque estás muerto, así que mejor cumplir años).
      Vivir es quemar etapas, dejar cosas atrás para encontrar otras nuevas. Evolucionar.
      Que a veces, cuando ves una foto, o te reencuentras con alguien de tu pasado, o escuchas una canción que te recuerda a un momento de tu vida, pues sí, da vértigo y algo de añoranza.
      Pero haber dejado eso atrás es señal de que sigues en el camino, siempre hacia adelante.
      Besos!

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  8. Que lindo lo que dices, pero a la vez me genera esa sensación de nostalgia, obviamente me identifico.
    Si bien hace un año terminé la facultad y tampoco fui un fanático de ella me di cuenta que implica elaborar un duelo.
    Dejar la etapa de estudiante es movilizante, así como entrar a la adolescencia. Creo que pasar a ser adultos nos muestra que el mundo de opciones que teníamos anteriormente se va reduciendo en base a elecciones que ya venimos tomando desde que somos jóvenes.
    En fin, no se que será aquello que nos genera nostalgia, desde mi lugar creo que me recuerdo con menos preocupaciones de las que ahora tengo.
    Saludos!!

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  9. Hola, Vecino Latino, y bienvenido!
    Efectivamente, los años de estudiante suelen recordarse con añoranza, porque se ven como una época feliz, sin demasiadas preocupaciones ni responsabilidades.
    Una época en la que no había que tomar decisiones importantes. Y eso lo asociamos a una sensación de libertad; libertad de la que quizá ahora, no disfrutamos en igual medida.
    De todas formas, sigo repitiendo que no me cambiaría por mi yo de 20 años.
    Sólo que a veces me gustaría recuperar algo de aquella época. Y que me sorprendo al ver lo rápido que pasan los años.
    Un saludo!!

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  10. Me da miedo mirar las fotos por si algún día, las vuelvo a mirar y me falta alguien... :-( y lo dice la que hace álbumes anuales gigantescos...

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  11. hola soy nueva y te llevo siguiendo hace un tiempito, y es verdad que uno con los años va consiguiendo sus metas pero a la vez va perdiendo la ilusion de conseguirlas, es un poco contradictorio pero cierto.
    La ilusion a veces vale mas que todo en esta vida.
    felicidades por tu blob.
    me encanta.

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