25 de octubre de 2011

Un año de amor



Hace ahora un año que llegó a casa.
Entonces, era así:




Una pequeña y adorable bola de pelo de puntiagudas orejas y brillantes ojos como aceitunas negras. Llegó a casa... Y a nuestras vidas. Y enseguida nos robó el corazón. Era tan tierna, tan graciosa...
En aquella época, yo no tenía ni idea de lo que era tener un bichito así. Había tenido gatos, hámsters, tortugas (¡nunca más!), peces... E incluso una cobaya que me daba alergia (cuando era pequeña). Pero nunca había tenido un conejito. Y no sabía nada de los cuidados que necesitan estos animalitos.


Llegó a casa de rebote, digamos que por una carambola del destino. No la compramos en ninguna tienda, y eso que, cuando iba a comprar pienso para Kiko, el hámster que teníamos entonces, siempre me paraba a mirar el escaparate de los gazapitos. Y se me salían los ojos al ver aquellas preciosas bolitas de pelo tan graciosas. No imaginaba entonces que algún día, tendría una así en casa...


Su llegada fue distinta e inesperada. En octubre del año pasado, una compañera, sabedora de mi amor por los animales, me preguntó si estaría interesada en adoptar una conejita, "a la cual su familia no podía mantener, por lo que le estaban buscando un nuevo hogar". 
Hasta aquí, la versión "oficial".
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La versión extraoficial y verdadera, por lo que yo pude averiguar, fue más o menos así: La amiga de mi compañera tenía (bueno, tiene) una hija adolescente que decidió, un buen día, por su cuenta y riesgo y sin decirles nada a sus padres, comprar una conejita, ya que su mejor amiga tenía un conejo y le había contado las maravillas de tener una mascota así. (Caprichito adolescente).


El día que esta chica llevó a la conejita a casa, su padre, nada más verla, puso cara de asco y dijo que no la quería allí. True story.
Que a quién le había pedido ella permiso para meter un animal en casa. Que los animales son sucios, que muerden y destrozan las cosas, etc... (Premio gordo a la sensibilidad).


La adolescente, presa de una ataque de rebeldía, de estos que tanto se dan a esas edades, le dijo a su padre, desafiante, que la coneja era SUYA y que se quedaba en casa, faltaría plus. Que él no tenía que preocuparse de nada, porque ni se iba a enterar de la presencia de la coneja. (No se lo creía ni ella, pero bueno...). Por suerte para ella, encontró una buena aliada en su madre (la amiga de mi compañera), que se prendó de la conejita nada más verla (¡normal!) y medio convenció al marido para que dejara a la niña tener a su coneja.


Y bueno... en un principio, la cosa fue bien: la joven dueña de la conejita, -a la cual había bautizado con el muy folclórico nombre de Lola-, llevada por la emoción de la novedad, se deshacía en atenciones y cariños hacia su nueva mascota orejuda. Peeeeeero.. conforme iban pasando los meses, y Lola se hacía mayor y a su joven dueña se le acumulaban los compromisos (exámenes, amigas, chicos, más chicos, más exámenes, discotecas, más chicos... etc), ésta empezó a desatender a la pequeña y peluda coneja.


La madre, que como decía, se había encariñado con Lola, tapaba las faltas de la hija, cuidando ella del animalito, en la medida de lo posible. Todo para que el marido no se enfadase, pues ya había amenazado con que la coneja iría fuera en el momento en que él notara mal olor o destrozos por parte de la peluda inquilina.


El caso es que poco a poco, la situación se fue haciendo más y más insostenible, con la coneja desatendida, y la jaula días y días sin limpiar. La madre de la adolescente, con su horario de trabajo no podía atenderla lo suficiente; y la hija se excusaba en que estaba de exámenes y que tenía muchos de deberes, y tampoco podía dedicarle más tiempo. 
Y entre unos y otros... la casa sin barrer, como se suele decir.


La gota que colmó el vaso para el cabeza de familia "amante de los conejos" (modo irónico ON) fue un día en que Lola mordió un cable de no sé qué aparato eléctrico hasta dejarlo inservible. 
Y es que los cables son la mayor tentación para un conejito. 
NOTA: No dejéis cables al alcance de vuestros peludos. Never. Por el bien de vuestro conejito y por el bien de vuestros cables.


Sigo: ahí ya, la poca paciencia de este señor acabó por agotarse definitivamente y le dejó bien clarito a su señora esposa y a su adolescente hija que Lola iba fuera sí o sí. 
Se vivieron momentos de histeria, gritos, súplicas, lloros, lagrimeos y moqueos... Sobre todo, por parte de la hija adolescente, que no quería por nada del mundo perder a su coneja, (pero eso sí, que la cuidara su madre).


De nada sirvió. Lola se iba. Era un hecho. 
Así pues, con gran dolor de corazón para madre e hija, decidieron que había que buscarle a la coneja un nuevo hogar donde la pudieran atender como es debido, y sobre todo, la quisieran.


Y ahí es donde entramos nosotros en escena, porque esta mujer le habló del problemón que tenía con la coneja (que casi le cuesta el divorcio) a su mejor amiga (a la sazón compañera de trabajo mía), y le pidió ayuda para encontrarle una amorosa nueva familia a Lola.
Esta compañera enseguida pensó en mí y me contó la historia.


Lo confieso: en un principio me pareció un marrón y le dije que no. Sobre todo porque aún estaba muy reciente una experiencia terrible con una gata que cogimos de la protectora y que tenía una enfermedad mortal (al final, tuvimos que llevarla a sacrificar, con sólo 6 meses de vida. Muy duro). Además ya teníamos un hámster y no entraba en mis planes tener otra mascota.


Pero entonces mi compañera contraatacó enseñándome una foto de Lola que su amiga le había enviado por email. Y ahí ya... fue mi perdición.
Era la cosita más adorable y preciosa que había visto en mi vida... Sólo la había visto en foto y ya la quería.
No querer de querer tenerla, sino querer de que ya le había cogido cariño sólo con verla.
Así que esa misma tarde, cuando volví a casa, empecé a comerle la cabeza a mi JJ. Que si Lola por aquí, que si Lola por allá...


Él, como yo, en un principio no quería saber nada del tema. Pero yo utilicé la misma táctica de persuasión que había empleado conmigo mi compañera. Le enseñé la foto de la conejita, aderezándolo todo con un melodramático discurso en plan "mírala, qué mona es, y necesita un hogar donde la quieran y la cuiden, y nosotros somos los elegidos... Es una señal del destino. Si no la cogemos, nos arrepentiremos toda la vida y blablabla...".
Se derritió a la primera de cambio... Y accedió. Lola vendría finalmente a casa.


Y si eso sucedió un miércoles, ese mismo sábado fui ya a casa de la amiga de mi compañera (cuya hija no quiso ni salir de su habitación, enfadada como estaba porque le habían "arrebatado" a su coneja) y así fue como recogí a Lola.
Recuerdo que puse la jaula con la coneja dentro en el asiento trasero de mi pequeño coche, casi no cabía... Y yo, en cada semáforo en rojo, me giraba a mirarla detenidamente. Todavía no me lo podía creer...


De eso, hace ahora un año. 
Así fue como la coneja Lola llegó a casa. Y así fue como empezó a formar parte de mi vida.
En todo este tiempo, he aprendido muchas cosas sobre estos animalitos maravillosos. He consultado libros, he entrado en páginas web y foros sobre conejos, me he informado de los mejores cuidados, la mejor comida, el mejor sustrato que se les puede ofrecer. Y aun así, todavía creo que me queda mucho que aprender sobre estos seres entrañables. Y es que... Lola nunca dejará de sorprenderme.


Un año después, puedo afirmar con toda seguridad que adoptar a Lola fue una de las decisiones más acertadas que he podido tomar. Si no la hubiéramos adoptado, nunca hubiéramos llegado a saber lo que nos estábamos perdiendo. 
Creo que un conejito es una de las mascotas más entrañables que se pueden tener. 
¡Dan tanto a cambio de tan poco! 


Sí, se nos cae la baba con nuestra Lola, con cada tontería que hace. Con cada gesto, cada movimiento, cada travesura. (¡La de cables que han sido víctimas de sus potentes incisivos! Incluido el del iPhone...).


...Da igual. Nos tiene enamorados y se lo perdonamos todo. Incluso creo que le consentimos demasiado, pero ¿quién se resiste a esos ojitos?


Y además, ella también "nos quiere". A su manera, claro. Pero sí, notamos que siente un "apego" hacia nosotros que no sentía en un principio. Se ha ido forjando un vínculo muy especial entre ella y nosotros a lo largo de estos meses.


Y bueno, espero estar haciéndolo todo bien. Espero que los cuidados y atenciones que le estamos dando sean los idóneos y que sea feliz con nosotros.
Intento darle el pienso más equilibrado posible, el heno más fresco y aromático, frutas y verduras sanas y variadas. 
A los pocos meses de tenerla, le compramos una jaula nueva mucho más grande que la que me dio su antigua dueña, (que ya se le había quedado pequeña). Todo para que pueda estar ancha y cómoda.
Aun así, intentamos tenerla suelta el mayor tiempo posible, cuando estamos en casa, para que no se agobie.
Y jugamos con ella al pilla-pilla, que le encanta, y demás, así hace ejercicio (¡que se ha puesto muy gordaca!).
Le cambiamos la esquinera muy a menudo, para que esté siempre limpia y no coja infecciones. La llevamos al veterinario a la mínima que vemos que no come o está rara. Llevamos al día el tema de las vacunaciones, etc...


Así que, en general, creo que no lo estamos haciendo mal... ¡Para ser "padres primerizos"! Y la prueba es que a ella se la ve feliz, y nos quiere (y nos da "besitos").


Un año de amor. Un año ya, quién nos lo iba a decir... 
Feliz primer aniversario, querida Lola, Cosita Guapa, Conejita Preciosa. 
Y que sean muchos, muchos, muchos más.  :)





 Ha crecido, ¿eh?  ^_^



17 comentarios:

  1. Hola Gata!
    Me ha encantado tu entrada!!! Lola es una monada :)

    Y la casualidad que mi gata también cumple años conmigo hoy... pero 11 añacos ya!!! ya es toda una señora mayor jaja

    Besitos para ti y para Lola!

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  2. Así que ésta es Lola...?

    Menuda historia lleva a sus espaldas. La verdad es que no sé cómo pueden dejar "comprar" animales a menores. De hecho, ¿cómo se puede comerciar así con ellos?

    En fin, una monada Lola (a mí el nombre me gusta). Seguid cuidándola mucho :)

    Un abrazo!

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  3. Seguro que muchos muchos más, sobretodo viendo como la cuidáis. Eso sí, no dejéis lo del pilla pilla... ;P

    Besos.

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  4. ¡Que cosita más guapa! ¡Felicidades!

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  5. Y ¿Cual era el problema de este señor, padre de la adolescente?.
    Que hubiese hecho lo que la madre de "Manolito gafotas" con el "cobejo", lo hubiese asado al ajillo y luego le hubiera dicho a su hija que era pollo.
    Y su hija cuando echara de menos a lola, pues haberle mencionado que se habría escapado.







    Es broma, no te piques que se que tienes muy poca correa. Me alegro que estés tan encariñada con tu mascota.
    Un saludo Ricardo L.

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  6. Gata, me parece tiernísima esta entrada y qué gran suerte ha tenido Lola de dar con vosotros. Sé bien lo que es cuidar de un animal, (en mi caso, de una pareja de ellos) y las visitas al veterinario, los cepillados, la calidad de las comidas, el no pegar ojo cuando lo ves pachucho... Me encanta que haya gente como tú en el mundo. Un super-abrazo.

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  7. Hola, Mónica! Me alegro de que te guste mi Lola. :) Feliz cumple para tu gatita! 11 años ya! Pero todavía es joven... Yo tengo una gata(aunque ahora la tienen mis is padres)que ha cumplido 16 años. Todo un récord! Esta sí que es anciana y no la tuya..
    La verdad es que se les coge un montón de cariño... Ojalá pudieran estar toda la vida con nosotros.
    Un beso!

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  8. Hola, Jauro!! Jajjaajjaja, no, no dejaremos el ejercicio... Porque como siga comiendo y creciendo a ese ritmo, cualquier día nos echa de casa! xD
    Besos!

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  9. Hola, AM! Pues sí, como dice la canción de Café Quijano: "se llama Lola y tiene historia..." Jajaja!
    A ver, la chica compró a la cone con toda la ilusión del mundo y la quería un montón, (lo sé porque ella misma vino un día a casa a ver a Lola y me contó lo mal que lo pasó al principio, y es por ella por quien supe la versión extraoficial). A lo mejor, si su padre hubiera sido un poco más comprensivo y tolerante...
    Aunque bueno, si hubiera sido así, nunca hubiera llegado Lola a mi casa. En fin, todo pasa por algo, no?
    Y sí, a mí también me gustó mucho el nombre, por eso decidí no cambiárselo. Creo que le va mucho.
    Besos!

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  10. Hola, Teté!! Aque es una lindura??? Jajajajaja... Aunque cuando me destrozó el cable del iPhone... la quise matar, jajajaja!
    Pero bueno, a ella se lo perdono todo!!
    Besos!

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  11. Hola, Ricardo!! Jajajajajaja!! Que yo tengo poca correa??? YO??? (Con voz afectada y mirada al infinito): Porrrrr favorrrrrr, por quién me tomas??? Jajajajaaaaa
    No me ha ofendido nada la broma! Es más, estoy ya acostumbrada a oír comentarios de ese tipo, es lo habitual... ;D
    Besos!

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  12. Hola, Amaranta! gracias por tu comentario, me ha encantado... :)
    Bueno, si Lola tiene suerte con nosotros, tus dos "peluches" (que por cierto, son preciosísimos), no se quedan cortos con unos papis como tú y jasband, eh??
    Cómo se nos cae la baba hablando de nuestros "bebés"... Jajaja!
    Un besazo!

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  13. ¡¡Es preciosa!! Es tan mona que no me extraña que esteis loquitos por ella. Que ricura, a mi los conejitos me encantan pero tener una mascota ahora... es complicado, se necesita tiempo para atende a un animalito como se merece y yo ahora tengo otras prioridades, no puedo. Por eso prefiero no tener mascota aunque me gusten los animales.

    Enhorabuena por Lola, es supermona, y me alegra que la cuideis tan bien.

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  14. oooooooooooooh! :) yo tb tenía una coneja que se llamaba Lola! q recuerdos!

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  15. Adoptar a un peludito, darle un hogar, todo el amor que tenemos e intentar hacer que tenga una vida feliz, es lo más bonito que existe.

    Lola es una preciosidad pero más allá de eso, no tiene precio el amor que recibe de vosotros ni el que vosotros recibís de ella.

    Yo he tenido de todo. Ahora tengo a Pipo, un perro maravilloso de 11 años que recogí de la calle con apenas 2 semanas de vida. Es mi ángel. El que no haya tenido jamás la posibilidad o las ganas de compartir su vida con un animalito, nunca podrá entender lo que significan para nosotros.

    Feliz primer año de amor conejil y que dure muchooooo ;)

    Besos a Lola y a ti!

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  16. Hola!
    Pero qué monada!!!!
    La verdad es que cada día tengo más claro que quiero tener una cuando tenga un piso :D
    ¿Qué blogs miras sobre los cuidados de la conejita? Me interesaría saberlos para cuando tenga una, que será dentro de un tiempo, pero espero que no mucho ^^

    Bss y feliz primer aniversario! Q viva muchos años más! ^^
    Bss

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  17. Hola Gata!!!!
    Entiendo perfecto lo que decis, Kopa (nuestra cone) llego a nuestras vidas porque su anterior dueño no tenía mucha atención con ella, mi novio se la pidió y él sin chistar se la dió, con decir que ni sabía que era hembra y se llamaba Copo.
    De eso hace 4 meses aproximadamente, hoy estámos más enamorados que siempre de esta pequeña y creo que ella de nosotros también pues le gusta lamernos y llamar nuestra atención con pequeños mordiscos al zapato para que la acariciemos, la amamos mucho, aunque sea traviesa poco nos podemos enojar con ella.

    Feliz tercer aniversario a Lola!!!!

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