7 de agosto de 2010

Para toda la vida



Ya está. Al fin me decidí.

Ya tengo mi tatuaje en mi espalda. Fui el jueves por la tarde a hacérmelo.

Al final, el diseño que elegí fue un hada sentada de perfil, abrazándose las piernas. La verdad es que es muy bonita y estoy muy contenta con el resultado... Aunque los días previos lo pasé bastante mal.

En un principio, quería tatuarme un gato. Pero empecé a buscar diseños en Internet y a mirar en catálogos de diferentes estudios de mi ciudad, y, la verdad, no me gustaba ninguno.

Eran gatos demasiado abstractos, demasiado esquemáticos; algunos, incluso tribales. Luego estaban los gatos de dibujos animados, o la ya tan trillada Hello Kitty. Y yo no quería eso.

Luego, los pocos diseños de gatos que vi más realistas, eran demasiado realistas para mi gusto. Más que gatos, parecían linces. Eran demasiado feroces, demasiado salvajes, y no me parecían nada femeninos.

Así que, dado que no vi ninguno que me gustara, empecé a desechar la idea del gato.

Un día, por casualidad, en uno de los estudios de tatuajes que visité, me puse a mirar el catálogo de diseños de hadas, duendes, etc. Y vi unos cuantos dibujos de hadas que me gustaron. Aunque no había ninguno que me conquistara totalmente.

La verdad es que desde siempre me han fascinado las hadas. Me parecen tan bonitas, tan etéreas... Las veo como un símbolo de libertad, de feminidad, de magia y de eterna juventud.

Así que, definitivamente, decidí tatuarme una de ellas.
Pero hasta que encontré la que me gustó, también pasaron muchos días y muchas búsquedas en Internet.

Porque muchos diseños se repetían de unos estudios a otros, y también aparecían en Internet hasta la saciedad. Y yo no quería llevar lo mismo que (casi) todo el mundo. (Aparte de que algunas hadas me parecían bastante feíllas... No sé, cutres, chonis...).

Finalmente, una noche, mirando en Internet, en una web de una ilustradora de seres fantásticos, di con LA MÍA. Nada más verla, supe que era ésa. Me cautivó.

Vale, ya tenía claro el diseño, pero faltaba elegir el estudio donde me lo haría. Otra de las decisiones más importantes a la hora de hacerse un tattoo: en qué manos te pones.

Al final, opté por el que me recomendó una compañera de trabajo que ya se ha hecho tres tatuajes en ese estudio. El chico la verdad es que tiene unas manos mágicas: ha ganado un montón de premios en varias convenciones, así que me daba bastante confianza.

Una tarde de finales de junio me presenté allí, les llevé el diseño que había elegido y la chica, que es la dueña del estudio y la que hace los piercings, me dijo que tenía que hacerlo un poquito más grande, para que los detalles se vieran bien.

Yo me asusté un poco y le dije que no lo quería muy grande. Entonces ella me tranquilizó y me explicó que no me preocupara que apenas serían un par de centímetros más, para que los rasgos faciales se apreciaran bien.
Porque si es muy pequeño, y la cara no queda nítida, al final resulta una chapuza de tatuaje. Además, me propuso cambiarle la cara por otra más bonita. Me enseñó varias, y elegí la que más me gustó.
O sea, que realmente, mi hada es única. No hay otra igual.

Al volver de vacaciones, (con eso de que no te puede dar el sol pospuse el tattoo a después de las vacaciones playeras) la chica me llamó y me dijo que me pasara por el estudio, para ver el diseño con su tamaño definitivo. ¡Menos mal! No era demasiado grande (12 cm de alto por 8 cm de ancho, aproximadamente, que para la zona lumbar no está mal).

Firmé mi consentimiento y pagué 50 euros de señal. Una semana después tenía cita para tatuarme.

La noche anterior al día D me costó dormir... ¡Tenía unos nervios!

Y sí, lo reconozco, tenía MIEDO. Miedo sin paliativos. Acojone total.
A todo: a que algo saliera mal, a que no me gustara después el tattoo, a arrepentirme,... pero sobre todo, al dolor.

¿Cuánto me dolería? ¿Sería capaz de aguantar todo el tiempo? La chica me había dicho que, para ese diseño, la sesión sería de una hora.
¿¿¿Una hora??? Glupssss....

Así que le pregunté a mi compañera de trabajo, ya veterana en estas lides, por si me podía ayudar, ya que ella tiene uno de sus tattoos también en la zona lumbar. Pero poco me pudo ayudar, ya que me explicó que eso del dolor varía de unas personas a otras, que no hay una norma fija. Y que precisamente, ella es una persona que aguanta bastante bien el dolor.

Vaya... tengo una compañera “faquir” y no me había dado cuenta.

Entonces recurrí a Internet: los foros. ¿Qué haría yo sin ellos?

Aunque más me hubiera valido no mirar en los foros, ya que, más que ayudarme y tranquilizarme, me metieron más miedo. Por un lado estaban los sobrados que decían que “no duele nada, apenas es una molestia, no es para tanto”.

Bah, eso no me lo creo ni jarta de vino...

Luego estaban los que decían lo mismo que mi compañera: que todo depende de la persona y de su umbral del dolor.

Vale. Eso ya lo sabía...

Y luego estaban los exagerados; o más bien debería decir las exageradas. Por ejemplo, una chica que se lo había hecho, como yo, en la espalda decía algo así como: “sí que duele; yo sentía como si me machacaran la columna...”

O_o

Como podéis imaginar, después de leer eso, un sudor frío me recorrió toooooda la espalda... ¿Con qué la habían tatuado? ¿Con una Black and Decker?

Y así, llegó el día D. Y yo con un canguelo...

Ese día me costó incluso concentrarme en el trabajo.

J.J. me recogió del curro y me acompañó al estudio. La verdad es que el hecho de que estuviera conmigo en esos momentos me ayudó muchísimo. Son de esas cosas que le agradeceré infinitamente. El apoyo moral en momentos así es fundamental.

Cuando llegué al estudio, la dueña estaba hablando con unos chavales que querían hacerse un tattoo y estaban pidiendo cita. Igual que yo hacía poco más de un mes. Pero ése era MI día.

Y tenía tanto miedo que estuve a punto de mandarlo todo a la porra, incluso de renunciar a los 50 euros de señal e irme. Sí, me dio un pequeño ataque de pánico.

Nada serio...   J.J. me dijo que todo iba a salir bien, que no me preocupara. Que ahora, después de tanto tiempo, no tenía sentido echarme atrás. Que yo quería el tatuaje y que, quien algo quiere, algo le cuesta.

Así que, sin casi darme cuenta, ya estaba en la sala de tatuajes, sentada en la camilla, esperando a que empezara todo.

El tatuador me tranquilizó diciéndome que es normal tener miedo, cuando se trata del primer tattoo. Pero que no me preocupara, que no duele tanto como la gente cree.

“Bueno, eso ya lo veremos...", pensaba yo.

Ya estaba todo preparado: la aguja, la pistolita, los tubos de tinta, los cartuchos... Y yo.

Lo primero que me hizo el tatuador fue transferirme con tinta el dibujo, del papel a mi piel. (Sobre esa plantilla, me haría el tatuaje). Me lo enseñó a través de un espejo y vi, más o menos, cómo sería más tarde, el tatuaje.

-Así bien?- me dijo.

-Perfecto- le contesté.

-Pues vamos allá-dijo.

Ya no había vuelta atrás. La suerte estaba echada.

El tatuador puso la pistola en funcionamiento....

Ese ruidito.... GGGGGGGG.... Yiiijjjjjj.... Como cuando el dentista te hace una limpieza bucal.

Afortunadamente, el hilo musical estaba a toda castaña, para minimizar el dichoso ruidito. Eso sí, todos los greatest hits de Michael Jackson, empezando por Thriller (¡muy “apropiado”!), me los oí en la sesión.

Y empezó a tatuarme.
La primera vez que la aguja me tocó, no sentí dolor, propiamente dicho. Era como si me rasparan con un objeto metálico y algo puntiagudo: como un boli sin tinta o unas llaves. Era más molesto que doloroso. No notaba pinchazo, sino más bien raspado.

Pero conforme pasaba una y otra vez por el mismo sitio, la sensación se iba haciendo más desagradable. Entonces la molestia era algo más dolorosa, pero no un dolor insoportable, de ponerse a llorar y salir corriendo. Eso, no.

De hecho, no tuve que pedirle al tatuador que parara ni una vez. Aunque, bueno, en realidad, no estaba todo el tiempo dándome con la pistola. Paraba, me pasaba un paño húmedo con un líquido desinfectante, otras veces me echaba un poco de agua... ¡Eso sí que me aliviaba!

Como estaba de espaldas al tatuador, no pude ver cómo lo iba haciendo. Pero creo que es mejor así, porque si lo vas viendo, parece que te pones más tensa cada vez que ves que vuelve a la carga. Mientras que de espaldas, como no lo ves, no sabes qué va a hacer en cada momento.

El chico me dijo que dolía un poco más al principio, lo que es el trazado del contorno; y que luego, el relleno dolía menos.

Personalmente, no noté ninguna diferencia entre una fase y otra. Y es que es cierto que cada persona es un mundo.

Pero, vamos, que no fue para nada traumático ni sentí en ningún momento que me machacaran la columna, como decía aquella. Para mí, lo más doloroso fueron las zonas más blandas: cerca del culete y de la cadera.

Aunque, eso sí: los últimos 10 minutos se me hicieron bastante largos: tenía la pierna derecha ya medio dormida y me temblaba un montón (el tattoo lo tengo en la parte derecha de la zona lumbar, pero se ve que el hormigueo se acaba transmitiendo también a la pierna) y ya empezaba a ser realmente molesto cada vez que pasaba la pistola. Esta ya deseando que acabara...

De todas formas, cuando me quise dar cuenta, el chico paró y me dijo: “Ya lo tienes”, y me pasó nuevamente el paño humedecido.

En ese momento, por encima del Billie Jean de Michael Jackson, escuché en dolby sorround dentro de mi cabeza el ALELUYAAAAAAAA del Mesías de Haëndel.

¡Todo había acabado!

Después de lavarlo, me lo enseñó y... ¡ME GUSTÓ MUCHO!

Ufffff, menos mal. Porque eso es ya para toda la vida, como para que luego no te guste...

Me lo cubrió con film de ese transparente que se utiliza en cocina para conservar alimentos, sujeto con esparadrapo (sí, nada glamouroso) y me dijo que hasta pasadas 3 horas no me lo quitara. Luego me lo tenía que lavar con agua y jabón y ponerme Bepanthol pomada, que compré en una farmacia al salir.

Que por cierto, esta pomada, que hay que ponérsela un mínimo de 3 veces al día durante una semana, está indicada expresamente para irritaciones, rojeces... y tatuajes. Sí, tatuajes. Esto nos da una idea de la popularidad que estos han conseguido en los últimos años.

Y... eso fue todo. Ya tengo mi tattoo. El que me va a acompañar toda mi vida. Y me encanta.

La verdad es que, ahora, a toro pasado, puedo decir que estoy muy contenta. El tattoo es una chulada: no me canso de mirármelo una y otra vez. Lo que pasa es que, como lo tengo en la espalda, me toca ir cada vez al espejo del cuarto de baño para verlo bien.

Y, de verdad, que el dolor no es para tanto. Vamos, que si alguien quiere hacerse un tattoo, pero lo único que le frena es el tema del dolor, que no se eche atrás por eso. Que se soporta perfectamente. Es un rato.

Otra cosa es que no estés seguro de hacértelo por si luego te arrepientes. Eso sí que hay que tenerlo claro no, clarísimo, porque un tattoo es para toda la vida. Vale, ahora se pueden quitar, pero el proceso es caro, lento y también doloroso (es con láser). Y siempre quedará una marca.

Ahora estoy en proceso de curación/cicatrización. La zona me escuece aún un poco y está todavía algo enrojecida. La sensación es como cuando te quemas en la playa.

Así que voy todo el día con la riñonada embadurnada con la pomada esa pringosa, que estoy harta de ella, porque mancha la ropa y es un engorro.

Pero bueno, todo sea por mi salud y porque el tattoo quede bien y se mantenga así durante mucho tiempo. Si hay que ponerse el pringue ese, pues me lo pongo. ¡Qué remedio!

En fin, que ésta es mi experiencia con el mundo de los tatuajes. Si a alguien le sirve de ayuda, yo que me alegro. Y si no, una batallita más que os cuento.

La vida es eso: un cúmulo de anécdotas y experiencias.

Y vosotros: ¿tenéis algún tattoo? ¿Tenéis idea de haceros? ¿Os aterroriza la idea? ¿No os gustan los tatuajes?....

Hagan debate, señor@s...
;)



19 comentarios:

  1. Q guay! yo también llevo tiempo pensando en hacerme un tatuaje pero como no lo tengo muy claro, sigo sin hacermelo xD. Pues ahora ya sabes, a lucir tatuaje en cuanto pasen unos dias, jeje. Un besito

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  2. Yujuuuu!!! Qué bien que hayas hecho esta crónica taaan extensa, porque yo quiero hacerme un tatuaje también (en la muñeca) pero nunca encuentro el momento. Yo creo que en octubre cae... Un beso!

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  3. A mí, definitivamente, lo que me hecha para atrás es el tema del dolor.

    Yo tengo el umbral del dolor muy bajo y me da cierta ansiedad pensar en pasarlo simplemente por gusto.

    Claro, que me estoy haciendo la fotodepilación y tampoco da gusto que digamos.....Aynssss, no sé, me has animado con tu post..

    A ver si nos lo enseñas!
    Un besete

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  4. Hola guapisima!!! :D:D

    Cuanto me alegro de que por fin te hayas decidido. Me encantan los tatuajes "sexys" como el tuyo. En ese sitio tan sensual uuuuhh!! :D:D:D

    Yo no tengo ningun tatuaje, y no se, a mi edad ya esas cosas no son tan importantes, si tuviese 10-15 años menos, no me lo pensaba y me hacía uno así sexy como tu jajaja!!
    No has especificado si al final te lo has hecho en color o solo en negro. Aunque no se porqué, sospecho que es de color. ¿O me equivoco?

    Oye que te quería yo decir y/o pedir, que cuando se te "cure" podrías pedirle a JJ que te haga una fotillo, solo del tatuaje para ver como ha quedado. ¿si? Anda porfi, que me apetece mucho ver a tu hadita mágica, esa que te acompañará para siempre y va a traer mucha suerte, ya lo verás ;)

    Un abrazo de felicitación!!!!

    Buen domingo :)

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  5. Pero ponga una foto del tatoo mujer de Dios! (para ver su anatomía mayormente).
    Siempre suyo
    Un completo gilipollas

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  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  7. Bien!!!... me uno al gilipollas, espero una foto del tatoo... aunque a mi lo de tu anatomía me viene sin cuidado jajaja.

    Te advierto que son adictivos, yo tengo tres y voy en espera de que se acabe el veranete para hacerme otro. El primero me lo hice en la zona lumbar y me quería morir del dolor, ademas se me infecto y lo pase realmente mal, tuve que tomar antibióticos una semana y jure que nunca me iba a volver a hacer uno.... a los dos años, estaba con el otro, ya no me acordaba del dolor, lo que me vino fatal porque el que me hice en el tobillo madre mía que dolor, o bueno mas que dolor que grima cuando pasaba por las zonas duras, yo pienso que la grasa en el culete amortigua pero en pleno hueso madre mía.

    El próximo espero sea en el hombro, aunque primero la boda, porque a mi madre le daría algo si me ve otro nuevo que luego hay que combinarlo con el vestido.

    Un besazo

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  8. Nadie dijo que: pues hasta que no lo tengas claro, no te lo hagas! Eso es algo muy personal y debes quererlo de verdad, porque no es una cosa que si te cansas, te puedas quitar. Pero si te gustan y al final te decides... adelante!!
    Yo estoy muy contenta, pero cada persona es un mundo.

    Un beso y bienvenida de vuelta!

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  9. M: me alegro de que te haya gustado la entrada (sí, ya sé que es super larga). Si mi experiencia puede ayudar a otra gente que esté con dudas o con miedo en este tema, me alegraré mucho. La escribí sobre todo por eso.

    Yo creo que al final, también acabarás haciéndote el tattoo...
    ;)

    Besos!

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  10. cactus girl: sí, el miedo al dolor y a arrepentirse después son las principales causas por las que la gente no se decide a hacerse uno.

    El dolor, ya te digo, no es para tanto. Yo también me hago la fotodepilación y yo creo que duele más! Lo que pasa es que una sesión de fotodepilacióm es más cortita que una de tatuaje, y se pasa antes.

    Ya os enseñaré una fotillo!

    Besitos!

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  11. Gata Negra: sí, al final me decidí!!!! He sido valiente, jaajajjj!
    Y sí, es bastante sexy, aunque ahora, embadurnado con la pomada esa no es muy sexy... Pero ya cicatrizará, ya!

    Pues mira, no es en color. Al final, me lo hice en blanco y negro. Más discreto...
    Los de color me gustan mucho, pero más una cosa es verlos y otra llevarlos. Creo que de los de color te puedes cansar antes, no sé.

    Y sí, sí, habrá foto!!!! Como del piercing de DANIGIRL... pero esperad unas semanitas a que cicatrice y cure.

    Besos!!!!

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  12. Estimado Sr. CG: tranquilo, que como ya he dicho, habrá foto del tattoo en la cual UD también podrá apreciar parte de mi anatomía...
    Pero hay que esperar a que esté en su máximo esplendor... jejeej

    Besos gatunos!

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  13. angie: sí, eso me dijo el chico que me tatuó, que los tatuajes son adictivos... que lo que cuesta es decidirse a hacerse el primero, pero que luego no puedes parar, siempre quieres más....

    Bueno, yo de momento, ya voy bien con este. Que tampoco es pequeñito... es un señor tattoo, jajaaj!

    Y vaya, sí que lo pasate mal... Lo de morirte del dolor te refieres a la sesión de tatuaje??
    Bueno, yo creo que iba tan acojonada que luego no me pareció tan terrible, pero que nadie se engañe: no hace cosquillas, precisamente.
    En el tobillo también me gustaba, pero me dijeron que ahí duele aún más que en la zona lumbar (que ya es), porque hay mucho hueso.

    Chica, eres una valiente!!!
    Y cómo es eso que se te infectó??? Qué mala pata, no???

    Y el otro, dónde lo tienes??

    Por cierto, te vas a casar???
    Enhorabuena!
    Sí, mejor espera a después de la boda a hacerte el tattoo en el hombro...

    Besicos!!!!

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  14. Pues si, morirme de dolor fue en la sesión de tatuaje... yo es que soy mas bien cobardica, aunque mas me dolió el del tobillo, al llegar encima del hueso me brotaban lagrimas y tuvimos que parar un momento, por lo menos el chico era muy majo y no se enfado, el otro que se continua con el del tobillo ya no me dolio casi, que va! si que me dolio y aun asi me pienso otro, no tengo ni verguenza!!!

    El primero se me infecto del roce con el pantalon, en esa epoca estaba haciendo las practicas de la facultad y me cambiaba muchas veces al dia de ropa y como en algunos hospitales el pijama me iba muy grande me lo rozaba tanto que se me levanto la piel y claro ahi expuesto pues toma infeccion.

    La boda... muchas gracias..uff que llevo Dios y suerte para organizarla, ahora se ve la luz al final del tunel, el verano del proximo año parece ser la fecha definitiva, porque una cosa es casarse solita sin nadie de tu familia, pero mi madre viene a mi boda o no me caso... sigo rejuntada.

    Feliz Navidad para ti tambien jajaja

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  15. Al final te decidiste, eh? Seguro que te queda genial! Espero con ansia esa foto jejej ;)

    Besos.

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  16. Hola Jauroles!
    Sí, sí... al final me decidí! Pero qué miedo pasé los momentos previos, madre!!

    Ahora estoy encantada con el tattoo, me gusta mucho.
    Y SÍ: pondré foto para que toooooooooood@s lo veáis! jajajaajaja!

    Qué expectación estoy generando!

    Un beso!

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  19. Hola!!! Soy tatuadora y mi chico también, y me ha gustado mucho tu forma de describir lo que se siente la primera vez qu ete haces un tattoo, yo llevo tantos que ya se me habia olvidado los nervios que pasas, jajaja ;) pero después ves qu eno es para tanto ¿verdad? Por cierto, ¿por qu eno has puesto una foto de tu hada Bueno, la que has puesto ahí también es muy bonita... La mayoria de las chicas caen en el error de hacerse las hadas muy pequeñas, con lo cual es muy dificil hacerles detalles y que queden bien...personalmente es qu eno me gustan los tatuajes que parecen una mancha y no se ven con claridad, prefiero que pequen de grandes que no de chicos, por lo menos que se vea bien lo que es, ya que una lo sufre, que sea en condiciones... Me alegro de que te haya salido todo bien. Un saludo wapa.

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