26 de julio de 2011

Aterrizando...



¡Hola, querid@s amig@s, sufrid@s seguidor@s y lector@s habituales de este mi blog!
¿Qué tal? Cómo va todo? ¿Qué tal vuestras vacaciones, (los que ya las hayáis tenido o estéis ya inmersos en ellas)?  Y a los demás... ya os queda menos para cogerlas, ¿eh? :)
Ainssss, pues yo estoy de bajón, claro está. Se me acaba lo bueno. Seh, estoy apurando mis últ... mis últim... joder, sí, mis últimos días de vacaciones hasta el año que viene... (hala, ya lo he dicho. Suspiro).


Poco a poco voy aterrizando nuevamente a la vida real, al día a día, a la rutina habitual. En fin, que la cosa ya está asumida y no vamos a dramatizar más.
En mi última entrada dije que cerraría este blog por vacaciones apenas dos semanas... Al final, ha sido un poco más.
Necesitaba desconectar y la verdad es que lo he hecho de verdad. He disfrutado a tope de mis vacaciones.
Pero ya estoy aquí, de vuelta, otra vez.


Por cierto, cómo viene últimamente la actualidad, ¿eh? Todavía siento escalofríos al recordar la tragedia de Noruega... ¿Quién puede ser tan desalmado y tan hijo d...., y estar tan rematadamente loco como para cometer una masacre así? No lo entiendo, en serio. Qué miedo me dan estos jóvenes ultras que se creen  salvadores de la Humanidad y matan en nombre de Dios, de su ideología o de lo que sea. Miedo, terror y ASCO.
Ha sido algo terrible. Y cuando pienso en las víctimas y sus familiares, siento tristeza, rabia e impotencia. 
No entiendo cómo ocurren estas cosas en pleno siglo XXI. 


Por otro lado, hoy se ha celebrado el funeral por la cantante Amy Winehouse, fallecida el sábado en Londres, a los 27 años de edad. La verdad es que yo nunca he sido fan suya, pero reconozco que la chica tenía talento y una magnífica voz para cantar soul y me gustan algunos de sus temas. Y aun a sabiendas de que llevaba una vida desordenada y llena de excesos, y que mucha gente ya le auguraba un final así, yo siempre confié en que se acabaría rehabilitando y sentando cabeza.
Desgraciadamente, no ha sido así. Y es una verdadera lástima que se vaya gente tan joven y con talento.
En fin, descanse en paz Amy Winehouse, y ojalá encuentre ahora la paz que no logró en vida.





Bueno, cambiando de tema (lo siento si hay gente a la que no le gusta que mezcle diversos temas en un mismo post, pero yo soy así, puedo pasar de un tema a otro radicalmente distinto en un nanosegundo).
Os prometí contaros qué tal mi viaje a Praga y Budapest. Y eso es lo que voy  hacer, aunque intentaré no extenderme demasiado (intentaré, digo), ya que las entradas extralargas producen alergia a mucha gente, (y con razón).


PRAGA




Praga es una ciudad preciosísisisisissisisima y parece de cuento de hadas. Peeeeeeeero FRÍA. Fría y un poco gris.
A mí, al menos me lo pareció así. Posiblemente, esa percepción se deba en gran parte a que el tiempo no acompañó demasiado. Todos los días llovió o salió nublado y hacía frío (con deciros que el primer día tuvimos que ir corriendo a un Zara a comprar jerseys y chaquetas porque nos helábamos, literalmente, a principios de julio, os lo digo todo).


Luego, la gente: fría como la ciudad en sí; seca, antipática, poco o nada amable. No sé si hay algún checo o checa entre mis lectores. O alguien que conozca a alguno o esté emparentado con alguno. (Si lo hay, espero por favor no se ofenda por lo que voy a decir).
Pero, con todo el dolor de mi corazón, mi impresión personal es que son gente poco amable en general. A lo mejor no todos los checos, sólo los praguenses.
Y a lo mejor no todos los praguenses, sino aquellos con los que me tocó tratar.


La verdad es que, para ser Praga una ciudad tan turística, su gente todavía debe aprender mucho cómo tratar con turistas. El turista extranjero va a tu país, a tu ciudad, porque tiene interés. Va a gastarse su dinero en tu ciudad: en sus museos, monumentos, restaurantes, tiendas, transporte,... Y tú,  que trabajas de cara al público, como mínimo, deberías ser amable con esa persona que viene a visitar tu país o ciudad y que no conoce tu idioma ni tu cultura y va más perdido que una cabra en un garaje. Y qué menos que intentar ayudarla en lo que puedas y mostrarle la más bonita de tus sonrisas, en vez de plantarle tu cara de "mala folla" y fastidio mientras le explicas qué es el gulash. ¿No?


Pues en Praga, no. Allí no te ayudan. Allí parece que te hacen el "favor del siglo". Y encima poniendo mala cara. Y no es sólo mi opinión. Es la opinión generalizada del resto de turistas en cuyo grupo íbamos.
Todavía me estoy acordando del altercado con una gilip... empleada de una oficina de cambio. Era la última noche en Praga y JJ y yo queríamos cenar, pero no sabíamos si tendríamos coronas suficientes (ya que al día siguiente ya nos íbamos a Budapest).
La cuestión es que fuimos a una oficina de cambio de Malostranska (en el mismo centro) con la intención de cambiar 15 euros en coronas y así ir tranquilos. Y lo que nos sobrara, lo gastaríamos en souvenirs.


JJ de idiomas como que no, así que era yo la que hablaba. Primero se lo dije en inglés. La tía me decía algo así como que no podían ser 15 euros sino un cantidad mayor. Pero no la entendía bien.
Le pregunté amablemente si estábamos obligados a cambiar una cantidad superior y cuál era el mínimo para cambiar. Ella no sé qué me contestó y empezó a poner cara de perro.
Se lo repito en ruso, ya que durante muchos años fue idioma cooficial en Chequia por el dominio de la URSS y muchos checos lo conocen (que aunque he suspendido 6º de ruso y me tocará repetir curso el año que viene, para preguntar eso, me llegaba).


La mujer me entendió, pero no sé qué decía, hablaba muy rápido y bajito... Yo le pedía por favor que me lo repitiera, que intentara hacerse entender, pero ella empezó a hacer aspavientos como si nosotros fuéramos retrasados y le estuviéramos haciendo perder su precioso tiempo. Así que cogí a JJ del brazo y nos largamos de allí ipso facto, dejándola con su cabreo monumental y su cara de mal follada.
Lo siento, siento haber hablado así, pero estas cosas me pueden. ¿Es que la habíamos ofendido en algo? ¡Encima que le hablé en dos idiomas que ella conocía! Que no es que empecé hablando en castellano...


Con respecto a la gente, y ya resumiendo, sólo os diré que el camarero más amable que nos atendió en toda nuestra estancia en Praga era.... ¡cubano! ¡Toma ya!
Y por cierto, que no estaría mal que aprendieran un poquito de castellano, porque por toda Praga, allá donde ibas, por todas partes oías hablar en la lengua de Cervantes. Praga está llena de turistas españoles. Así que... tampoco sería tan descabellado que aprendieran 4 cositas básicas, cuando a lo mejor, el 40% de sus turistas son de nuestro país.
(Si eres chec@ y has llegado hasta aquí, enhorabuena. Tienes toda mi admiración... :P).


Y ya para cerrar el capítulo Praga, otra cosa que no me acabó es que, quitando el centro-centro, que estaba petado de turistas (zona del Puente de Carlos, Malastrana, Plaza del Reloj Astronómico, etc.), el resto parecía una ciudad casi fantasma. ¿Dónde estaba la gente? Los praguenses, quiero decir... ¿Habrían huido ante la avalancha de turistas? Ni idea...


Además, de noche, la ciudad estaba poco iluminada, para mi gusto. Cierto es que yo vengo de Valencia, donde nos pasamos de contaminación lumínica, pero...
Me parece genial que desde el Ayuntamiento de Praga se quiera ahorrar y no contaminar, amén de que esa luz tenue de las farolas favorecía un ambiente más íntimo, romántico y enigmático. Pero había zonas solitarias que daban miedito.


Resumiendo: Praga es una ciudad increíblemente bonita, muy de postal, pero me pareció poco animada, como congelada en el tiempo.
Estaba como adormecida, ensimismada, como si en cualquier momento te fueras a cruzar con el mismísimo Franz Kafka.
Seguramente, ahí resida su encanto. En lo bien conservada que está, que te transporta a épocas pasadas.


Pero a mí me gustan más las ciudades que vibran, que viven, que rezuman actividad. Y conste que no es mi intención quitarle a nadie la ilusión de visitarla.
A pesar de lo dicho anteriormente, yo recomiendo su visita. Merece la pena verla, como ciudad museo; allá donde vayas verás monumentos y rincones llenos de encanto. Tiene un inmenso patrimonio artístico. Es una belleza. Pero una belleza un tanto estática, lejana y fría.
De todas formas, seguro que habrá gente que no estará para nada de acuerdo con lo que digo aquí. Pero... es mi opinión. Así lo viví yo.




BUDAPEST




En cuanto a Budapest, pues todo lo contrario que Praga. Antes de ir, pensaba que me iba a decepcionar, después de ver la maravilla arquitectónica que es la capital checa.
Y pasó justo lo contrario: Budapest me fascinó, porque tenía todo lo que yo había echado en falta en Praga.
Tenía vida por la noche, luz, (la vista de los puentes iluminados sobre el Danubio todavía me impresiona), bullicio, la gente era amable y servicial, siempre con una sonrisa en los labios (por supuesto que habrá excepciones y húngaros antipáticos, pero a nosotros no nos tocó ninguno), chapurreaban algo de castellano, se esforzaban por hacerse entender, se interesaban por tu país y tu cultura... 


Y la ciudad es muuuuuuuuuuy bonita. Una ciudad imperial, donde aún permanece la huella de la emperatriz Sissi. Cierto es que lleva una clara desventaja con Praga, en cuanto al estado de conservación de algunos edificios.
Praga está intacta e impoluta. Budapest, en cambio, está llena de palacios que lucen desconchones y algunos están medio en ruinas, como resultado de los bombardeos que sufrió la capital húngara durante la Segunda Guerra Mundial.


Según nos contó una guía, a Hitler le encantaba Praga y mandó que ésta no se tocara. Así que, por orden del Führer, Praga apenas fue bombardeada y ésa fue su salvación. (Sólo fue bombardeada una vez por los aliados, y por error. Pretendían atacar Dresde, pero como era de noche, se confundieron y bombardearon Praga. Ainssss...).


A diferencia de Praga, Budapest sufrió muchísima destrucción durante la Gran Guerra.
Primero, los alemanes y luego, los rusos... Y más tarde, 40 años de régimen comunista, en los que los palacios fueron expropiados a los nobles húngaros y estatalizados.  En fin... cosas de la Historia. 
Pero aun así, con sus heridas de guerra, Budapest me sedujo. Es como una dama madura, que fue hermosa en su día, y ahora luce sus arrugas, pero que resulta increíblemente atractiva.
Hace falta mucho trabajo -y sobre todo, mucho dinero- para restaurar lo que está dañado y conseguir que la ciudad vuelva a ser lo que fue en la época imperial. Pero tiene cosas impresionantes y que dejan al visitante con la boca abierta: el Parlamento, la Ópera, el Bastión de los Pescadores, la Catedral de San Esteban, la Iglesia de Matías, los Puentes, los palacios...


No sé, a mí me gustó mucho y me sorprendió muy gratamente, cuando pensaba que me iba a decepcionar. Y por supuesto, también recomiendo su visita, cómo no... Es una ciudad que se vive intensamente y que enamora. Y de noche, simplemente, fascina. Al menos, a mí. :)


Bueno... Eso es todo, más o menos. No me ha salido un post breve, (era imposible) pero tampoco me ha salido Los Pilares de la Tierra, ¿no? ¿NO?
Sobre no haber subido fotos mías del viaje... no sé, es que no me acabo de decidir. A lo mejor, cuando las pase todas al ordenador (hicimos más de 1.000), subo alguna en la que no salga yo. No quiero perder mi anonimato...
(Para lucir palmito y trapitos ya están los egoblogs y blogs de moda; sus autoras ya posan lo suficientemente bien).


Nada más, chic@s, que ya estoy de vuelta, otra vez por los mundos blogueros.
Y la semana que viene ya me incorporo a mi puesto de trabajo. Otra vez a la rutina. Bendita rutina, también.
Ayyyyy, qué poco dura lo bueno...


¡Nos leemos!

6 comentarios:

  1. ¡Veo que vuelves con fuerza! A algunos aún nos queda un poquito para disfrutar de vacaciones, pero todo llega...

    Besos de vuelta.

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  2. No te preocupes por lo largo de tus escritos... a quien nos gusta leerte, se nos hacen hasta cortos!.

    Que guais tus vacaciones!!!. Me apunto lo de Budapest, aunque siempre he querido visitarla. Praga no me llama tanto la atención.

    Yo sigo de vacaciones, que soy estudiante :P pero este finde me voy de hotel al sur :D
    . Lo malo de ser estudiante: no tener pelas para viajar... y lo bueno: 3 meses de vacaciones!. Una cosa por la otra jeje.

    Besitos!

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  3. Estupenda crónica Gata!
    Qué mal rollillo con la gente de Praga no? la verdad es que es muy importante cómo te trate la gente a los lugares que vas, eso influye muchísimo en la impresión que te llevas al final del sitio.
    Me alegra que cosiguieras desconectar y pasártelo bien. Que no te haga mucha pupa el sdme postvacacional, no lo pienses mucho y pa'lante ;)

    Un beso!

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  4. Tienes razón, yo creo que la gente escribe para que la lean, eso de "me da igual" que no me lea ni el tato no es cierto. Aunque, claro, llega un momento en el que comienza a ser verdad y es cuando se deja de escribir con frecuencia o se cierra el blog.

    El fenómeno blog existe desde antes de 2008, pero en ese año hubo como un boom, sobre todo de bitácoras personales y de moda. Antes de ese año yo ya seguía un montón y es verdad que muchos han cerrado o me han aburrido, pero, bueno, es ley de vida, la gente cambia de hábitos y suele ocurrir. Además, siempre surgen otros nuevos, algunos buenos y otros no, pero sirven para seguir enganchado.

    Un abrazo!!

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  5. Pues se ve que has vuelto con las pilas cargadas, me tengo que poner al dia de tus cosas. Primero te dire que que pena que se te acaben las vacas, pero ya ves, yo no he tenido (y no es el primer año ni el ultimo, sospecho...) y tu has ido a dos ciudades que me encantaria visitar.

    Sobre el resto de cosillas que comentas, lo de Amy Winehouse, una pena, la verdad. Yo tambien esperaba que la chica se centrase alguna vez y saliera adelante. Lo de Noruega, incomprensible. Comparto tu aversion por ese tipo de gentuza y sus detestables ideologias radicales. Lo de Camps, vamos, es que ya le valia. Te sigo leyendo, ¿vale?

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