Cosas que no soporto de las revistas femeninas y de moda (Parte I)

                                                   

Hasta hace unos meses, servidora era asidua lectora de revistas femeninas y revistas de moda. Del primer tipo, solía comprarme Cosmopolitan, Glamour y Elle. Del segundo, cómo no, la "Biblia de la Moda": el Vogue.

Pues bien, después de años comprando y devorando este tipo de publicaciones, creo que estoy en disposición de decir por qué acabé harta de ellas y dejé de comprarlas. Así, sin más.
Ahí va la primera entrega de esas “cositas” que se repiten de unas a otras revistas femeninas hasta la saciedad y que, sinceramente, no soporto.

1. La (excesiva) publicidad: vale que son empresas privadas y que su principal fuente de ingresos es la publicidad.

Pero es que, abres una de estas revistas, empiezas a pasar hojas y más hojas.... y TODO son anuncios. El 70% del contenido de una de estas revistas es publicidad. Y además, estratégicamente ubicada para ser más visible: las páginas impares, que son las que siempre quedan a la derecha del lector, (y las primeras a las que de forma inconsciente dirigimos la mirada, está comprobado científicamente), así como la contraportada, corresponden casi siempre a anuncios: perfumes, cosméticos, ropa, productos adelgazantes, joyas, telefonía móvil, bebidas alcohólicas, pequeño electrodoméstico, tratamientos de estética, juguetes sexuales, anticonceptivos, tests de embarazo, etc...


A veces, el anuncio ocupa las dos páginas.

Y esto por lo que se refiere a la publicidad propiamente dicha. Luego está la otra, la publicidad implícita en los reportajes: el reportaje de moda, el de belleza, el de viajes...

Así que, al final, cuando acabas de leer la revista, te das cuenta de que, más que entrevistas y reportajes interesantes, lo que has consumido es publicidad pura y dura. ¿Y voy yo a pagar 2 o 3 euros por ver anuncios? Pues va a ser que no.


2. El (elevado) precio de los productos que publicitan: se supone que las revistas femeninas van dirigidas a una mujer joven de clase media o media-alta. Las de moda sí es cierto que son algo más elitistas. Pero bueno, yo veo a chicas por ahí con el Vogue que no son Paris Hilton, sino trabajadoras con un sueldo normal.

Partiendo de esa base... ¿para qué c*** publicitan bolsos de 1.000 euros, vestidos de 6.000 euros, joyas de 10.000 euros y cosméticos de 200 euros? Que me digan los editores de estas revistas quién, si no es Carmen Lomana y Nati Abascal, puede permitirse esos lujos.

¿Qué chica española con un sueldo medio (ya no hablo de mileuristas ni desempleadas), puede comprarse un bolso de Louis “Putón” de 2.000 euros sin que su economía se resienta?

Ya digo que estos precios desorbitados es más frecuente encontrarlos en revistas como Vogue o Harper’s Bazaar, que van dirigidas a una mujer con un poder adquisitivo algo mayor, pero alguna vez, hojeando Cosmopolitan, Telva o Elle, he visto también productos cuyo precio estaba totalmente fuera del alcance de la lectora media de esas revistas.

3. La sección de sexo: de puro rancios, trillados y reiterativos, sus artículos me acaban dando vergüenza ajena.

Títulos como: "Te desvelamos sus SEXcretos", "Tú y su pene", "SOS: ¡Gatillazo a la vista!","Cómo convertir a tu gatito en un verdadero tigre", "Consejos para ponerlo cachondo", "Consigue el orgasmo de tu vida ¡ya!", "Truquitos picantes que le volverán loco", "Cómo convertirte en una diosa del sexo", "Especial sexo oral" (sic)... hablan por sí solos.

Y lo más fuerte es que, aunque lleven diferente título, al final, el contenido es el mismo: los SEXcretos de tu chico son esas mismas cosas que le vuelven loco, con las que conseguirás ponerlo a 1.000 y transformarlo en un tigre. Las mismas. Lo puedo demostrar, porque conservo números de revistas atrasados que así lo atestiguan. ¡Y eso que para hacer esta sección hablan con diferentes y prestigiosos sexólogos y especialistas en la materia!

Al final, después de leer uno de estos artículos, acabas con una sensación de dejà-vu: “Esto me suena que ya lo he leído yo en otro número...”

Ah, y los trucos que estas revistas proponen para convertirnos, supuestamente, en diosas del sexo, pues no son nada del otro mundo, vamos, que no son la piedra filosofal.... Y mucho menos, como para convertirte en toda un experta en sexualidad.

Sobre lo de conseguir un orgasmo 10 y el especial Sexo oral,... casi mejor no hablo. Si una revista me tiene que decir a mí cómo conseguirlo y cómo hacerlo... mal vamos, ¿no?
¿No será mejor hablarlo con la pareja para saber qué cosas nos gustan a cada uno?

4. La sección de relaciones de pareja: son reportajes que intentan ayudarnos a salvar una relación amorosa a punto de naufragar, o a mejorarla para que sea feliz y duradera, a conocer cuáles son los problemas internos de la relación para ponerles solución a tiempo, antes de que se hagan mayores, o a conocer mejor la mente masculina para saber cómo actuar en determinadas ocasiones.

Llevan títulos como: "La comunicación en la pareja", "Cómo reavivar la chispa", "Diseccionamos la mente masculina. Qué quiere él decir cuando dice ‘No me pasa nada’", "¿Te va a ser infiel?", "Cosas que ellos no soportan de una mujer", "Diez signos de que lo vuestro no funciona", "Cómo hacer que vuestra historia de amor sea de película"...

Vaya por delante que se agradece el esfuerzo que hacen los redactores de estas revistas, consultando con terapeutas de pareja y psicólogos para intentar orientarnos sobre nuestros problemas amorosos.

Pero no me convencen: al final, creo que estos reportajes son un cúmulo de generalizaciones y topicazos.
Cada relación es un mundo y lo que puede servir y ser de gran ayuda para una, puede se catastrófico para otra.

Por ejemplo, el de los "10 signos de que lo vuestro no funciona". Pues son 10 signos evidentísimos para cualquier persona con 2 dedos de frente, como: "Os habéis faltado al respeto, os aburrís juntos, el sexo no es satisfactorio, alguno de los dos o ambos ha sido infiel, no tenéis proyectos de futuro juntos, discutís a todas horas, ya no confiáis el uno en el otro, él prefiere salir con sus amigos antes que contigo, te ha maltratado física y/o psicológicamente...".

Joder, no hace falta ser Premio Nobel de Física Cuántica para darse cuenta de que una relación en la que pasan estas cosas, es un auténtico desastre y hay que ponerle fin cuanto antes. Cualquiera puede verlo, no hace falta que venga el Cosmopolitan y me lo diga.

Y otra cosa: ¿cuántos de estos 10 signos deben darse como mínimo para empezar a considerar que la relación no funciona?

Y en cuanto a los reportajes sobre psicología masculina, (como el que disecciona la mente masculina o el que nos revela esas cosas que ellos no soportan de nosotras), pues, aunque hayan consultado a miles de hombres, al final, tendrán una mera estadística, pero tampoco se puede generalizar. Habrá opiniones diversas, ¿no? La psicología, en general, no son matemáticas exactas. (Y mucho menos la psicología masculina).

Como el reportaje que te dice cómo conseguir que tu relación de pareja sea de película. ¡Por favor...! Si esos consejos fueran de verdad efectivos, entonces no habría separaciones, todas las relaciones serían felices y todo el mundo viviríamos constantemente en una comedia romántica.

Y nada más lejos de la realidad, ¿verdad?

Resumiendo: que estos reportajes de pareja, de rigurosos y científicos tienen más bien poquito y mucho de Diario de Bridget Jones.

5. El test: mejor debería decir el absurdo-test. Al principio, los hacía, lo confieso. Pero últimamente, ya pasaba olímpicamente. No me apetecía en absoluto perder el tiempo en saber si: "¿Eres una devora-hombres?", "¿Eres una buena amiga?", "¿Qué protagonista de Sexo en Nueva York eres?" "¿Eres el alma de la fiesta?", "¿A qué actriz de Hollywood te pareces?", "¿Angelito o diablesa?", "¿Ligas o te ligan?"...

¿Son o no son tests para gilipollas? ¿De qué me puede servir saber el resultado de estos tests?
Pues eso.

Continuará...