21 de agosto de 2010

El amor es eterno...


...mientras dura.

Eso dice Ismael Serrano en su canción La extraña pareja.
Más allá de que la canción me guste más o menos, lo que sí es innnegable es que esa frase encierra una gran verdad.

Cuando estamos enamorados, profundamente enamorados, creemos que ese amor nuestro durará para siempre. Para toda la vida. Aunque, en realidad, no sé si lo creemos, o más bien, lo deseamos. (Al menos, en ese momento).

Amamos tanto a esa persona que esperamos desamorque esa magia nunca se acabe, que el amor perdure. Que el vínculo no se destruya nunca. Queremos estar toda la vida con él o ella. Que no deje de querernos nunca, de la misma forma que nosotros nunca dejaremos de quererle. (O eso creemos, insisto).

E, incluso, algunas veces, más de las que deberíamos, nos sorprendemos a nosotros mismos diciendo: "Te voy a querer para siempre" o "Nunca dejaré de amarte".
Del mismo modo que nos derretimos si nuestra pareja nos lo dice a nosotros. Al fin y al cabo, ¿a quién le amarga un dulce?
Y acabamos creyendo que, efectivamente, nada ni nadie podrá poner fin a ese vínculo de amor.

Pero las cosas cambian. Y a veces, sin saber cómo ni por qué, esa persona que nos juró amor eterno, desaparece de nuestras vidas.
Se va. Sin más.

Sí: el cuento, la magia, se acaba de repente, y nos quedamos perplejos, incrédulos, sin entender por qué. Y nos preguntamos: Si me dijo que me amaría siempre, que nunca dejaría de quererme, ¿por qué se ha ido? ¿Por qué ha incumplido su promesa?

STOP. No. Perdona: ¿por qué le creíste tú cuando te prometió amor eterno?

Prometer amor eterno es tan irreal como prometerle a alguien la Luna. Si nos parece imposible que alguien nos pueda bajar la Luna, ¿por qué entonces sí nos creemos que ese alguien pueda querernos cada día de su vida, hasta el último?

Otras veces, ocurre a la inversa: hemos sido nosotros los que hemos puesto fin a una relación con alguien a quien un día, nos precipitamos y le prometimos amor eterno.
Sí. En aquel momento, cuando dijimos aquellas palabras, estábamos tan convencidos de que sería así... Hubiéramos puesto la mano en el fuego. Nos veíamos envejeciendo junto a esa persona. Era lo que más deseábamos.

Pero pasó el tiempo y todo cambió.

Nadie sabe a ciencia cierta lo que va a hacer al día siguiente. Nadie sabe realmente si lo que hoy tanto ama, dentro de X tiempo, también seguirá amándolo.

Por eso, hacer ese tipo de declaraciones, es precipitado e irreal. Que sí, que son muy bonitas, muy apasionadas, muy peliculeras... Pero, más que una realidad que podamos cumplir, son una ilusión, un deseo.

Y lo peor es que nos las creemos a pies juntillas. Nos encanta creer que alguien estará siempre ahí, a nuestro lado, queriéndonos hasta el final de sus días.
¡Error! La única persona que seguro estará junto a nosotros hasta el final, somos nosotros mismos. Lo demás, son conjeturas.

Ojalá fuera así. Ojalá todas las historias de amor fueran eternas. Ojalá se cumplieran todas las promesas de amor.
Pero tú, yo, y todos tenemos ejemplos a mano que nos demuestran que, desgraciadamente, el amor eterno no existe: es una invención, una utopía. Una idea muy bonita, pero una idea, al fin y al cabo.

Todo cambia. Y los sentimientos también. 

Pueden pasar mil cosas. La rutina y el paso del tiempo pueden deteriorar esos sentimientos tan fuertes y apasionados del principio, hasta casi extinguirlos. O puede cruzarse una tercera persona que nos haga sentir algo que hasta ahora no habíamos sentido (es una putada, pero pasa más de lo que creemos).
O, simplemente, poco a poco, darnos cuenta de que no estábamos tan enamorados como creíamos (o como queríamos creer). Sentir que la llama se va apagando.
Y nadie tiene la culpa. Simplemente, pasa.

Pues bien: quien escribe estas líneas se considera una romántica empedernida, víctima como tantas otras, de los cuentos de Disney y de las grandes historias de amor de Hollywood. Alguien que ha jurado amor eterno y a quien también se lo han jurado.
Alguien que incumplió la promesa, y a quien también engañaron.

Por eso hoy digo: STOP. Y hago esta reflexión. Más que nada, para intentar mantener la cordura y el sentido común y no dejarme llevar por el romanticismo utópico. A casi todo el mundo nos encanta eso del "amor para toda la vida". Es la idea que nos han inculcado, desde los medios de comunicación, el cine...

Pero, sin pretender resultar tremendista, lo que está claro es que cada día se producen separaciones, rupturas, divorcios...
Claro que también hay parejas que saben sortear los problemas y que se quieren y permanecen unidas durante años.
Algunas, incluso, toda la vida. Pero no son mayoría.
Y, si les preguntáis, seguro que os dirán que han pasado por diferentes etapas, y que su camino no ha estado exento de problemas y de desencuentros.

Claro que me gustaría que mi relación actual durara para siempre. Es lo que más deseo. Pero intento hacerme a la idea de que puede que sea así, pero también puede que no lo sea. ¿Quién sabe?
Esto es un poco como una lotería.

Y creo que el problema es que hablamos mucho pero actuamos poco. Es muy fácil jurar amor eterno, pero no lo es tanto luchar y trabajar día a día porque, efectivamente, sea así.

Yo, en vez de palabras y frases grandilocuentes y hollywoodienses, prefiero acciones. Acciones simples, silenciosas, aparentemente insignificantes. Pero valiosas.
Estas acciones del día a día, son las que realmente van forjando una relación, y las que la consolidan y la hacen fuerte y duradera en el tiempo.

Las palabras valen poco, se las lleva el viento, ya lo sabéis. Los actos, en cambio, permanecen.

No me digas que me vas a querer para siempre o que nunca dejarás de quererme. ¿Qué sabes tú si podrás cumplirlo?

Mejor dime lo mucho que me quieres hoy, pero sobre todo, demuéstramelo en cada momento. No pienses en lo que pasará dentro de 50 años.

"Porque el amor es eterno... mientras dura".

9 comentarios:

  1. Cierto, no hay nada más inteligente que vivir el momento.
    Yo lo tengo claro: el amor se acaba, como todo. Así que: disfrútalo, mientras tienes la oportunidad y deja de pensar en los que quizás pase...

    ResponderEliminar
  2. Quizá el amor romántico no dure para siempre... pero yo sigo queriendo a todos a los que dije te quiero (que en realidad sólo han sido dos)... eso sí, no como pareja, pero sí como a personas que en su día, estuvieron junto a mí.

    ResponderEliminar
  3. sí pero no.

    Esos pensamientos están bien cuando estás de "single". Pero teniendo a alguien se tiende a pensar distinto.

    Saludos!!!

    ResponderEliminar
  4. Tienes toda la razón, el amor eterno no existe (casí) pero yo cada vez que me enamoro lo digo, y aunque me lo digan, me lo creo en ese momento pero con los pies en la tierra, y también se que cualquier cosita puede estropear ese amor eterno.

    Es maravilloso estar tan enamorada como para jurar amor eterno, aunque sepas que puede ser una mentira.


    Un besito

    ResponderEliminar
  5. Cada vez que me dicen que tov a querer toda mi vida, me pongo a temblar, porque como dices caemos en el error de creerlo y luego cuando se acaba te sientes doblemente engañada o decepcionada.

    Un vez que pasas por un fracaso sentimental de esos que pensabas serían para toda la vida, aprendes (yo por lo menos) al "te quiero un barbaridad" hoy, ojalá dentro de 50 años también, pero para ello vamos a trabajarlo cada día, y que el amor no nos haga perder el contacto con el suelo. Que luego la caída es tremenda.

    Buena entrada ;)

    ResponderEliminar
  6. Yo acabo de dejarlo con mi ex novio, y el no lo acepta, me odia, yo no tengo la culpa de haber dejado de sentir esa magia, estoy por enviarle un enlace para que vea el post jaja

    ResponderEliminar
  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  8. Hola, Sin hombre! Bienvenida!!
    Pues oye, si va a servir para algo, envíale el post... ¡a ver si así ya se hace a la idea y lo acepta!

    El amor, a veces, se acaba. Nadie tiene la culpa.
    Ánimo, y espero que al final, él lo acabe aceptando y te deje en paz.

    Besos!

    ResponderEliminar
  9. ¡buenísima entrada!has plasmado justo lo que yo pienso

    ResponderEliminar

Los comentarios le dan vida a este blog. ¿Me dejas uno? ;)

HELLO!

Todo lo que leerás aquí es contenido propio. Si en algún momento hago referencia a algún escrito ajeno, citaré siempre la autoría.
Las imágenes que aparecen en el blog son tomadas de Internet. No obstante, si consideras que alguna no debería estar aquí, sólo tienes que hacérmelo saber y la retiraré al instante.
No acepto solicitudes de intercambio de enlaces. En mi opinión, enlazar un blog es algo totalmente voluntario y desinteresado. Bienvenid@ y gracias por pasar por aquí. :)