10 de agosto de 2011

El pescadero. Part II


Hoy, nueva entrega (y definitiva, espero) de mi historia con el pescadero de Carrefour.
(Para los que no estén en la onda, leer Un pescadero muy besugo).

Sí, amigos, el destino ha vuelto a unir nuestros caminos... Jurjurjur... Pero esta vez os anticipo que la cosa fue muy diferente a la última.

El caso es que ayer volví a Carrefour a comprar unas cosillas. Entre ellas, pescado. Porque con este calor, si quieres pescado fresco, tienes que ir a comprar día sí, día no. Como compres un montón de pescado de golpe, se te echa a perder, fijo.

Bueno, pues me acerco a la pescadería y, antes que nada, miro las bandejas de pescado ya envasado, por si me gusta algo, no tener que hacer cola.
Pero no. El pescado envasado parece ser de la misma quinta que Sara Montiel y la Duquesa de Alba. Como que muy fresquito no parece.

Pues nada, toca hacer cola. Cojo ticket y... ¡oh, sorpresa! Sólo me quedan 3 números para que me atiendan. La cosa empieza bien.
Miro el género, decido lo que voy a comprar y me fijo en los pescaderos, por si veo a mi pescaderito-besugo.
De repente... ¡zas!, lo veo emboscado tras un lomazo de emperador, con su hoyuelo y su sonrisa, atendiendo a una señora. Vaya... qué casualidad.

-Porfavorquenometoque... porfavorquenometoque... porfavorque....

Empiezo a cruzar los dedos para que no me atienda él. Aunque eso parece poco factible ya que hay como 7 personas atendiendo. Parece que una de las pescaderas está acabando de despachar a su cliente. Venga, a ver si me toca ella, que parece espabilada.
Vaya, pues no. El señor al que está atendiendo le pide ahora un kilo de gambas.

En esto que veo que mi pescaderito despacha a la clienta y se acerca al contador de los turnos.

Le da al botón,
¡Meeeeec!
...y en plan niño de San Ildefonso dice:

-¡39!
...Silencio. Nadie lleva el 39... (Gotita de sudor en mi frente)

¡Meeeeec!

-¡40...!

...Silencio. (Empiezo a sentir pánico) Nadie lleva el 40....

¡Meeeeeeeeeeeeeeeeeec!

-¡41...!

Miro de nuevo mi ticket para comprobar con pavor que sí, efectiviwonder, llevo el 41. Nunca pensé que podría desear que no llegara mi turno.
Joderjoderjoderjoder... ¡Me ha vuelto a tocar con él! Lo hago aposta y no me sale, oye.

-Yo... -Digo con un hilillo de voz.

El chaval se acerca, me reconoce al instante y hasta juraría que se acuerda de la cagadita de la dorada, porque sonríe entre tímido y avergonzado.

Estoy a punto de decirle 4 cositas bien dichas sobre truchas que no son salmones y doradas sin limpiar, pero él con su sonrisa fascinante me dice:
-¿Qué te pongo?

Y entonces yo me derrito y se me olvida al instante la trucha con aspecto de delicioso salmón y sabor de pútrida cloaca y la dorada digna de un bodegón. Y decido darle una segunda oportunidad, que todo el mundo merece la suya, porque todos somos humanos y podemos equivocarnos.

Pero sólo una, ¿eh? Que si eres pescadero, tienes que hacer bien las tareas de pescadero. Si no sabes, métete a modelo, que seguro que te va mejor.

Así que, fiel a mi estilo, le pido:

-Dos rodajas de emperador, que, de nuevo, vuelve a cortar magníficamente bien (Se ve que ése es su fuerte).

-Tres lomitos de S-A-L-M-Ó-N (Esta vez me aseguro de que, efectivamente, es salmón, tal y como pone en el cartelito que hay pinchado en la escarcha al lado de los lomitos. Y es que, ante la duda, ya sabes: el cartelito es lo mejor, si es que hay cartelito).

...Y ahora viene el más difícil todavía. ¡Taráaaaannnnnn!

-Dorada fileteada. (¡¡Muahahahahaaaaaa!!)

Ahí el chaval ya pone cara de "ésta se está quedando conmigo... ". Pero cuando su cara cambia de color es cuando le digo:

-...Y esta vez, por fa, la abres, la limpias, la fileteas..., ya sabes. Eso que se suele hacer con las doradas.
Es que, verás, el otro día me diste una entera. Tan entera que me dio hasta penita comérmela. Y claro, de tanto verla en la nevera, le he cogido cariño y ya la he adoptado como mascota. Se llama Dori, como la de Buscando a Nemo. ("Siiiiigue nadando, siiiiiigue nadando, nadando, nadando...").

El chaval empieza a descojonarse (mira, tiene sentido del humor), me pide disculpas y me confiesa que ese día iban muy agobiados y que se le fue la pinza. (No hace falta que lo jures, guapo).
Total, que esta vez, bajo mi atenta mirada, la dorada fue debidamente limpiada y fileteada.

Y como lo había hecho tan bien, me atreví a pedirle, además, dos lenguados. También limpios, of course. Cosa que él hizo también divinamente. EPIC WIN!!

Cuando me despedí, me dio las gracias con su sonrisa y su hoyuelo, y yo me fui a casa feliz con mi bolsa de pescado y con la sensación de haber saldado un asunto pendiente.

Y eso fue todo. Esta vez el chico demostró que sabe trabajar. Y yo, como no quisiera ser injusta, y como también tengo mi corazoncito y puedo ser muy comprensiva, (aunque haya por ahí quien piense que no), he creído conveniente escribir este post a modo de desagravio y así enterrar el hacha de guerra.

Y a partir de ahora, ya no me referiré a él (si es que tengo que volver a hacerlo) como pescadero besugo, sino como pescaderito guapo. ¡Hale!
Haya paz.

(A este paso, como me siga tocando siempre él, acabaremos haciéndonos amigos, y si no, al tiempo).
Ay... la vida te da sorpresas...

*El de la foto, obviamente, no es mi pescaderito. Pero se dan un aire... xD

15 comentarios:

  1. Jajajaja...

    "Sonríe entre tímido y avergonzado", eso es que le gustas...

    "¿Qué te pongo?", tú, me pones tú.

    Jajaja, como se entere J.J., vas a verrrrr!!

    Un abrazo!

    PD. Dentro de un par de semanas, leeremos "Qué bien me lo hace todo 'mi pescaderito', tiene unas más manos..."

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  2. jajaja, totalmente de acuerdo con AM Editorial
    aquí huele a... pescaíto frito
    yo añado, como prueba fiable, eso de pedirle "dos lenguados"...
    el siguiente post ya lo imagino: "el pulpo del pescadero"
    saludos desde el maestrazgomagico.blogspot.com
    RAUL

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  3. Bueno, mira, sera que el chico a lo mejor tuvo un mal dia cuando la cago de esa forma. Si no se vuelve a repetir, ya puedes dar el asunto por saldado.

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  4. Ya verás, ahora que te gusta ya no te toca más!! Jijijiji.

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  5. Bueno, bien está lo que bien acaba... el tipo le echó un poquito de jeta pero has sabido reconducirlo muy bien. Felicidades, Gata, ESO es inteligencia emocional. Has logrado que cambie de actitud forever. Un sobresaliente para tí.

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  6. "pero él con su sonrisa fascinante me dice:
    -¿Qué te pongo?

    Y entonces yo me derrito y se me olvida al instante..."

    (Sí, aqui hay pescado encerrado.)

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  7. Hola, AM Editorial, Raúl Rentero y Anónimo! En serio, que no hay nada de eso que decís. Al menos, por mi parte. Ni pescaito frito, ni pescado encerrado, ni pulpo, ni nada.
    Que yo estoy súper enamorada de mi chico y no tengo ojos para ningún otro. Pero vamos, que si el pescadero rectificó, yo también quería rectificar en mi valoración hacia él.
    Jo, es que no se puede decir nada. Si lo critico, qué intolerante soy. Si le alabo, ya es que me gusta.
    Pues no...
    Saludos!

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  8. Hola, Nerea. Ésa fue mi sensación, la de haber saldado un asunto pendiente. :)
    Un beso!

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  9. Hola, Loque...
    Pues seguro, Murphy es así. No quería que me tocara él, y me tocó. Ahora que ya me cae bien (gustarme ya es otro cantar, eh?), seguro que no me vuelve a tocar nunca más. En fin...
    Besos!

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  10. Gracias, Amaranta!! Inteligencia emocional... Nunca fue mi fuerte. Será que voy madurando, jeje!
    Un sobresaliente para ti por ser una seguidora tan maja.
    Besos! ;D

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  11. Hola, Gata:

    Disculpa si te ha molestado. Sólo intentaba ser un guiño, una broma, un juego de palabras. Nada más.

    Un saludo!

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  12. Hola, AM Editorial! Para nada me ha molestado tu comentario... Al revés, me hizo mucha gracia el juego de palabras. Lo mismo que el de Raúl Rentero. Pero no me gustaría que se confundieran las cosas y se hiciera más grande la bola.
    Y en realidad, si algo me ha molestado es el anónimo, o más bien anónimA (que te tengo calada y sé quién eres, tu estilo al escribir te delata), que siempre tiene que poner alguna peguita o alguna crítica.

    Pero contigo, AM, ningún problema! Al revés, me encanta recibir tus comentarios!
    Besos

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  13. Por suerte para el tipo que por lo menos era agraciado, que si no...quizá hasta se lleva la dorada puesta como corbata. Exelente, una muy grata lectura, nos vemos.

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  14. Lo malo de los pescaderos es que los pobres no se desprenden del olor ni duchandose con lejía, te lo digo por experiencia, tuve una relación truncada con un guapo pescadero por eso.
    Besis

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  15. ¿Quién lo diría? El pescaderito no es tan malo en su profesión. Por un momento pense que otra vez te daría el pescado con cabeza para que Dori no se sienta tan sola.

    Jejejeje!!!!

    Eso hace reflexionar. Debemos dar segundas oportunidades.

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